El gobierno de Nicaragua sugiere comer iguanas por la escasez de alimento

En octubre de 2009, el presidente venezolano Hugo Chávez y la ONG Brasileña SOS Mata Atlántica les proponían, cada cual por separado, a quienes quisieran escucharlos que aprovecharan el momento de la ducha para orinar, lo cual evitaba considerablemente nuestro habitual gasto de agua.

Lo que acabamos de escuchar tiene que ver con el agua, o con su escasez, y nos llega desde Nicaragua, país de poco más de seis millones de habitantes que está siendo azotado ahora mismo por la sequía más grande en 22 años, según el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER).

Con una pérdida de más de 2.500 cabezas de ganado por culpa de la falta de agua y la desaparición de los buenos pastos, el país enfrenta una incalculable crisis alimentaria. Por esta razón, el gobierno de Daniel Ortega ha acudido a sus consejeros en busca de soluciones potables para paliar el encarecimiento de los alimentos y evitar fracturas sociales y disturbios, cuyos síntomas ya son palpables.

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Y ahí viene la noticia. "Se recomienda que se críen iguanas, en vez de cazarlas en los bosques”, declaró Guillermo Membreño a través de los medios de prensa oficialista.

Sopas de iguana, preparados de tortuga o platos con armadillo son algunas de las exóticas recetas, muchas afrodisíacas según el folklore urbano, con las que se deleitan los nicaragüenses en Pascuas para escapar a la veda de carnes rojas, aunque violando la prohibición de comer especies en riesgo de extinción. (AFP | hector retamal)
Sopas de iguana, preparados de tortuga o platos con armadillo son algunas de las exóticas recetas, muchas afrodisíacas según el folklore urbano, con las que se deleitan los nicaragüenses en Pascuas para escapar a la veda de carnes rojas, aunque violando la prohibición de comer especies en riesgo de extinción. (AFP | hector retamal)

Según este especialista en manejos del suelo, la carne de iguana tendría un 24% de proteínas, muy por encima del 18% de la carne de gallina.

Curiosamente, la caza de la iguana o garrobo está prohibida por la ley entre el 1 de enero y el 30 de abril, además de que su comercialización, usual para fines predominantemente decorativos, es considerada como delito a lo largo de todo el año.

Lo anterior, pero sobre todo la propuesta del gobierno sandinista y el rechazo a asimilarla como alimento por una parte de la población, ha desatado una ola de críticas en la calle y en las redes sociales.

“Es una vergüenza para los nicaragüenses que en los países extranjeros se publique este tipo de noticias”, manifiesta el usuario de Facebook, César Augusto Bravo Vargas; tras lo cual, Ofelia Del Carmen Centeno agrega: “Dicen que las iguanas tienen sus propiedades vitamínicas, pero a mí no me gustan...”

Un sustancioso artículo publicado hoy por el diario español El País admite que “las iguanas ya forman parte del recetario popular nicaragüense, donde se sirven mezcladas con maíz, cítricos, ajo y cebollas, principalmente en los populosos mercados urbanos”, aunque luego aclara que proponer el consumo masivo desde las instancias gubernamentales sería abrir la puerta para erosionar el frágil ecosistema del país “que cuenta con el 10% de la biodiversidad del mundo, según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites).”

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La propuesta de Guillermo Membreño se centra en la creación de “iguanarios”, sitios donde los nicaragüenses criarían no más de diez ejemplares de este reptil para el consumo familiar, pero que también haría su aporte a las maltratadas economías domésticas (el salario mínimo del empleado es de apenas 137 dólares), gracias a la venta de su carne o su piel, o a través del comercio de mascotas.

De paso, señala un reporte de la agencia EFE, el asesor del gobierno recomendó cultivar marango, “un árbol que crece con poca agua y tiene hojas que pueden convertirse en alimentos, con altos niveles de nutrientes.”

Tomado de Facebook
Tomado de Facebook

"Al patio de mi casa llegan iguanas –escribió Julio César López en su pagina de Facebook-. Las he visto desarrollarse, cambiar el color de su piel. Se pasean campantemente, se mueven con toda libertad, se sienten protegidas. Iguanas, sigan disfrutando del patio de la casa, acérquense al fogón como lo han hecho siempre. Tengan la seguridad que nadie las cocinará. No le pongan mente al anuncio de Daniel Ortega.”

Mientras, Daysi Torres, la alcaldesa sandinista de Managua, declaró al diario Hoy: “Creo que en el país todos hemos comido iguanas y garrobos. Es un alimento muy rico”.

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Por su parte, en el mismo medio de prensa, el biólogo Julio Sánchez pidió al estado que esclarezca bien su posición, pues "no es factible el consumo de iguana en estado silvestre (porque los animales tienen bacterias y hongos)…"

En sintonía con aquel consejo del fallecido mandatario venezolano, el gobierno nicaragüense ha aprovechado para sugerirles a los ganaderos –los grandes perdedores en medio de esta sequía récord—que disminuyan en un 15% el agua que dan de beber a sus bestias y que eviten hacerlas correr por los prados de la nación.

Así van las cosas. “No estamos en tiempos de jacuzzi”, declaraba Chávez en 2009. “No estamos en tiempo de camarones” (uno de los rubros de importancia en el país), parece insinuar el gobierno de Daniel Ortega. De ahí que las iguanas, esos reptiles que parecen herederos de los tiempos de los dinosaurios, pudieran empezar a escasear en los montes del país centroamericano dentro de muy poco tiempo.