Feminicidios: violencia extrema contra la mujer

Por Verónica Mezzini

Al escuchar noticias acerca de mujeres que en Oriente Medio u otras regiones son mutiladas o apedreadas hasta morir, tal vez muchos piensen con cierto alivio que este tipo de horrores sólo suceden en países "del otro lado del mundo, con religiones, culturas y valores diferentes a los nuestros". Sin embargo, Latinoamérica muestra una pavorosa realidad cuando de violencia de género se trata. Entre muchos otros aspectos, los femicidios -o feminicidios-, sacuden a la región como una de las formas extremas de abuso contra la mujer.

Liderados por El Salvador, con una tasa de 12 feminicidios por cada 100 mil mujeres, 14 países de Latinoamérica y el Caribe se encuentran entre los 25 que tienen una mayor tasa de este tipo crímenes. Así lo afirma un estudio divulgado meses atrás por  la organización Small Arms Survey, "Femicidio: un problema global".

Las Antillas, Bolivia, Colombia, Guatemala, Guayana, Bahamas, Jamaica y Honduras son los otros países con índices considerados muy altos, debido a que hay más de 6 crímenes por cada 100 mil mujeres.

¿Pero de qué se trata este fenómeno, que parece expandirse cada día más? Un documento del Ministerio Público Fiscal de Argentina lo explica así: "En el marco de la violencia de género el 'femicidio' es una de sus formas más extremas y puede definirse como  'homicidio cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad'. (...) El femicidio es el último eslabón en la cadena de violencia contra la mujer".

En 1993 en Viena, la Conferencia de Derechos Humanos reconoció la violencia contra las mujeres como una grave violación a sus derechos. Y a nivel regional, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer establece como obligación de los Estados la implementación de medidas en esta dirección.

Casos sonados

En los últimos 11 años, más de 420 muchachas y mujeres fueron asesinadas en Ciudad de Juárez, en el estado mexicano de Chihuahua, según reporta la asociación civil "Nuestras Hijas de Regreso a Casa", y se especula que 90 de ellas fueron víctimas de asesinos seriales. Casi todas son mujeres provenientes de familias carenciadas, trabajadoras de maquilas.

Muchas han sido mutiladas, violadas y sus cuerpos, arrojados en canales o descampados.  La causa de estos asesinatos se desconocen y las matanzas continúan, a pesar de los numerosos arrestos y pronunciamientos. Hoy el caso de las Mujeres de Juárez se ha convertido en uno de los más emblemáticos y significativos a nivel internacional.

Pero en México el problema se extiende mucho más allá de Ciudad Juárez. En los pasados 25 años fueron perpetrados al menos 34 mil feminicidios, según publica el periódico de la Universidad Nacional Autónoma de México, La Jornada. Y un número aún más alarmante, siete de cada diez mujeres mexicanas reportan algún tipo de violencia a lo largo de su vida.

En Argentina, los femicidios más difundidos se han dado en los últimos años con una particularidad: el arma utilizada en contra de las mujeres es el fuego.  Entre ellos, el caso de Wanda Taddei, que en 2010 fue quemada viva por su marido, el rockero Eduardo Vázquez, y a la que le siguieron otras 53 mujeres ese año.

A falta de cifras oficiales, la asociación civil La Casa del Encuentro publica datos recopilados  por el Observatorio de Femicidios Adriana Marisel Zambrano, que arrojan que en los primeros  meses de 2012 ocurrieron en Argentina aproximadamente 119 femicidios.

A partir de reclamos de diferentes organizaciones, en abril de este año la Cámara de Diputados de la Nación Argentina aprobó por unanimidad y giró al Senado el proyecto que propone incorporar la figura del femicidio al Código Penal, como un tipo agravado de homicidio. El tema aún se está debatiendo y sigue en estudio.

Por su parte, meses atrás el Senado mexicano incorporó el delito de feminicidio en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, por lo cual este tipo de crímen será sancionado con entre 40 y 60 años de prisión. El decreto fue firmado por Felipe Calderón en junio de 2012.

Qué hacer al respecto

Expertos señalan que fortalecer la autoestima de las niñas es la mejor forma de evitar que cuando crezcan acepten ser víctimas del maltrato y, consecuentemente, del feminicidio. También aconsejan que dar el ejemplo en casa es fundamental.

Si estás siendo víctima de abuso doméstico, reconocerlo, buscar ayuda y denunciar a tiempo podría detener un posible feminicidio.

Por parte de los gobiernos, los expertos coinciden en que la educación, concientización, y la creación y aplicación de leyes para regular estos delitos, son cruciales para ayudar a reducir este creciente flagelo.