Donald Trump hace turismo fronterizo y amenaza con una candidatura independiente

Donald Trump no cesa en su afán de sacudir a diestra y siniestra y, tras lanzar su campaña en pos de la candidatura presidencial del Partido Republicano, ha perseverado en sus críticas racistas y falaces contra los mexicanos y otros inmigrantes, agraviado a veteranos y prisioneros de guerra y sacudido al establishment de su propio castigo con actos y palabras poco prudentes (como su desdén ante el historial militar del senador John McCain o la mención pública del número de teléfono particular del senador Lindsey Graham).

Ahora, en la línea de que quiere ‘ver para que nadie le cuente’, hizo una controversial visita a Laredo, Texas, ciudad fronteriza con México y lanzó además una afirmación que podría, nuevamente, añadir dolores de cabeza a las estructuras políticas tradicionales: la posibilidad de postularse de modo independiente, al margen del Partido Republicano, y ser el ‘tercer candidato’ en las elecciones generales de noviembre de 2016.

Donald Trump habla a la prensa durante su visita a Laredo, Texas. (AFP)
Donald Trump habla a la prensa durante su visita a Laredo, Texas. (AFP)

Trump parece no dejar títere con cabeza, aunque en ello atropelle, muestre desmesuras y se plante en mentiras y agravios. Sea como sea, por el momento es el #1 en las encuestas entre los aspirantes republicanos, según el portal RealClearPolitics.

Para comenzar, su visita a Laredo tenía como finalidad, según se ha afirmado, ofrecerle a Trump una visión desde el lugar de los hechos de las características y problemáticas de la frontera. Que pasar unas horas en un tour previamente organizado no baste para tener realmente una comprensión cabal de la frontera no parece importarle al magnate, a quien, como en un programa televisivo, cree que le basta seguir el esquema del show para ganar. Lo que importa no es la verdad o la realidad, sino la apariencia y la percepción, y en ello Trump, pragmático y desenfadado, ha sabido superar a sus rivales con cinismo.

Así, en Laredo (donde cerca del 90% es de ascendencia mexicana), Trump dijo que “tenemos un tremendo peligro en la frontera con los ilegales cruzando”, afirmó que él ganará el voto latino y que vencerá a Hillary Clinton, aspirante presidencial demócrata, a la que consideró la peor secretaria de estado de la historia del país. De pasada, le dio un codazo retórico a Rick Perry, exgobernador de Texas y también suspirante presidencial republicano, por el “terrible trabajo” que realizó en materia de seguridad fronteriza durante su mandato, de acuerdo a la televisora ABC.

A esta exhibición, cabe señalar, no se prestó el sindicato local de agentes de la Patrulla Fronteriza, que de último momento decidió no participar en la gira de Trump en Laredo, como informó la televisora NBC. Y destacados políticos hispanos demócratas, como el congresista tejano Joaquín Castro, le reprocharon al alcalde latino de Laredo, Pete Saenz, haberse prestado al espectáculo de Trump en su visita a su ciudad.

El ‘tercer candidato’

Pero la más reciente y provocadora afirmación de Trump no fue necesariamente sus dichos sobre la seguridad fronteriza y la inmigración, sino su advertencia de que podría postularse como candidato independiente, al margen del Partido Republicano. En entrevista con el periódico The Hill, Trump dijo que verá cómo lo trata el Partido Republicano y que si no lo hacen de modo justo eso sería un factor para decidir lanzarse de modo independiente. Y añadió que él no es del gusto del aparato tradicional republicano porque no es parte de la clase política.

A todo esto se añaden sus dichos de que muchos le han pedido postularse de modo independiente si es que pierde la primaria republicana. Con todo, él reafirma que es el puntero en las encuestas entre los republicanos y que la mejor manera de ganar en 2016 es como republicano, y no como independiente, pues esa ‘tercera candidatura’ sería desfavorable para ese partido.

Como señala un artículo en The New York Times, un Trump ‘tercer candidato’ sería un fuerte obstáculo para el Partido Republicano, pues podría fraccionar el voto conservador y arrebatarle al candidato votos clave, lo que beneficiaría en última instancia al Partido Demócrata (es decir, a Clinton).

Ross Perrot fue un formidable candidato independiente en 1992 y le habría quitado apoyos al Partido Republicano. (Wikimedia)
Ross Perrot fue un formidable candidato independiente en 1992 y le habría quitado apoyos al Partido Republicano. (Wikimedia)
Los votos liberales y verdes que obtuvo Ralph Nader en 2000 habrían podido inclinar la balanza en favor de Al Gore en esa elección. (Wikimedia)
Los votos liberales y verdes que obtuvo Ralph Nader en 2000 habrían podido inclinar la balanza en favor de Al Gore en esa elección. (Wikimedia)

En 1992, el millonario Ross Perot se postuló como candidato independiente, sacudió el entramado político y se hizo de 18.9% de la votación popular: 19.7 millones de personas le dieron su voto. Y se ha especulado que Perot arrebató al entonces presidente George Bush Sr. una porción importante del voto conservador, merma que a la postre habría sido uno de los factores del triunfo de Bill Clinton en esas elecciones.

Luego, en 2000, el caso de Ralph Nader resultó también destacado. Postulado por el Partido Verde (de línea pro ambientalista), Nader no tuvo el empuje de Perot ocho años antes, pero los 2.8 millones de votos (2.74% del total) que obtuvo en esa elección los habría sustraído de grupos de votantes que de otro modo habrían apoyado al vicepresidente Al Gore. En Florida, estado que resultó al final determinante en esa elección, Nader obtuvo 97,488 votos, el 1.63%. Si esos votos hubiesen ido a Gore, es posible que George W. Bush no hubiese al final sido electo presidente. En el resultado final, Bush venció a Gore por poco más de 500 votos en Florida y con ello a la postre obtuvo la presidencia.

Es pronto para saber qué pasaría con un Trump independiente, pero su coqueteo con ser un 'tercer candidato' es más que nada un señalamiento a los republicanos, algo como “si me desprecian, acabarán del lado perdedor”. Él ha reiterado que su intención es ganar la primaria y ser el candidato republicano, pero dejar una puerta (o una ventana) abierta es sin duda una movida sugestiva y provocadora.

La enorme fortuna de Trump, cabe señalar, es suficiente para mantener activa una candidatura presidencial contra viento y marea. Y aunque no necesariamente tenga probabilidad real de ganar la presidencia, sus posibilidades de arruinarle el esquema a los republicanos es considerable. Con sus millones, su ventaja en las encuestas y su actitud confrontacional y activa, Trump se ha convertido en un dolor de cabeza serio para el aparato republicano.

Donald Trump le ha puesto sazón picante y amargo a la temporada política. (AP)
Donald Trump le ha puesto sazón picante y amargo a la temporada política. (AP)

¿Durará el ímpetu de Trump lo suficiente para llegar a la definición de la primaria a mediados de 2016 y de la elección general en noviembre de ese año? Aún hay muchas incertidumbres, pero él parece decidido a seguir sea como sea. Y tiene con qué pagar los altísimos costos de mantenerse en la carrera.

Posiblemente Hillary Clinton se esté frotando las manos mientras mira al Partido Republicano desgastarse y enfrentarse a sí mismo en el 'reality show' político de Donald Trump.

Al menos por ahora.