Zapatos “mágicos” para adelgazar
En el supermercado, en la calle, en el banco, en la fila para pagar el teléfono, en el gimnasio y hasta en el cine. De un día para otro, aparecieron por todas partes decenas de mujeres usando zapatos deportivos con suela de plataforma. Días después, encendí la televisión en el horario de infomerciales y me di cuenta por qué. Acompañado del característico tono sensacionalista, se transmitía ininterrumpidamente un comercial sobre los increíbles, maravillosos, ergonómicos, innovadores, y ¿bonitos? zapatos "para adelgazar".
Si uno ve los testimonios del anuncio con detenimiento, se puede dar cuenta de que carecen de fundamento médico confiable. En un tono inverosímil, los "entrevistados" dan un punto de vista que haría parecer que los zapatos son mágicos. Concedámosle el beneficio de la duda. De lo que no cabe duda es que la publicidad resulta tan insistentemente seductora, que hace que la gente quiera probar las bondades del producto de inmediato. (Ponerse los zapatos, caminar diez minutos y quedar como Megan Fox. ¿En serio?) Y es que en el mercado del "adelgace sin esfuerzo", las promesas lo son todo.
Ante un comercial así, es inevitable preguntarse si un par de zapatos va a convertir a una persona obesa en modelo de revista. Las imágenes del comercial muestran que cualquiera puede llegar a tener el abdomen marcado, los glúteos de acero, los senos de una quinceañera, las piernas de Sofía Loren y los brazos de Madonna, sólo por usar los zapatos y caminar de diez a 30 minutos al día. Si eso es verdad, me parece que sólo aplicaría en un bajísimo porcentaje de los consumidores, particularmente los que no padecen sobrepeso, se ejercitan constantemente y cuidan su alimentación.
Una vez más, este tipo de publicidad -relacionada más con temas de salud que con la estética- sigue pareciéndome cuestionable. Los motivos: promete resultados inconsistentes y da información sesgada. No faltará quien diga: "Mentira, en el anuncio incluyen la opinión de un especialista." Sí, claro, pero el señor quiropráctico fue contratado por la misma empresa que produce los zapatos. En casos así, yo cuestionaría la imparcialidad de sus palabras.
Mito o realidad
A falta de una fuente que hable del tema con mayor profundidad (quizás porque el producto es reciente), hice una búsqueda en la red y en algunas revistas de salud y bienestar. Sólo hallé
un estudio, realizado por la Universidad de Wisconsin, que mostró una metodología confiable, capaz de medir la eficacia de estos zapatos frente a otros de su tipo.
A un grupo de doce mujeres se le pidió que hiciera de cinco a diez minutos de caminata con distintos tipos de calzado deportivo, incluyendo los llamados zapatos para adelgazar. Los investigadores midieron la cantidad de calorías quemadas, así como el ritmo cardiaco, y compararon los datos obtenidos con cada tipo de zapato. Para sorpresa de muchos, no se detectó una diferencia sustancial entre usar los zapatos "para adelgazar" y unos tenis o zapatillas comunes y corrientes.
Algo que también llamó mi atención en la búsqueda, fueron los cientos de testimonios de consumidores (de varios países, como
México y
España) que hablan sobre su experiencia. También hallé breves entrevistas a entrenadores y ortopedistas. De toda esa información se podría sintetizar lo siguiente:
Tecnología
a)Los zapatos funcionan por un principio de inestabilidad. La suela interna del área del talón está ligeramente más abajo que la de la punta, esto hace que el cuerpo tenga que hacer mayor esfuerzo para balancear el peso hacia adelante y hacia atrás en cada paso. (De manera similar a lo que ocurre cuando caminamos descalzos en la arena.) Esto obliga al cuerpo a mantener una postura erguida y a mover ciertos músculos que normalmente no se ejercitan al caminar. Además, la suela funciona como un lastre, haciendo que las piernas carguen más peso de lo habitual.
b)La doctora Emily Splichal, podóloga y entrenadora del Sports Club de Nueva York, explica que el abdomen sí se ejercita con este tipo de zapatos: "El cuerpo tiene que usar los músculos del abdomen para mantener el equilibrio; lo mismo ocurre con las piernas y los glúteos, encargados de impulsar al cuerpo", concluye.
c)Debido a que la suela es muy suave, el impacto sobre las rodillas y la cadera es menor, pero eso no significa que personas con problemas en éstas y otras regiones de la columna puedan usarlos sin antes hablar con el ortopedista. Siempre hay que consultar posibles contraindicaciones.
En resumen, los zapatos "mágicos" sí ayudan a mejorar la postura de ciertas personas, así como a caminar correctamente. Pero esto no quiere decir que, si se quiere adelgazar, se puede seguir comiendo en exceso y fantasear con que los zapatos van a hacer que la grasa acumulada desaparezca.
Uso correcto
Estos tenis o zapatillas están diseñados para caminar y realizar actividades sencillas, no para correr o hacer ejercicios que implican una dinámica muscular distinta a la de una caminata. En algo sí coinciden varios especialistas: cargar peso con esos zapatos es un peligro, ya que aumenta el desbalance que aportan los zapatos, de ahí que sea frecuente escuchar a gente que responsabiliza al producto por haber sufrido esguinces o lesiones. Sin embargo, también habría que examinar si fue usado correctamente.
Pérdida de peso
Pocas personas reportan haber bajado de peso inmediata o notoriamente. Sin embargo, confirman que su postura mejoró y que se sienten más ágiles. Al respecto, los entrenadores corroboran que los zapatos son tan cómodos que a la gente le dan ganas de caminar más, con lo que se vuelven más conscientes de su cuerpo.
Precio, calidad... y motivación
El precio que se paga por un par oscila entre los 100 y los 150 dólares (así cualquiera se motiva a sacarles provecho). Pero estamos en América Latina y, para satisfacer la demanda popular, las versiones "económicas" no se han hecho esperar. La semana pasada, a la salida del metro, encontré un puesto callejero donde, al grito de "Llévelo, mire, la bonita promoción", venden los mentados zapatos a $250 pesitos ($22 USdl). Bien dice el dicho que lo barato sale caro, sobre todo si se trata de la columna vertebral. Pero ustedes saquen sus propias conclusiones.
Diseño
Los zapatos para adelgazar no tienen nada de fashion, chic, trendy, hip, cool o cualquier otro calificativo similar. La mayoría de la gente afirma que no se atrevería a usarlos para ir a la oficina, menos para salir de juerga. Curiosamente, este detalle les tiene sin cuidado a las chicas más bajitas; para ellas, ganar unos centímetros sin tener que ponerse tremendo tacón matador, hace que valga la pena la inversión.
Hasta aquí mis pesquisas, ahora les toca a ustedes. ¿Alguien ya los usó? ¿Sirven para bajar de peso? ¿Cumplen o no las promesas del comercial?