Bolsonaro se escondió temporalmente en la embajada de Hungría

(Via The New York Times)
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El 8 de febrero, la policía federal de Brasil confiscó el pasaporte del expresidente Jair Bolsonaro y arrestó a dos de sus exasesores principales bajo acusaciones de que habían planeado un golpe de Estado tras la derrota de Bolsonaro en las elecciones presidenciales de 2022.

Cuatro días después, Bolsonaro estaba en la entrada de la embajada de Hungría en Brasil, esperando a que lo dejaran entrar, según imágenes de las cámaras de seguridad de la embajada, obtenidas por The New York Times.

El expresidente aparentemente permaneció en la embajada durante los dos días siguientes, según mostraron las imágenes, acompañado por dos guardias de seguridad y atendido por el embajador húngaro y miembros del personal. Bolsonaro, quien es objeto de varias investigaciones penales, no puede ser arrestado en una embajada extranjera que lo acoja, ya que están legalmente fuera de la jurisdicción de las autoridades nacionales.

Su estancia en la embajada sugiere que el exmandatario estaba tratando de aprovechar su amistad con un líder de extrema derecha, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, en un intento de evadir el sistema de justicia brasileño porque se enfrenta a investigaciones penales en su país.

El Times analizó tres días de grabaciones de cuatro cámaras de la embajada húngara que muestran que Bolsonaro llegó tarde el lunes 12 de febrero y se marchó en la tarde del miércoles 14 de febrero. En el intervalo, se mantuvo casi siempre oculto.

El Times verificó la grabación comparándola con imágenes de la embajada, incluidas imágenes por satélite que mostraban el coche en el que llegó Bolsonaro estacionado en la entrada el 13 de febrero.

(Via The New York Times)
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Un funcionario de la embajada húngara, que habló bajo condición de anonimato para poder discutir asuntos internos, confirmó el plan de recibir a Bolsonaro.

Tras la publicación de este artículo, Bolsonaro confirmó su estancia en la embajada. “No voy a negar que estuve en la embajada”, dijo a Metrópoles, un medio de noticias brasileño, el lunes. “Tengo un círculo de amigos con algunos líderes mundiales. Ellos están preocupados”.

El abogado de Bolsonaro, Paulo Cunha Bueno, dijo en un comunicado el lunes que el expresidente se quedó en la embajada para discutir de política con diplomáticos húngaros. “Cualquier otra interpretación”, dijo, “son claramente obras de ficción. En la práctica, otra noticia falsa”.

La embajada húngara no respondió a una solicitud de comentarios.

Bolsonaro y Orbán han tenido una estrecha relación durante años, ya que tienen en común ser dos de los líderes de más extrema derecha en las naciones democráticas.

Bolsonaro llamó a Orbán su “hermano” durante una visita a Hungría en 2022. Más tarde ese año, el ministro de Relaciones Exteriores de Hungría le preguntó a un funcionario del gobierno de Bolsonaro si Hungría podría hacer algo para ayudar a reelegir al Bolsonaro, según el resumen del gobierno brasileño de sus comentarios.

En diciembre, Bolsonaro y Orbán se reunieron en Buenos Aires en la toma de posesión del nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, de derecha. Allí, Orbán calificó a Bolsonaro de “héroe”.

Bolsonaro se enfrenta a investigaciones penales cada vez más profundas en Brasil. En los 15 meses que han transcurrido desde que dejó el cargo, su casa ha sido registrada, su teléfono móvil y pasaporte han sido confiscados, y varios de sus aliados y exayudantes han sido detenidos.

Los casos que enfrenta Bolsonaro involucran una variedad de acusaciones, incluyendo que participó en planes para vender joyas que recibió como regalos del Estado mientras era presidente y falsificó sus registros de vacunación contra la COVID-19 con el fin de poder viajar a Estados Unidos. La policía federal brasileña recomendó la semana pasada la presentación de cargos penales contra el expresidente en el caso de las cartillas falsas de vacunación contra la COVID-19, pero la fiscalía aún no se ha pronunciado.

En las acusaciones más graves, la policía ha dicho que Bolsonaro conspiró con varios de sus principales ministros y ayudantes para tratar de aferrarse al poder después de haber sido derrotado en las elecciones. La policía arrestó a algunos de sus principales aliados el 8 de febrero y allanó los domicilios de otros.

Horas después, Orbán publicó un mensaje de ánimo para Bolsonaro, llamándole “patriota honesto” y pidiéndole que “siguiera luchando”.

El 12 de febrero, cuatro días después, Bolsonaro publicó un video en línea llamando a sus partidarios a un mitin en São Paulo ese mes. “Quiero defenderme de todas estas acusaciones”, dijo en el video. “Hasta entonces, si Dios quiere”.

Más tarde, ese mismo día, acudió a la embajada de Hungría. En los momentos previos a su llegada, las imágenes de seguridad muestran a Miklós Halmai, embajador del país en Brasil, paseándose y usando su teléfono. La pequeña embajada estaba casi vacía, salvo por el grupo de diplomáticos húngaros que viven allí. El personal local estaba de vacaciones, porque la estancia de Bolsonaro se produjo en medio de las celebraciones nacionales de los carnavales de Brasil.

A las 9:34 p. m. , un auto negro apareció en la puerta de la embajada. Un hombre se bajó y poco después aplaudió para llamar la atención de alguien en el interior. Tres minutos más tarde, Halmai abrió la puerta e indicó dónde estacionar.

Bolsonaro y dos hombres que parecían guardias de seguridad salieron del vehículo. Halmai los condujo al interior. Tras charlar brevemente, los cuatro hombres subieron a un ascensor.

Durante las siguientes dos horas, el personal de la embajada hizo varios viajes hacia una zona del edificio donde había dos apartamentos para invitados, según las imágenes y el funcionario de la embajada. Llevaban ropa de cama, agua y otros artículos, hasta que la actividad cesó sobre las 11:40 p. m.

A la mañana siguiente, a las 7:26 a. m., Halmai salió de la zona residencial y escribió algo en su teléfono. Media hora más tarde, el embajador y otro hombre llevaron una cafetera a la zona residencial.

Durante el resto del día, el personal húngaro paseó por los alrededores de la embajada, incluidos unos padres con un niño.

A primera hora de la tarde, Bolsonaro paseó por el estacionamiento de la embajada con uno de sus guardias de seguridad.

En dos ocasiones, los guardias de seguridad de Bolsonaro se marcharon. Alrededor de la hora del almuerzo, un guardia regresó con lo que parecía ser una pizza.

A las 8:38 p. m. , un guardia regresó al estacionamiento de la embajada con otro hombre en el asiento trasero. El hombre cargaba una bolsa y entró en la zona residencial donde parecía que Bolsonaro estaba alojado. El hombre se marchó 38 minutos después.

Mientras el coche se alejaba, un hombre que parecía ser Bolsonaro salió de la zona residencial para observar.

El 14 de febrero, los diplomáticos húngaros se pusieron en contacto con los miembros del personal local brasileño, que tenían previsto volver al trabajo al día siguiente, para decirles que se quedaran en sus casas el resto de la semana, según el funcionario de la embajada. No explicaron por qué, dijo el funcionario.

Ese día, Bolsonaro apareció por primera vez en las imágenes de las cámaras de seguridad a las 4:14 p. m., cuando él y sus dos guardias salieron de la zona residencial con dos mochilas y se dirigieron directamente a su auto. Halmai les siguió. El embajador vio salir el auto y se despidió con la mano.

La expectativa de que Bolsonaro vaya a la cárcel ha suscitado numerosas especulaciones sobre la posibilidad de que intente huir de la justicia. Dos de sus hijos han solicitado pasaportes italianos, lo que hizo que el ministro de Asuntos Exteriores del país tuviera que negar públicamente que Bolsonaro, quien tiene ascendencia italiana, también hubiera solicitado la ciudadanía.

La noche antes de dejar el cargo, Bolsonaro voló a Florida y estuvo allí durante tres meses. Uno de sus partidarios más prominentes, un analista de extrema derecha llamado Allan dos Santos, ha podido evitar el arresto en Brasil por acusaciones de haber amenazado a jueces federales, ya que ha solicitado asilo político en Estados Unidos.

Dos semanas después de la salida de Bolsonaro de la embajada —no está claro por qué se fue— celebró el mitin previsto en São Paulo. Observadores independientes estimaron que asistieron 185.000 simpatizantes. En el evento, Bolsonaro repitió su defensa de que era víctima de una persecución política.

Él y sus abogados han argumentado que el Supremo Tribunal Federal de Brasil abusó de su poder, se entrometió en las elecciones de 2022 y ahora está tratando de encarcelarlo a él y a sus aliados. Recientemente han señalado las grabaciones de un exayudante de Bolsonaro, cuyas confesiones han sido importantes para las investigaciones, alegando que los investigadores tienen una narrativa predeterminada de que Bolsonaro es culpable.

En las semanas que han transcurrido desde entonces, los problemas legales de Bolsonaro han empeorado. El Supremo Tribunal Federal del país publicó documentos que mostraban que los líderes del ejército y la fuerza aérea de Brasil le habían dicho a la policía que, tras perder las elecciones de 2022, Bolsonaro le presentó a los líderes militares un plan para anular los resultados. Los líderes militares dijeron a la policía que se negaron y advirtieron al expresidente que podrían arrestarlo si intentaba ejecutarlo.

Bolsonaro afirmó este mes que no le preocupaba ser arrestado.

“Podría perfectamente estar en otro país, pero decidí volver aquí a toda costa”, dijo en un acto político. “No tengo miedo”.

Natalie Reneau realizó la producción de video.


Jack Nicas
es el jefe de la corresponsalía en Brasil, con sede en Río de Janeiro, desde donde lidera la cobertura de gran parte de América del Sur. Más de Jack Nicas


Christoph Koettl
es periodista del departamento de Investigaciones Visuales del equipo de video del Times y se especializa en el análisis de imágenes de satélite, videos y otras pruebas visuales. Ha compartido dos premios Pulitzer por la cobertura del costo civil de los ataques aéreos y con drones estadounidenses y las atrocidades rusas en Ucrania. Más de Christoph Koettl

Natalie Reneau realizó la producción de video.

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