Sigolène Vinson, la mujer que plantó cara y sobrevivió al ataque a la sede de Charlie Hebdo

Uno de los atacantes encañonó a la cronista judicial con su arma, pero terminó perdonándole la vida tras sembrar el caos en las oficinas de la revista.

Sigolène Vinson (Yahoo Francia)
Sigolène Vinson (Yahoo Francia)

Francia llora a sus muertos, mientras que intenta seguir adelante tras una semana en la que la barbarie, la crueldad y sobre todo la muerte se han apoderado de la sociedad gala. Pero también la unión, la solidaridad y un mensaje compartido de repulsa ante los atentados terroristas y de defensa sin fisuras de la libertad de expresión. La revista Charlie Hebdo y sus dibujantes también intentan mirar al futuro con optimismo y su nuevo número muestra que pese al sufrimiento de estos últimos días, no están dispuestos a rendirse en su lucha por decir lo que piensan.

La investigación sigue su curso y precisamente una de las supervivientes de la publicación ha querido contar a los medios cómo lo vivió ella, cómo reaccionó cuando uno de los atacantes la encañonó y su vida pendió de un hilo muy fino, que finalmente no se terminó rompiendo. Sigolène Vinson, la cronista judicial de la revista, volvió a nacer ese día, pero fue testigo de primera mano del horror que se apoderó de la sede de Charlie Hebdo.

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Los periodistas estaban reunidos en la sala de redacción cuando irrumpieron los hermanos Kouachi y empezaron a disparar. Vinson se intentó refugiar detrás de una pared, situada entre la misma sala de redacción y los despachos de los viñetistas, pero Said, el hermano mayor la encontró cuando salió y no dudó en apuntarla con su arma. La forma en que la cronista recuerda el suceso es realmente estremecedora.

“Le miré. Había ido a matarme. Le miré sin bajar la vista. Le miré sin odio, sin miedo y vi que su expresión cambió. No sé decir cómo, pero cambió. De pronto él perdió su aplomo”, relata a la revista Marianne.

Una reacción valiente que probablemente sorprendió al propio atacante que decidió no acabar con su vida.

“No temas. Cálmate. No te voy a matar. Eres una mujer y no se mata a las mujeres, pero piensa en lo que estás haciendo, lo que haces mal. Reflexiona sobre ello y lee el Corán”, fue la respuesta de Said antes de dejarla rodeada de compañeros muertos y huir apresuradamente en compañía de su hermano, tal y como cuenta Le Monde.

Después el silencio, la sangre, el shock y sobre todo la consciencia de darte cuenta que en apenas unos segundos tu vida entera se ha puesto del revés. Que en un momento todo cambia y nunca más vuelve a ser como antes.

“Es Charlie, venid pronto, están todos muertos”, es la sentencia cuando Vinson coge el teléfono y llama a los bomberos. Ella ya no es la misma, Charlie Hebdo y París tampoco.


Historia original: Yahoo España