Mujer desfigurada por un chimpancé pide que le paguen $150 millones

Es una historia escalofriante, de violencia, dolor, voluntad y valentía singulares. Ante ella, literalmente, la realidad supera a la ficción y el drama personal de la protagonista conmueve, escandaliza, abre la puerta a la pesadilla y a la esperanza.

Charla Nash sufrió en 2009 el devastador ataque de un gran chimpancé, animal que su amiga Sandra Herold tenía ilegalmente como mascota en su casa en Connecticut. Nash quedó totalmente desfigurada por la agresión del chimpancé, sucedida en la propia casa de su amiga: el chimpancé la dejó ciega, le destrozó el rostro y las manos. Ella tuvo que someterse a numerosas y dolorosas cirugías para tratar de reconstruirle la cara y trasplantarle manos. Las operaciones han funcionado solo parcialmente y las lesiones y estragos que el chimpancé le provocó a Nash continuarán afectándola el resto de su vida.

Ahora, Nash ha acudido a la legislatura de Connecticut para pedir que se le permita demandar al estado por lo que ella y sus abogados consideran es su responsabilidad por omisión o negligencia en lo relacionado al chimpancé. Por ley, el estado de Connecticut goza de una facultad llamada ‘sovereign immunity’ (inmunidad soberana), que vuelve improcedente que se le demande en ciertos supuestos, entre ellos casos civiles de negligencia. Pero Nash le ha pedido directamente a los legisladores que modifiquen la ley y le permitan demandar al estado de Connecticut luego de que un juez le negó esa posibilidad.

Nash, indica Reuters, pretende que le autoricen a demandar al estado por $150 millones por los daños que ha padecido.

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Nash alega que las autoridades conocían cabalmente la peligrosidad del chimpancé y el hecho de que sabían que era mantenido ilegalmente en la casa de Herold agrava la situación. Inclusive, según Reuters, el chimpancé, que pesaba unas 200 libras, escapó una vez y las autoridades tuvieron que seguirle la pista hasta que pudo ser atrapado. Aún así, le permitieron a Herold mantenerlo y al hacerlo, indica Nash, no habrían cumplido con su obligación de proteger a la comunidad y a Nash misma.

Por eso quiere que le dejen demandar al estado y que Connecticut le pague $150 millones.

Según Reuters, los legisladores escucharon con interés la historia de Nash pero será hasta junio cuando den un paso hacia revocar o no la inmunidad soberna de Connecticut. Pero las preguntas que se desprenden del alegato de Nash está en el aire: ¿Por qué las autoridades toleraron la posesión ilegal de un animal que ya había dado prueba de peligrosidad? ¿Debe el estado quedar protegido de sus actitudes negligentes en este caso? Autoridades judiciales de Connecticut rechazan que se elimine o suspenda la inmunidad soberana porque consideran que eso podría abrir la puerta a una multitud de demandas futuras que acabarían quebrando las finanzas públicas.

Nash ya le ganó a Herold una demanda por daños, por la que recibió ya $4 millones. Y hay quien dirá que pretender que se le paguen $150 millones es demasiado. Pero Nash, es de suponer, bien pagaría esos mismos $150 millones, o más, si con ello echara atrás el daño y el sufrimiento que ha vivido desde entonces.