Ataja un penal y es expulsado inmediatamente por festejarlo groseramente

No fue un buen día en la oficina para Lukasz Sapela. El arquero del Ravan Bakú, que cierra la clasificación de la muy infrafutbolera liga de Azerbaiyán, vivió su momento de gloria particular consiguió al atajar un penal durante el partido contra el Karabakh, que es líder indiscutible del campeonato. Sapela estaba exultante, tanto que se excedió en los festejos y acabó siendo enviado a la caseta por el colegiado por conducta inapropiada.

El consuelo para sus compañeros, que tuvieron que jugar el último cuarto de hora con un hombre menos, es que se las apañaron para mantener la meta a cero y sumar un punto gracias al 0-0. Para un equipo que ha ganado tan solo un partido de 24, algo es algo.

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