Bonds y Clemens, los grandes olvidados en Cooperstown. Hipocresía y doble rasero impera en el Templo de los Inmortales

La mayoría de los expertos y fanáticos del béisbol que vieron lanzar a Roger Clemens coinciden en que el oriundo de Dayton, Ohio, ha sido uno de los mejores serpentineros de la historia.

Aquellos que tuvieron el gusto de ver actuar a Barry Bonds admiten que el nacido en Riverside, California, está ubicado entre los mejores bateadores de todos los tiempos.

Siempre he considerado un error que la mayoría de los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos se mantengan dañando durante una década a jugadores que reúnen todos los atributos para estar en Cooperstown, pues los méritos de un pelotero son los mismos cuando sus nombres salen por primera vez en las boletas que cuando llegan al décimo año sin ser aprobados.

Y todo este mal es el resultado de no hacerse lo que debería ser algo obligatorio, darle el voto a quienes lo merecen para que no pasen años de espera inmerecida.

Podríamos citar decenas de casos de jugadores que teniendo todas las credenciales para ser un inmortal de este deporte tuvieron que morir para luego ser reconocidos por los miembros del Comité de Veteranos.

Pero en el caso de Clemens y Bonds es algo ridículo.

Cuando hablamos de Bonds mencionamos al bateador que sumó 762 jonrones (#1), 1,996 carreras impulsadas (#6), 2,227 anotadas (#3), 2,558 pasaportes recibidos (#1) y 5,599 tiempo en bases (#1).

Este es el pelotero con un OPS de 1.051 (#5), 5,976 en total de bases (#5), 1,440 extrabases (#2), un embasamiento de .444 (#7), el primero en Poder-Velocidad con 613.9, un War ofensivo de 143.6 (#3), con 514 bases robadas (#34), 2,935 imparables, un promedio de .298, y un War Jugador de 162.8 (#1).

A la defensa, ganó ocho premios Guantes de Oro.

Al hacerlo sobre Clemens nos referimos al lanzador que ganó siete premios Cy Young (el mejor de la liga), el que ganó dos Triple Corona de pitcheo, un premio de Jugador Más Valioso, el que conquistó siete títulos en carreras limpias y sumó 354 victorias, con efectividad de 3.12, el tercero de la historia en War (138.7) y en ponches con 4,672.

Roger Clemens ha sido uno de los mejores serpentineros de la historia en las Mayores. John Rieger-USA TODAY Sports/USA TODAY Sports
Roger Clemens ha sido uno de los mejores serpentineros de la historia en las Mayores. John Rieger-USA TODAY Sports/USA TODAY Sports

Es cierto que Bonds y Clemens jugaron en una etapa donde predominó el uso de esteroides. También es verdad de que fueron sospechosos de utilizar dichas sustancias.

¿Justicia pareja en la era de los esteroides?

¿Pero, acaso no son sospechosos casi todos los jugadores que actuaron en la misma época?

¿Alguien puede negar que el propio comisionado de béisbol de la etapa de los esteroides, Bud Selig, así como los restantes dirigentes y ejecutivos de ambas ligas no conocían lo que ocurría?

Claro que lo sabían, pero miraban hacia otro lado debido a que las marcas registradas ayudaban a la salud económica de un deporte que había pasado por una crisis de concurrencia.

Los últimos responsables fueron los jugadores que lo usaban porque los dirigentes lo permitían, aprovechando con esto mejorar sus números, y con ellos sus salarios.

Nosotros realizamos otras dos preguntas: ¿en qué lugar se encuentra el nombre de Bud Selig?

¿Quiénes serán los próximos exaltados al Templo de Cooperstown? Uno podría entrar con el voto unánime.

La respuesta es conocida por todos: en el Salón de la Fama desde el 2017. ¿Acaso no existen figuras elegidas a Cooperstown que actuaron en la misma etapa de los esteroides y que de igual forma fueron sospechosos?

Por mencionar a un grupo de siete están: Mike Piazza (2015), Craig Biggio (2015), Randy Johnson (2015), Jeff Bagwell (2017), Jim Thome (2018), Larry Walker (2020 y David Ortiz (2022).

En la última oportunidad que tuvieron Bonds y Clemens a través de la Asociación de Escritores de Béisbol en 2022, el temible bateador recibió el 61.8% de los votos y el brillante lanzador 61.6.

Ahora, sus nombres se encuentran en manos del Comité de Veteranos.

Cooperstown no fue ni es un Templo de Santos. En este recinto están los nombres de peloteros que cometieron errores dentro y fuera del terreno. Si es por pecados cometidos habría que hacer una buena limpieza allí.

Barry Bonds y Roger Clemens, con o sin esteroides, fueron mejores que casi todos los bateadores y lanzadores que se encuentran en Cooperstown.