La agresión que se esconde tras esta famosa fotografía

Era el 14 de agosto de 1945 y la inmensa mayoría de los ciudadanos norteamericanos habían salido a la calle para celebrar el día de la victoria de los Estados Unidos sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial.

Nueva York era una de esas urbes en las que masivamente el júbilo y el festejo se habían apoderado de todos los rincones de la ciudad de los rascacielos.

Por la Gran Manzana iba transitando Alfred Eisenstaedt, un fotógrafo de origen alemán que había emigrado a los EE.UU. una década atrás. Iba provisto de su cámara, una magnífica Leica M3 de 35mm, con la que iba fotografiando todo aquello que llamaba su atención en una jornada tan especial como aquella.

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Mientras iba caminado por Times Square tomando fotografías de la celebración contempló una escena digna de retratar: un fornido marinero y una joven enfermera se estaban dando un apasionado beso, en un momento que solo se podía describir como memorable y romántico.

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De entre todas las fotografías que realizó aquel día, la del apasionado beso en Times Square fue la que más gustó a sus jefes de la revista LIFE quienes la utilizaron para publicar en el magazine, como un momento representativo del Día de la Victoria.

De este modo la fotografía se convirtió en uno de los iconos más famosos, reproduciéndose en infinidad de ocasiones, realizándose múltiples homenajes e incluso rememorándolo con monumentos y esculturas.

Pero tras este apasionado beso callejero se encuentra una historia que no se ha conocido hasta siete décadas después de haberse tomado la fotografía.

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En realidad los protagonistas de la instantánea no eran pareja y ni tan siquiera se conocían. Ella era Greta Friedman, tenía 21 años y trabajaba como asistente dental, y aunque no era enfermera, por aquel entonces ese era el uniforme que vestían las que ejercían esa profesión, a pesar de ser civiles.

Ese 14 de agosto salió a almorzar y decidió acercarse hasta Times Square para informarse sobre los continuos rumores que anunciaban la rendición de Japón. Fue estando allí cuando un marinero la agarró y, sin previo aviso, la besó sin mediar palabra.

Según declaraciones que hizo la propia Greta en una entrevista realizada hace unos años, el beso no fue apasionado ni tenía ni un ápice de romanticismo, sino que era un gesto de alegría: No fue mi elección ser besada ... ¡El tipo simplemente se acercó y me agarró!

George Mendonsa, el otro protagonista de la fotografía, acababa de salir del Radio City Music Hall donde había acudido con su novia, fue cuando se enteró de la buena noticia y decidieron acercarse hasta Times Square, centro neurálgico de la ciudad en el que a través de las pantallas se iba informando y confirmando a la población de todas las noticias.

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Una vez allí, y tras comprobar que la guerra con Japón se había acabado, tuvo el impulso de realizar un acto de júbilo y decidió besar a la primera enfermera que vio pasar, a modo de agradecimiento por todos los sacrificios realizados durante todos esos años. Pero claro, la joven besada no era enfermera ni pertenecía al ejército.

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Hoy en día, 67 años después, ese beso forzado dado por George Mendonsa a Greta Friedman se consideraría como un acto de agresión sexual, no convirtiéndose esa instantánea en uno de los iconos más famosos y románticos de la historia, y pudiendo haberle costado un gran disgusto al joven marinero que besó en la calle a una chica sin que ésta se lo hubiera pedido.

Cabe destacar que Greta Friedman no supo que era la protagonista de esa fotografía hasta  1960, año en el que contactó con la revista LIFE. Pero para entonces varias eran las mujeres que se habían autoproclamado como protagonistas, siendo en 1980 cuando los responsables del magazine la localizaron y le otorgaron ese mérito.

Un caso similar ocurrió con George Mendonsa, juntándolos de nuevo por entonces para rememorar el famoso beso, aunque ninguno de los dos se prestó a repetirlo.


Fuentes: Yahoo! España
La agresión que se esconde tras una de las fotografías más románticas de la historia