Cuando la gente se podía bañar en el Sahara

Bien es sabido que el Sahara es el desierto cálido de mayor extensión del planeta, ocupando una superficie de más de nueve millones de kilómetros cuadrados dentro del continente africano. Su árido clima hace casi impensable que en pleno Sahara hubo un tiempo en el que habitaron algunas tribus, rodeadas de vegetación y abundante agua, como si se tratase de la sabana africana en lugar de un desierto de mar de arena y rocas.

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Existen suficientes evidencias arqueológicas que indican cómo la parte oriental del Sahara  disfrutó de un clima totalmente diferente al que hoy en día tiene y en el que  las lluvias eran parte fundamental en su ecosistema.

En la montañosa meseta de Gilf Kebir se encuentran unas cuevas ricas en pinturas rupestres que muestran los hábitos de vida de la civilización que allí habitó hace diez mil años y en las que se pueden observar algunas pictografías de gente nadando. Aquel lugar fue bautizado en 1933 por el explorador László Almásy con el nombre de "Cueva de los nadadores".

Pero tal y como ocurre en la actualidad, por aquel entonces también sufrieron su particular 'cambio climático', en el que una pequeña variación de la rotación de la Tierra cambió por completo todo el ecosistema de la zona, obligando a migrar hacia otras zonas con mayores posibilidades de supervivencia, siendo sostenido por un gran número de arqueólogos que dicha migración forzada fue el origen de la civilización egipcia.

Las pinturas rupestres de las cuevas muestran la vida silvestre de sus habitantes, que vivían en aquella sabana rodeada de ríos y lagos y en donde las personas, que cazaban con arcos y flechas, pastoreaban los animales, recolectaban grano y pescaban.

Durante el periodo en el que en aquel lugar se disfrutó de un terreno fértil en vegetación, también hubo su propia fauna, encontrando restos arqueológicos de jirafas, antílopes, gacelas, animales de ganado e incluso una especie de búfalo, hoy en día extinguido y cuerpos humanos con evidencias de haber muerto ahogados, siendo una clara señal de la cantidad de agua que pudo haberse concentrado en aquella época y lugar.

Aquellos pobladores que migraron hacia lo que hoy es Egipto se dedicaban en su mayoría al pastoreo, pero ya mostraban indicios de la gran capacidad de organización que convertiría a la civilización egipcia en una de las más importantes de la historia.

En el desierto de Nubia, en la región más oriental del desierto del Sahara, podemos encontrar suficientes evidencias arqueológicas que nos muestran el estilo de vida y organización que habían establecido aquellos pobladores que allí se asentaron.

Una de las construcciones más antiguas que se encuentran en la zona (Nabta Playa) es un círculo de piedras conocido como crómlech, coincidiendo la mayoría de los expertos en que se trata de un primitivo observatorio astrológico y que determina la avanzada sociedad en que se convirtieron sus pobladores.

Fuente: Yahoo! España
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