El estremecedor sacrificio de una joven madre por su hija

El estremecedor sacrificio de una joven madre por su hija

Con diez semanas de embarazo, a Ashley Bridges le fue diagnosticado un cáncer de hueso. Como suele ocurrir en estos casos, los médicos dejaron en manos de esta joven madre de California la decisión, pero aclararon que, de iniciarse al acto la quimioterapia, tendría que interrumpir su embarazo.

Bridges, de 24 años, se opuso. “Imposible que yo pueda matar a un bebé sano porque yo esté enferma”, sentenció ante las cámaras de CBS2.

Más adelante, a la altura de los ocho meses los galenos le hicieron saber que al retrasar el tratamiento el cáncer se había propagado, y que ya entonces se calificaba como terminal.

No obstante, apenas Paisley vino al mundo su madre la puso en manos de la familia para someterse a un tratamiento intensivo. Sin embargo, tras múltiples rondas de quimioterapia el dictamen no ha sido alentador: podría quedarle menos de un año de vida.

“La idea de que no la veré crecer [a Paisley] es realmente dura”, aseguró. Para colmo, Ashley Bridges tiene un niño de seis años de una relación anterior que un día le confesó: “Si tú mueres, yo quiero irme contigo.”

Amigos y familiares han estado junto a esta brava mujer en Wildomar, al sudeste de Los Angeles, en estos momentos muy difíciles de concebir y resistir. En las noches, su actual pareja toma el turno del cuidado de la bebita.

Mientras Bridges no se arrepiente de la decisión, su hermana Jessica declara considerarla como una superheroína.

Observando fijamente a su hija en sus brazos, Ashley ha sido categórica: “Tal vez no se supone que yo esté aquí, y ella sí.”

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