Boda ortodoxa masiva cambia de planes y solo asistirán "familiares cercanos"

Nueva York, 18 oct (EFE).- Líderes de la comunidad jasídica en Nueva York, que tenían previsto realizar una boda a la que asistirían miles de invitados, arremetieron contra las autoridades al asegurar que nunca les consultaron antes de emitir la orden para detener el evento, ante el temor de propagación de la COVID.

Aseguraron que ahora sólo "un pequeño grupo de familiares cercanos" asistirá a partes importantes de la ceremonia y que "el resto de la comunidad solo podría participar por un periodo corto de tiempo", indica el New York Post.

Luego de que las autoridades realizaran una investigación, el titular de Salud del estado, Howard Zucker, emitió una orden que fue entregada el viernes a la sinagoga Yetev Lev D'Satmar en Brooklyn deteniendo la celebración de esta boda del nieto de un rabino, a la que podrían asistir hasta 10.000 personas.

La boda está prevista para llevarse a cabo en la comunidad de Williamsburg en Brooklyn -donde hay una gran comunidad judía ortodoxa- y aunque no está ubicada en la "zona roja" de ese condado donde se han puesto en marcha restricciones luego de un repunte de casos en septiembre, hay temor a que aumenten el contagio.

La boda con miles de personas, ha recordado Zucker, viola la prohibición de congregación masiva por la COVID-19.

La comunidad ortodoxa se ha negado a cumplir con las nuevas restricciones de un máximo de 10 personas por sinagoga y otros lugares de culto, el cierre de los negocios no esenciales en las zona de nuevos casos en la ciudad y al norte del estado y salieron a las calles a protestar.

Incluso varias sinagogas demandaron al estado y su gobernador Andrew Cuomo alegando "discriminación antisemita" pero un juez dio luz verde a las autoridades para continuar con su plan para contener el virus.

La sinagoga de Brooklyn arremetió contra la orden para detener la ceremonia señalando que habían tomado los pasos para asegurar que la boda cumpla con las reglas impuestas por el virus pero "nadie verificó nuestros planes antes de atacarnos".

El secretario de la sinagoga, Chaim Jacobowitz, indicó en un comunicado que recoge el Post que los asistentes al acto habrían sido controlados siguiendo las regulaciones del distanciamiento social y que los arreglos para cumplir con ello continúan.

No obstante, señaló además Jacobowitz, la publicidad generada alrededor de la orden del estado y por la participación masiva ha forzado a la familia a descartar los planes originales y que la boda sea atendida sólo por familiares.

Advirtió también que dicha publicidad tornará la boda en una atractiva para paparazzi "y atraerá espectadores que serán imposible de controlar para cumplir con el distanciamiento social".

(c) Agencia EFE