Bolivia: no sólo fue un alzamiento militar, ¿qué dice su política y su economía?

El alzamiento militar del 26 de junio en Bolivia fue desactivado en tres horas, pero ha dejado consecuencias graves en la desavenencia interna entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales, y un agravamiento de la crisis económica y la debilidad institucional, que ahora ha llegado a las Fuerzas Armadas afectando la imagen del país.

“Ha perdido el país, porque somos un país risible ahora. Es un país en el que aumenta la crisis política. No hay credibilidad ni en Arce ni en Morales. Aumenta la crisis económica. Entonces, ha perdido el país”, dijo el analista político Carlos Toranzo consultado por France 24.

En principio, la reacción de Arce para detener lo que consideró un “golpe de Estado” fue valorada interna e internacionalmente, pero desde que el general rebelde Juan José Zúñiga, Evo Morales e incluso la presidencia argentina hablaran de un “autogolpe”, la imagen del país y del propio Arce se han debilitado en el contexto de las crisis que atraviesa Bolivia.

Para el politólogo Toranzo, “Morales que atacó siempre a Arce, tampoco gana, por ser un hombre que siembra más dudas que certezas y porque su sed de poder va perjudicando al país”.

La crisis ha derivado en la detención de 23 personas, casi todas ellas militares. Mientras avanzan las investigaciones, a la par, también se polemiza sobre si la sublevación de Zúñiga finalmente tuvo como origen su propia ambición política, una supuesta componenda con el Ejecutivo o resultó de una reacción iracunda porque iba a ser destituido.

Sin embargo, la actuación de los militares del pasado 26 de junio ha mostrado que la crisis institucional en el país ha llegado al nivel de las Fuerzas Armadas.


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