¿A tu hijo no le gusta estudiar?

Desde que maduré me sucedieron varias cosas, buenas y malas (aunque algunas todavía pueden estar verdes). Una de las más favorables es que por suerte descubrí el placer de poder aprender. Lamento no haberlo aprovechado desde pequeña, porque creo que la escuela me hubiera resultado mucho más fácil.

¿A tu hijo no le gusta estudiar? / Foto: Thinkstock
¿A tu hijo no le gusta estudiar? / Foto: Thinkstock

Pero ahora veo a mis hijas y me doy cuenta de que a ellas también les está costando encontrarle la faceta apasionante a esta cuestión. Cuando uno es chico quiere ser libre y tener la cabeza en cualquier lado que no demande demasiadas presiones. Hace unos días tuve un encontronazo con mi hija más grande porque se había sacado una mala nota. Y me sorprendí a mi misma enfadándome con ella. Yo era igual a ese odioso personaje que encarnaban mis padres cuando me obligaban encerrarme en el cuarto a leer. Y me sentí mal. Y me di cuenta de que tirando más de la cuerda las cosas empeoraban. Ignoraba qué debía hacer. Cómo poder trasmitirle a mi hija lo favorable que es el saber. Cómo ayudarla a que aprenda, no tanto los mandatos escolares, sino que la curiosidad puede ser un don infinito si se alimenta cada día.

Entonces se me ocurrió pedirle una entrevista a la psicoanalista de niños María Teresa Vercesi y aproveché para preguntarle cómo debemos manejarnos los padres cuando a los chicos no les gusta hacer las tareas de la escuela. Seguí leyendo y enterate...


¿Hay una edad en la que los chicos están más vagos para estudiar o eso depende de la personalidad?

“Son las dos cosas, es decir, ambas no se contraponen. Por lo general entre los 5 y 6 años los chicos son autorreferenciales. Están más curiosos de aprender acerca del cuerpo, tanto suyo como ajeno. Ya a partir de los 7, empiezan a interesarse por las cuestiones culturales.

En realidad un niño bien alimentado, estimulado y bien incentivado, siempre va a ser curioso y va a estar ávido de saber. Pero una vez que descubren la rutina suelen comenzar a aburrirse. Porque la escuela está planteada para homogeneizar, unificar, igualar y civilizar a los chicos. Lo cual no está mal, el problema es que a veces puede resultar un poco aburrida.”

La rutina puede aburrir a los niños / Foto: iStockphoto
La rutina puede aburrir a los niños / Foto: iStockphoto


Cómo padres, ¿tenemos que intervenir enseguida o esperar que se aclare el panorama?

“Siempre lo conveniente es intervenir como adultos, porque la responsabilidad no puede recaer sobre el chico. Es un chico. Por eso es importante que los papás coincidan con la ideología del colegio y puedan escuchar lo que tenga el docente para decir, ya que suele ser el primero en darse cuenta.”

La responsabilidad es compartida / Foto: iStockphoto
La responsabilidad es compartida / Foto: iStockphoto


¿Puede suceder que si estamos demasiado entrometidos produzca el efecto contrario?

“Si, puede suceder y eso tampoco conviene. La clave es encontrar la regularidad. Tomarlo como algo cotidiano. Si uno mira el cuaderno 1 vez por mes y luego va con una actitud policial a reclamar, lo primero que va a tratar de hacer ese chico es ocultar. Pero si ellos sienten que estamos siempre presentes y que nos interesan sus cosas van a tener otra conducta.”

Si la situación continúa, ¿cómo nos manejamos?

“Siempre hay que tener un diálogo fluido con el niño para ver qué le sucede y, a la vez, trabajar junto con la escuela. Respaldar lo que dice el maestro y viceversa.”

A muchos niños no les gusta hacer tarea / Foto: iStockphoto
A muchos niños no les gusta hacer tarea / Foto: iStockphoto


¿Qué sucede con un chico exitoso en el deporte? ¿Hay que presionarlo para que estudie?

“El estudio siempre enriquece, pero los padres tienen que priorizar lo que desean para sus hijos. Si se niega a estudiar nunca conviene sancionarlo reprimiendo lo que sienten placentero: por ejemplo, el deporte. Hay que buscar otros modos de negociar.”

El estudio y el deporte pueden ir de la mano / Foto: iStockphoto
El estudio y el deporte pueden ir de la mano / Foto: iStockphoto


¿Y si llegó a una edad en la que prefiere dedicarse a otra cosa está decidido a que no quiere estudiar?

“Es como juntar moneditas en una alcancía, hasta que un día la rompemos y nos damos cuenta de lo que hemos acumulado a lo largo de su crianza. Si está por cumplir la mayoría de edad hay que tratar de motivarlo para que se interese en el estudio. Pero una vez que es mayor, ya es él quien tiene que tomar la decisión.”

¿Y si de todos modos se rehusa a estudiar? / Foto: iStockphoto
¿Y si de todos modos se rehusa a estudiar? / Foto: iStockphoto

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