Quién ganaría la tercera guerra mundial

Unos manifestantes prodemocráticos usan sus paraguas para protegerse de las fuertes lluvias caídas durante las protestas en Hong Kong, el 30 de septiembre de 2014
Unos manifestantes prodemocráticos usan sus paraguas para protegerse de las fuertes lluvias caídas durante las protestas en Hong Kong, el 30 de septiembre de 2014

La guerra mundial del titular sería entre Estados Unidos y China, con algún otro protagonista del Pacífico. No es algo remoto: Asia es la región más peligrosa del mundo, la rivalidad entre China y Japón es delicada y China está en una fase de un par de décadas donde o da un paso al frente en geopolítica o va a perder fuelle.

Hablo de este asunto ahora porque Hong Kong vuelve a poner el foco en la segunda gran potencia real del mundo, China, muy por delante de Rusia, y porque el 1 de octubre fue la Fiesta Nacional de China. El análisis desde Estados Unidos de las opciones militares contra China no es política de ficción.

Estados Unidos sabe quién es su adversario más amenazador. Según una lista no exhaustiva de la Brookings Institution, China hoy es todo esto:

El país más poblado con una gran masa de tierra continental, la segunda economía del mundo, tiene las mayores reservas de moneda extranjera del mundo, el segundo presupuesto militar del mundo y el mayor ejército, un programa espacial con humanos, un portaviones, el museo más grande del mundo, la mayor presa del mundo, el país con más autopistas y el mejor sistema de trenes de alta velocidad, el país que más comercia, el que más energía consume, el que más gases de efecto invernadero emite, el segundo receptor de inversión directa extranjera y el tercer inversor en el extranjero, el mayor productor del mundo de montones de bienes y el que recibe más líderes extranjeros.

Es lógico que Estados Unidos - con permiso de sus líos en Oriente Medio - esté siempre pendiente de China.

Un manifestante grita consignas cerca del lugar donde se iza la bandera por el Día Nacional de China. EFE/DENNIS M. SABANGAN
Un manifestante grita consignas cerca del lugar donde se iza la bandera por el Día Nacional de China. EFE/DENNIS M. SABANGAN

Por qué ahora

China tiene, si nada cambia, una ventana de un par de décadas para beneficiarse de su poder y empezar a crear otro orden internacional. Aquí lo razonan bien. Será el momento de hacer tambalear la paz americana. Hay al menos tres motivos para que, si China tiene intereses cerca de su territorio, lo ejecute.

1. La demografía. En 2030 China tendrá la mayor proporción de ciudadanos de más de 65 años del mundo. No será un país joven lleno de futuro.

2. La economía. China mantiene el pleno empleo con un crecimiento del 7 por ciento. Pero los sueldos no siempre podrán ser igual de bajos ni su ventaja comparativa va a mantenerse 20 años más.

3. La innovación. Diez personas de etnia china han ganado un Nobel, pero solo dos viven en China: uno está en la cárcel, Liu Xiaobo, y el otro es escritor, Mo Yan. China no fomenta el pensamiento crítico entre universitarios e investigadores. Los países asiáticos que vivieron el asentamiento de la clase media eran dictaduras y son hoy democracias casi todas ejemplares (al menos sí más libres que China): Japón, Corea del Sur, Taiwan y Singapur.

El desafío de Hong Kong, acabe como acabe, es una alerta. Es posible que China espere inaugurar un modelo propio de desarrollo. Aún temen el caos, como ocurrió en la Rusia de Boris Yeltsin. Fue una excusa razonable pero quizá deban ya pensar en otros ejemplos.

[Relacionado: Qué pasa en Hong Kong en seis puntos]

Qué provocaría un conflicto

La guerra podría empezar por dos motivos: Taiwan o una disputa con los vecinos por alguna posesión marítima. Sería por tanto una guerra en el mar, sin apenas uso de infantería ni necesidad de conquistas terrestres. China sigue de cerca el conflicto en Ucrania no solo para aprender del presidente Putin, sino para ver cuánto le tiembla el gatillo a Estados Unidos.

Los escenarios para Rusia y China son parecidos, pero hay una diferencia extraordinaria: Taiwan, Corea del Sur, Japón son aliados que Estados Unidos se ha comprometido a defender. Una guerra con uno de ellos sin respuesta americana dejaría tocada su cargo de súperpotencia.

El presidente ruso, Vladimir Putin, es admirado en China porque se ha atrevido. Ha hecho algo que, de momento, los chinos no han podido: ejercer su dominio sobre sus territorios fronterizos.

Pero Putin no es tonto. Ha pisado países -Georgia, Ucrania- poco cruciales para Estados Unidos. China no tiene esa opción de proyectar su poder y que le salga tan barato como a Putin.

El presidente Xi Jinping participa en una ceremonia ante el Monumento de los héroes en la plaza de Tiananmen en Pekín (China) hoy, martes 30 de septiembre de 2014, un día antes del Día Nacional de China. EFE
El presidente Xi Jinping participa en una ceremonia ante el Monumento de los héroes en la plaza de Tiananmen en Pekín (China) hoy, martes 30 de septiembre de 2014, un día antes del Día Nacional de China. EFE

Quién ganaría

La diferencia militar a favor de Estados Unidos es abismal, pero hay que tener en cuenta que la guerra sería en la costa china, a miles de kilómetros de Estados Unidos y por un interés prioritario para China y secundario para Washington.

En enero hubo una sesión en un comité del Congreso sobre la amenaza china. La versión tradicional de la estrategia china era que solo podría defender sus intereses con un Pearl Harbor inicial: destruir la capacidad militar de Estados Unidos en el Pacífico antes de que la use en su contra.

Se daba por hecho que China no sería capaz de, por ejemplo, conquistar Taiwan si los cazas y buques americanos se metían en la batalla. Había que neutralizarlos primero. Pero ya no. China ha descartado el ataque preventivo como estrategia.

Pero hay algo sospechoso: China sigue sin ser capaz de derrotar el poderío marítimo americano. Sobre todo por un detalle: los submarinos, que podrían hundir buena parte de su flota antes de empezar las batallas. Aquí tienen una buena teoría sobre por qué. Aún así, China cree ahora que podría sobrellevar el ataque americano. ¿Por qué? Porque quizá crea que Estados Unidos no ejercería su opción a la fuerza.

En una guerra, China procuraría apuntar a grandes buques de guerra. A pesar de su probable derrota, China podría por tanto intentar hundir alguna nave americana. Serían miles de marineros, un desastre enorme. Tras ver la reacción de Estados Unidos en guerras previas, China puede creer que un presidente americano no se atreverá a ese riesgo y buscarán excusas: no mandan a soldados a Irak, Putin les asusta, el yihadismo sigue vivo. ¿Por qué con China iba a ser distinto?

Estados Unidos debería dejar claras sus intenciones. No puede insinuar que hay circunstancias que  permiten agravios geopolíticos -de ahí el peligro de Ucrania. Si China detecta debilidad, el conflicto puede estar más cerca.

Pero con los años, la geopolítica cambia. Estados Unidos puede estar de aquí a un tiempo liado con la OTAN en los Países Bálticos, con su alianza árabe en Irak y encima con una China agresiva. La Casa Blanca de turno debería escoger sus enemigos básicos. Así sí podría China empezar a alterar el equilibrio global.


Historia original: Yahoo España