La curiosa belleza de la orquídea "pato volador"

Generalmente las personas que se dedican a noticias de naturaleza suelen hablar de nuevas especies descubiertas, de los peligros para la conservación de animales y plantas, o nuevos descubrimientos sobre la evolución, el comportamiento o la ecología de distintos seres vivos. Pero, de vez en cuando, también viene bien pararse simplemente a observar la naturaleza, a apreciar su belleza. Al hacer esto se suele aprender mucho.

Un grupo de seres vivos que resulta muy interesante observar son las orquídeas. Estas plantas monocotiledóneas suelen tener un aspecto muy curioso, y unas adaptaciones biológicas realmente interesantes. Como el caso de la especie de la fotografía que encabeza este texto, a la que se conoce como orquídea de pato volador, "flying duck orchid" en inglés (Caleana major).

Se trata de una planta muy poco común, que habita la zona del sur de Australia. Tiene unos 50 centímetros de altura, y de cada tallo salen entre dos y cuatro flores. El origen del nombre común es muy claro: la flor de esta especie recuerda a la silueta de un pato volador. Pero, ¿por qué tiene esta forma? En este caso es pura casualidad.

Esta orquídea realiza lo que se conoce como pseudocopulación. A lo largo de su evolución, ha ido modificando su flor para atraer a los insectos, que al posarse en ella disparan unos pequeños resortes y quedan atrapados. También ha sido capaz de emular en sus estambres el olor de las hembras de determinadas especies. Así, el insecto encerrado en la flor trata de copular con ella, y una vez que ha recogido el polen se libera la trampa.

Al llegar a otra flor, comienza de nuevo el proceso. Pero en este caso, lo primero que ocurre cuando comienza a “copular” con la flor es la transmisión del polen proveniente de la flor anterior. Es decir, que en el mismo acto libera polen y fecunda una orquídea, y recoge el polen de ésta para fecundar a la siguiente.

Y es la casualidad la que ha hecho que la forma final de la planta recuerde a un pato en vuelo. En otros casos las flores recuerdan a la hembra o el macho del insecto polinizador. En otros muchos, tal vez la situación más común, las flores se convierten en auténticas pistas de aterrizaje, con pétalos modificados para que sirvan de plataforma y un patrón de colores que resulte muy llamativo desde una larga distancia. Como los insectos son capaces de ver en el ultravioleta, muchas flores que para los seres humanos son completamente blancas, a los ojos de estos animales presentan un patrón de bandas violetas.


Fuente: Yahoo! España
La curiosa belleza de la orquídea "pato volador"