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Internet apaga la religiosidad en Estados Unidos

Las religiones organizadas pierden terreno en Estados Unidos. Las nuevas generaciones de norteamericanos, mejor educadas y con más información sobre la diversidad espiritual del planeta, desertan de las iglesias y congregaciones tradicionales. El uso creciente de Internet podría explicar, al menos en parte, este éxodo hacia la tierra de la no afiliación.

Internet, educación y cambio generacional

Una investigación del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) apunta a tres factores relacionados con el descenso de la fidelidad a las religiones dominantes en Estados Unidos (protestantismo, las diversas corrientes del cristianismo y el catolicismo).

Según el investigador Allen Downey, el retroceso de la educación religiosa podría justificar al menos una cuarta parte de las deserciones. Las personas que crecieron en familias creyentes y asistieron a colegios con currículo religioso tienen mayores probabilidades de practicar la fe en la edad adulta. Pero desde la década de 1990 ha disminuido el número de estadounidenses que han recibido esta instrucción.

Downey, experto en ciencias de la computación, señala también la relación entre el nivel educacional alcanzado y el abandono de creencias religiosas. No obstante, este elemento apenas contaría para el cinco por ciento de la baja.

La novedad en el estudio del MIT es la vinculación del acceso a Internet con la caída en la membresía de las comunidades confesionales en Estados Unidos. De acuerdo con un artículo publicado por MIT Technology Review, el incremento en la utilización de Internet –en 2010 el 53 por ciento de la población navegaba al menos dos horas semanales, una salto enorme con respecto a 1980—puede relacionarse con alrededor del 25 por ciento del descenso en la afiliación religiosa.

“Para las personas que viven en comunidades homogéneas, Internet provee oportunidades de encontrar información sobre personas de otras religiones (y de ninguna) e interactuar con ellas personalmente”, afirma Downey.

El Centro de Investigaciones Pew ha establecido también una conexión entre el remplazo generacional y la pérdida de atractivo de las religiones tradicionales. Alrededor de la tercera parte de los adultos estadounidenses menores de 30 años no mantiene afiliación a ninguna iglesia o congregación, mientras solo uno de cada diez personas mayores de 65 años no participa en ninguna forma de religiosidad organizada.

Los que se apartaron de las iglesias

¿Quiénes han abandonado o nunca integraron las viejas tradiciones religiosas en Estados Unidos?

De acuerdo con un sondeo realizado por el Centro Pew en 2012, el 19,6 por ciento de los estadounidenses no están afiliados a ninguna comunidad de creyentes en particular. Esa cifra representa más del doble de los reportados durante los años 80. En ese grupo predominan los hombres blancos, con ingresos en torno a los 75.000 dólares y residencia en el oeste del país.

Este grupo dista de ser homogéneo. En la mencionada encuesta de Pew, el 68 por ciento declaró creer en Dios y más de la mitad expresó su conexión profunda con la naturaleza y la tierra. Solo 5,7 por ciento de los norteamericanos se presenta como agnóstico o ateo.

La mayoría de los no afiliados simpatiza con el Partido Demócrata. Esta tendencia liberal coincide con su apoyo abrumador a la legalización del aborto y el matrimonio homosexual, dos temas que marcan la frontera con los conservadores y en general las iglesias de raíz cristiana.

La religiosidad en el mundo

El Índice Global de Religiosidad y Ateísmo, publicado en 2012 por la firma encuestadora Gallup, reveló un descenso de nueve por ciento en la religiosidad mundial, frente a un avance del tres por ciento del ateísmo. Estados Unidos clasifica en el octavo puesto de la lista de países que han experimentado un mayor declive de la religión organizada. En América Latina solo Ecuador aparece en el Top 10, debido a una baja del 15 por ciento.

Se estima que el 16 por ciento de la población mundial no pertenece a ninguna comunidad de creyentes, aunque sí mantienen creencias espirituales ajenas a una fe en particular. Según el Centro Pew, en seis países los no afiliados representan la mayoría de los habitantes: República Checa, Corea del Norte, Estonia, Japón, Hong Kong y China. Apenas 7,7 por ciento de los latinoamericanos prefiere vivir al margen de las iglesias y otras formas de religión formalizadas.