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La fatalidad de los países sin acceso al mar

Para países como Bolivia el acceso al mar constituye una prioridad en la agenda política (Keysanger - Wikimedia Commons)
Para países como Bolivia el acceso al mar constituye una prioridad en la agenda política (Keysanger - Wikimedia Commons)

Imagine que vive en una casa dentro de otra casa. Y que para hacer las compras, trabajar, o simplemente salir a tomar el fresco debe pedir permiso al vecino. ¿Absurdo? Cuarenta y cinco países existen en esas condiciones: sin acceso al mar, obligados a contar con otros para realizar al menos una parte de su comercio exterior.

Son los llamados estados sin litoral o naciones mediterráneas (rodeadas de tierra). Aunque todos comparten la ausencia de mar abierto, la geografía no los perjudica a todos por igual. Como suele ocurrir cuando se trata de economía, África y Asia reservan los peores destinos a quienes, por razones históricas, no cuentan con la bendición de un puerto propio.

Comercio sin mar

Volvamos al ejemplo de la casa. El vecino le cobra por cruzar la puerta entre ambas viviendas, luego le exige más dinero por atravesar el salón hasta la salida y antes de alcanzar la calle, otra suma. Hacer negocios con el exterior se torna un asunto costoso.

El estado del ferrocarril en Uganda ilustra los problemas de infraestructura de los países sin acceso al mar (US Army Africa - Flickr)
El estado del ferrocarril en Uganda ilustra los problemas de infraestructura de los países sin acceso al mar (US Army Africa - Flickr)

Un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ilustra el problema de esta manera: transportar en barco un contenedor de 40 pies desde Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, hasta el puerto de Mombasa, en Kenia, cuesta alrededor de 1.700 dólares. En cambio, el precio de trasladar por tierra esa misma carga desde la costa keniana hasta Kampala, la capital de Uganda, asciende a 3.800 dólares. La distancia entre las dos ciudades africanas es tres veces menor a la primera ruta por mar.

Otro reporte del Banco Mundial confirma la desventaja de los países mediterráneos. Exportar un contenedor de mercancías le cuesta a Burundi, por citar apenas un ejemplo, el triple que a sus vecinos de la costa oriental africana.

¿A qué se debe esta diferencia tan notable? Además del estado inadecuado de las infraestructuras en regiones de África y Asia Central, el comercio exterior de las naciones en desarrollo sin litoral atraviesa una carrera de obstáculos: los pasos fronterizos, la burocracia de las aduanas, los intereses de la industria de camiones, la corrupción generalizada…  La UNCTAD lo resume así: atravesar una frontera en África equivale al costo de 11.000 kilómetros de transporte marítimo y 1.600 kilómetros de movimiento por tierra.

La falta de una salida al mar castiga seriamente a las economías de estos países.  Nueve de ellos clasifican entre los 15 con más bajo índice de desarrollo humano. El promedio del producto interno bruto per cápita de los 31 estados en desarrollo sin acceso marítimo propio es 43 por ciento menor al de sus vecinos en la costa.

El Danubio permite el transporte de carga y pasajeros a varios países europeos (teofilo - Flickr)
El Danubio permite el transporte de carga y pasajeros a varios países europeos (teofilo - Flickr)

Europa y África, historias distintas

Pero claro, la lejanía del mar no afecta a todos por igual. La ausencia de puertos no ha impedido a Suiza, Austria y Luxemburgo alcanzar altos niveles de desarrollo.

Los países europeos sin litoral pueden desplazar libremente sus mercancías en el espacio de la Unión Europea, por tierra y por vías fluviales como el río Danubio. Además, su comercio exterior no depende de mercados distantes –como ocurre con las exportaciones de materias primas africanas—pues están rodeados de economías avanzadas.

Por otra parte, el tipo de exportación también influye en los costos: el inestable precio de las materias primas transforma su venta en un negocio con mayores riesgos. Por el contrario, los equipos de alta tecnología o los servicios dependen menos de los vaivenes externos.

Entonces, ¿esta fatalidad geográfica justifica el atraso económico? Según Naciones Unidas, como promedio el desarrollo actual de los países sin acceso al mar de África, Asia y América Latina (Bolivia y Paraguay) equivale al 22 por ciento de lo que habrían alcanzado de contar con un puerto. Rencores históricos y manejos políticos aparte, los beneficios justifican cualquier esfuerzo por ver, con sus propios ojos, la inmensidad azul.