El primer zoológico exclusivo para microbios

El zoológico de microbios. AFP
El zoológico de microbios. AFP

Hace algo más de una semana conocíamos a través de un cable de la agencia EFE de un inusual manga (serie de animados japoneses) que en lugar de niños, animales o naves espaciales abordaba la vida amorosa de euglenas y tardígrados, nada menos que microorganismos con los que convivimos sin conocerlos en medio de la naturaleza.
"Puede que mis mangas sean una locura, pero están llenos de tíos buenos", reconoció con una sonrisa Marie Hadori, la creadora de este tebeo, de acuerdo con una entrevista publicada en el diario Asahi.

Pues si esta serie, de la cual ya se han dado a conocer dos volúmenes, está teniendo mucha popularidad entre el público japonés de todas las edades, cuál no será la sorpresa de los niños y adolescentes holandeses cuando visiten un zoológico que, en vez de leones, monos y jirafas, conserva y exhibe una infinidad de microbios de todas las especies.

Pues justo esta semana, junto a las instalaciones del Zoológico Real Artis de Amsterdam, abrió sus puertas Micropia, este “zoo interactivo de microbios”, con una muestra inaudita de microorganismos que no solo impactarán a los más pequeños, sino también a los adultos de la casa.

“Los zoológicos no suelen mostrar sino una parte de la naturaleza, como es el caso de los grandes animales –especificó ante la prensa Haig Balian, director del zoo Artis-. Nosotros queremos mostrar la micronaturaleza.”

Según este especialista, la importancia de los microbios siempre ha estado subestimada, desde que fueron observados en el siglo XVII por quien se ha considerado el padre de la microbiología, el holandés Antoine van Leeuwenhoek. Sin embargo, aclaró, si los virus, hongos y bacterias son asociados a menudo con las enfermedades, no es menos cierto que son esenciales para nuestra sobrevivencia y desempeñan una función cada vez más importante para el futuro del planeta.

Ahora mismo numerosos microorganismos son utilizados por el ser humano para producir biocarburantes, para desarrollar nuevos tipos de antibióticos o para mejorar el rendimiento agrícola. Se sabe incluso de su uso experimental para la producción de energía eléctrica, el fortalecimiento de los pilares de un edificio o la lucha contra el cáncer.

Pero lo que nos llama la atención –y hasta lo que a algunos nos aterra—es constatar a través de imágenes que arrastramos día a día con un kilogramo y medio de microbios, sin los cuales, curiosamente, moriríamos.

"El interés por la microbiología nunca aumentará si la dejamos sumida en la oscuridad, abandonada en manos sólo de unos expertos", explicó Balian. "Queremos mostrar a los visitantes que todo está relacionado en la naturaleza y los microbios desempeñan un papel fundamental".

De acuerdo con un reporte de EFE, gran parte de este museo se basa en hileras de microscopios conectados a pantallas gigantes, donde los visitantes observan en tiempo real los movimientos de los diferentes microorganismos, retenidos en placas de Petri y en tubos de ensayo.

De la misma manera, cualquier visitante al Micropia puede enterarse, gracias a una cámara de altísima resolución, de cuáles son los ácaros que permanecen entre sus pestañas, e incluso qué tipo de bacterias arrastran en su espantosa anatomía.

Y ya dedicados a un asunto mucho más grave y lamentable, quien se interese por el tema puede captar a través de un microscopio especial 3D el modo en que el virus del ébola devasta a diario los territorios de África occidental.

Por último, gracias a este interesantísimo centro de recreación y aprendizaje, los enamorados pueden conocer –a través de un artefacto llamado “Kiss-o-Meter”—cuántos microbios se acaban de transferir uno al otro tras cuatro segundos de un beso.

El 'Besómetro' indica cuántos microbios fueron intrercambiados durante el beso / Foto: n-tv.de
El 'Besómetro' indica cuántos microbios fueron intrercambiados durante el beso / Foto: n-tv.de

"¿Sabía usted que, por ejemplo, hay 700 especies de microbios que viven en la boca?” –preguntó un jocoso Balian ante el público y la prensa.

Curiosamente, hace muy poco tiempo un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, hallaron cerca de 2.000 tipos diferentes de bacterias, tranquilas, cómodas dentro de nuestro ombligo.

Si bien, como ellos mismos han anotado, el ombligo es “el portal por el que nos conectábamos a nuestras madres, y el recordatorio físico de nuestro pasado evolutivo”, estos científicos norteamericanos deberían programar cuanto antes una visita a la hermosa Amsterdam. Allí tal vez puedan aportar mucho más al conocimiento que ya tenemos sobre esos animalejos microscópicos que viven, sueñan y mueren con nosotros.