Bo Jackson, la estrella de dos deportes y la absurda lesión que descarriló una carrera meteórica
Quizás no exista un “hubiera” más grande en el mundo deportivo que Bo Jackson, la estrella de las Grandes Ligas y la NFL que vio su carrera truncada tras una severa lesión de cadera. Irónicamente, el daño fue producto de su propia potencia física, un extraño accidente para un atleta único.
Jackson ingresará al Salón de la Fama de los Kansas City Royals esta temporada. El ex jardinero izquierdo jugó 5 de sus 8 temporadas de Grandes Ligas con los Royals, mientras que en la NFL formó parte de Los Angeles Raiders durante 4 años.
Bo is headed to the Hall!
Congratulations to Bo Jackson on his election to the Royals Hall of Fame! pic.twitter.com/Lp2Qn9G8Ek— Kansas City Royals (@Royals) March 13, 2024
Una lesión devastadora
A principios de 1991 todos los indicadores apuntaban a que Bo Jackson se convertiría en la gran figura comercial y deportiva de los Estados Unidos. Jackson no solo jugaba dos deportes, sino que era estrella en amboa. Entonces, lo que parecía una jugada positiva se convirtió en su última acción en el emparrillado.
En la Ronda Divisional de playoffs entre los Raiders y Cincinnati Bengals, Bo se escapó por la banda derecha para una carrera de 37 yardas, pero cuando parecía que se escaparía hasta las diagonales, Kevin Walker lo tacleó, sujetándolo primero del hombro y luego de la pierna, en una acción que parecía relativamente de rutina.
The final play of Bo Jackson's brief but exhilarating NFL career — a 34-yard off-tackle burst in the #Raiders' 20-10 victory over Cincinnati in the 1990 AFC Divisional.
33 years ago today pic.twitter.com/IDNdojdX4c— Kevin Gallagher (@KevG163) January 13, 2024
El problema es que Jackson corría con tanta potencia que se dislocó y recolocó la cadera en esa misma acción, pero eso no fue todo. Cuando se presentó al campamento de primavera con los Royals, los médicos del equipo detectaron que los vasos sanguíneos también habían sufrido daño, ocasionando una necrosis avascular en la articulación. Básicamente, todo el cartílago de la cadera había desaparecido.
Bo Jackson no volvería a jugar futbol americano. En el diamante, los Royals lo dejaron en libertad en 1991, aunque ese mismo año participó en 23 partidos con los Chicago White Sox. Jackson se perdería la temporada 1992 por una cirugía de reemplazo de cadera y aunque volvió una vez más al año siguiente y ganó el premio al Regreso del Año, se retiró tras la huelga de jugadores en 1994.
Trayectoria corta pero destacada
Jackson entrará al Salón de la Fama de los Royals esta temporada, en una ceremonia previa al duelo del 29 de junio ante los Cleveland Guardians. El primer amor del jugador siempre fue el béisbol, disciplina que siempre llevó mano cuando jugaba.
Seleccionado en la cuarta ronda de 1986, el egresado de la Universidad de Auburn debutó ese mismo año con los Royals, y en su primera campaña pegó un cuadrangular de 475 pies de distancia, que por mucho tiempo fue el más largo en la historia de la franquicia.
Su carrera finalizó con porcentaje de bateo de .250, con 141 cuadrangulares, 415 carreras producidas y 85 bases robadas. Jackson también era eficiente con el guante, y gracias a su velocidad y explosividad cubría mucho terreno en el prado izquierdo y tenía un cañón en el brazo.
En 1989, sería elegido por única vez al Juego de Estrellas de la MLB y un año más tarde al Pro Bowl de la NFL, convirtiéndose en el único jugador en la historia en ser seleccionado al juego de estrellas en dos deportes distintos.
Su trayectoria en la NFL fue más corta, pues además de jugar únicamente cuatro temporadas, todas fueron parciales, pues apenas se integraba a los Raiders al terminar la temporada de MLB.
Aun así, terminó con 2 mil 782 yardas por tierra y 352 yardas por recepción, así como 18 touchdowns en 38 partidos, el equivalente a menos de 2 temporadas y media. Su promedio de 5.2 yardas por acarreo es el principal indicador de su explosividad. Junto con Marcus Allen, conformaba la mejor dupla de corredores de finales de los 80 y principios de los 90.
El impacto de Bo Jackson en la cultura pop
Las repercusiones de la carrera de Bo Jackson fuera del campo tambié nse han perdido en el tiempo. En una era en la que el impacto mediático de los atletas apenas comenzaba a explotarse, Jackson era quizás la segunda figura más reconocida en los Estados Unidos, después de Michael Jordan.
Los comerciales de “Bo knows” fueron parte importante del ascenso de Nike a finales de los 80 y principios de los 90 y llegó a compartir pantalla con Jordan, el tenista John McEnroe y el jugador de hockey Wayne Gretzky, en una de las primeras campañas publicitarias que reunían a varios deportistas.
De acuerdo con el documental de ESPN, You Don’t Know Bo, los comerciales incrementaron en mil por ciento las ventas de Nike, impulsando a la marca a rebasar a Reebok en ventas por primera vez. Lo que hacía Jordan para su línea de baloncesto, Bo representaba para los cross trainers.
Además de sus logros como profesional, desde el deporte colegial ya había despuntado. Bo ganó el Trofeo Heisman en 1985 y fue inmortalizado en el Salón de la Fama del Futbol Americano Colegial en 1996.
Un buscatalentos asegura que cronometró sus 40 yardas en 4.12 segundos (el récord oficial en el combine fue establecido por Xavier Worthy este año en 4.21 segundos). Más impresionante aún, sería apenas .02 segundos más lento que el split de Usain Bolt en esa distancia.
A 30 años de su retiro profesional, los Royals abren la puerta de su Salón de la Fama a Bo Jackson, y no queda más que imaginar lo que el destino le robó en aquella fatídica jugada en enero de 1991.
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