El escándalo de la enfermera que reusó jeringuillas y expuso a los pacientes a graves enfermedades

Aunque suena inusitado, y lo es, un escándalo sanitario que parece venir de décadas pasadas pero que sería causado por irresponsabilidades y negligencias presentes ha azotado a una comunidad en Nueva Jersey. Allí, en una empresa farmacéutica, se habría cometido una falla de una de las más básicas reglas de salud pública modernas: usar siempre material nuevo al realizar procedimientos médicos como la aplicación de inyecciones.

En cambio, una enorme ventana a un peligro potencialmente letal se abrió para decenas de personas.

Al aplicar inyecciones o realizar operaciones con sangre se debe usar siempre equipo nuevo. (ABC)
Al aplicar inyecciones o realizar operaciones con sangre se debe usar siempre equipo nuevo. (ABC)

De acuerdo a la televisora NBC, la enfermera que fue contratada por Otsuka Pharmaceutical, ubicada en West Windors, Nueva Jersey, para aplicar vacunas contra la gripe a 67 de sus empleados falló por completo en seguir los protocolos de seguridad y las reglas de sentido común. Al aplicar esas vacunas la enfermera reutilizó las jeringuillas y, al hacerlo, expuso a las personas afectadas al riesgo de contagiarse de ominosas enfermedades.

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No se ha revelado el nombre de la enfermera.

La práctica de reutilizar jeringuillas es común entre adictos a drogas intravenosas y es causa de la propagación de graves infecciones, como la hepatitis o el SIDA. Pero ¿cómo es posible que una persona entrenada en la profesión de enfermería se saltara uno de los criterios más básicos?

Es difícil responder esa pregunta, pero al parecer la enfermera reusó las jeringuillas (aunque sí cambió las agujas) al aplicar las vacunas. De algún modo su acción fue detectada y una queja se presentó a la compañía TotalWellness, el empleador de la enfermera, y se notificó a las autoridades.

Fue así como las 67 personas que recibieron la vacuna fueron informadas de la posibilidad de haber sido expuestas a sangre potencialmente contaminada y se les recomendó hacerse pruebas para detección de hepatitis B y C y VIH. Los exámenes estarían a cargo del Centro de Control de Enfermedades y el Departamento de Salud de Nueva Jersey.

Como si no fuera poco, la enfermera no habría administrado la dosis completa de la vacuna contra la gripe a sus pacientes, por lo que éstos no habrían tampoco quedado inmunizados contra esa enfermedad estacional. Ellos tendrán que volver a recibir la dosis, desde luego con material totalmente nuevo en cada caso.

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Aún no se ha revelado si se aplicará algún tipo de sanción a la enfermera, o a TotalWelness en tanto su empleador, y tampoco se ha detectado ningún resultado positivo de infección en las personas afectadas por esa reutilización de jeringuillas. Con todo, no podrán salir de dudas hasta que se les realicen, en un periodo que puede llegar a seis meses, nuevos exámenes que al final confirmen que no sufrieron contagio alguno.

En varias ciudades, adictos pueden cambiar sus agujas y jeringuillas usadas por nuevas, para no exponerse a contagios. (Reuters)
En varias ciudades, adictos pueden cambiar sus agujas y jeringuillas usadas por nuevas, para no exponerse a contagios. (Reuters)

El escándalo ante este caso es comprensible, pero por más inquietante y aberrante que sea no único ni es el más grave en su tipo en Estados Unidos. Como lo mencionó el periódico Daily Mail, en 2014 más de 4,000 personas fueron informadas de que habrían sido potencialmente expuestas a enfermedades contagiosas luego de que se les aplicaron dosis de insulina con equipo que fue reutilizado en más de una persona.

Afortunadamente tampoco se han detectado infecciones por esa causa, pero el susto y la indignación en muchos de ellos presumiblemente resultaron mayúsculos.

Y qué decir de casos como el de una clínica en West Virginia en donde, de acuerdo al Medical Daily, en 2014 se reusaron agujas y jeringuillas en varios pacientes.

Sea como sea, no deja de sorprender que mientras, por un lado, autoridades en diversas ciudades emprendan programas de intercambio de agujas y jeringuillas usadas por otras nuevas –para que adictos no las reutilicen y se expongan a contagios- profesionales de la medicina realicen un acto impropio de modo, al parecer, consciente y quizá premeditado.