¿Y si cubrimos las autopistas con paneles solares?

Imagen de mayo de 2014 facilitada por Scott and Julie Brusaw. Ante ellos un prototipo de aparcamiento construido en Sandpoint, Idaho. (Fuente: AP/Solar Roadways)
Imagen de mayo de 2014 facilitada por Scott and Julie Brusaw. Ante ellos un prototipo de aparcamiento construido en Sandpoint, Idaho. (Fuente: AP/Solar Roadways)

Scott Brusaw es un ingeniero eléctrico estadounidense preocupado por el medioambiente y con alma de inventor. Cuando hace unos años su mujer Julie salió deprimida del cine tras ver el documental "Una verdad inconveniente" realizado por el ex vicepresidente de los EEUU, Al Gore, Scott decidió que podía aplicar sus conocimientos para combatir el calentamiento global.

Hoy, tras haber fundado la empresa Solar Roadways que fabrica pavimentos energéticos con paneles solares hexagonales sobre los cuales se puede circular, y tras convertir su idea en un fenómeno viral gracias al apoyo de las redes sociales y de algunos famosos, su sueño de reformar las autopistas para que generen energía está un poquito más cerca.

Scott, que ya tiene prototipos instalados a pequeña escala, defiende la utilidad de sus paneles, que pueden soportar el trajín de vehículos grandes y pequeños, y también las inclemencias del tiempo, mientras generan electricidad.

Según él, su idea tiene algo que contenta a todo el mundo. "A los ecologistas les encanta, y a los que niegan el cambio climático también, porque genera puestos de trabajo". La idea, que puede parecer un poco quijotesca de buenas a primeras, ha conseguido enamorar tanto al gobierno de los Estados Unidos, que la ha financiado con 850.000 dólares en subvenciones, como a los contribuyentes, que han aportado al proyecto más de 2 millones de dólares a través de una web de crowdfunding.

Empresas como Solar Roadways están prosperando gracias a un gran movimiento popular medioambientalista que busca desarrollar nuevos medios de generación de energía renovable que se integren en la sociedad. El mercado es floreciente y casi virgen, por lo que atrae la atención de muchos inversores.

Sin embargo los inicios de la empresa de Scott Brusaw no fueron lo que se dice prometedores. La cosa iba bastante mal hasta que un vídeo en el que explicaban su idea se convirtió en viral (lleva 14 millones de visualizaciones). Tras eso, el actor George Takei de "Star Trek" les citó de forma halagadora, y más tarde la empresa fue mencionada en el famoso programa MythBuster. Eso bastó para que recibieron donaciones de más de 45.000 personas procedentes de 50 países distintos.

Brusaw ve múltiples ventajas a la idea de sustituir el asfalto por paneles solares, ya no solo por la generación limpia de energía, sino porque podrían jubilar a los quitanieves (las carreteras podrían aprovechar parte de la energía generada para calentarse y derretir el hielo). En su opinión, incluso harían más sencilla y clara la señalización vial (si se las dota de leds luminosos) ya que la información podría mostrase en tiempo real, adaptada a las condiciones de tráfico y clima del momento concreto.

Detalle de los paneles solares hexagonales fabricados por Solar Roadways. (AP Foto/Solar Roadways)
Detalle de los paneles solares hexagonales fabricados por Solar Roadways. (AP Foto/Solar Roadways)

Pero el reto tecnológico dista mucho de estar al alcance de la mano. Hay que someter a prueba los paneles para evaluar su vida útil, ya que no hay que olvidar que están recubiertos de un vidrio templado rugoso. Además no se sabe como reaccionarán a la suciedad, ni como se comportarían en condiciones climáticas muy desfavorables. Por otro lado, aún tiene que idearse un método capaz de almacenar la energía que generasen.

Aunque en realidad el problema sigue siendo el de siempre: la viabilidad económica. Brusaw no ha realizado un estudio de costos, por lo que hasta el momento nadie sabe lo que costaría cubrir una red nacional de autopistas tan extensa como la estadounidense con los paneles hexagonales que Solar Roadways produce. Seguramente no haya dinero bastante en el mundo para hacer algo así, y Brusaw lo sabe.

Por eso para empezar prefiere ir poco a poco y con los pies en el suelo. Lo mejor sería comenzar cubriendo los accesos a los edificios, las aceras, los carriles bici y los parkings de las grandes superficies. Una vez se perfeccione el método de fabricación, ya habrá tiempo para ir soñando con infraestructuras monstruosas.

Publicado originalmente en Cuaderno de Ciencias.