El obituario viral de William ‘Freddie’ McCullough

William ‘Freddie’ McCullough fue un individuo singular durante su vida, y tras su muerte sus peculiaridades –su verdad, pero también su mito, su leyenda- se convirtieron en sensación en Internet luego de que su curioso obituario se convirtió en un fenómeno viral en la red de redes.

McCullough vivía en Georgia y murió el 11 de septiembre del 2013, a los 61 años de edad. Su obituario, publicado en el periódico Savannah Morning News, generó decenas de miles de visitas a la página web donde fue publicado y atrajo la simpatía de muchos de los que lo leyeron. Aquí algunas perlas selectas del texto en honor al fallecido McCullough:

“Los hombres querían ser como él y las mujeres querían estar con él… Le gustaba la comida sureña frita cubierta con jarabe de caña de azúcar, pescar en el lago Santee Cooper… Two and a Half Men, mujeres hermosas y Jim Beam. No necesariamente en ese orden… Freddy amaba contar historias. Y uno podía estar seguro de que el 50% de cada historia era cierto. Pero nunca se sabía cuál 50%... Freddie adoraba a las mujeres. Y ellas lo adoraban a él. No hay suficiente espacio aquí para enlistar a todas las mujeres del pasado de Freddie. Tampoco hay suficiente espacio en el directorio telefónico… Él atraía a más mujeres que una venta de liquidación de zapatos en Macy’s… Se casó cuando tenía 18, pero eso no duró. Freddie no era un rajado, así que lo intentó dos veces más. Pero tampoco funcionó con ninguna de sus esposas, pero se las arregló para seguir siendo amigo de ellas y de sus padres… Freddie murió cuando entró en un orfanato en llamas para salvar a un grupo de adorables niños. O quizá no… Todos sabemos cómo le gustaba contar historias”.

Además, por añadir otros detalles, su obituario relata que a McCullough le gustaba cultivar árboles frutales, asar pollo y costillas y dispararle a latas de soda a 30 yardas de distancia con su pistola 45.

La diversión no acaba en el obituario. El libro de visitas del sitio web del Savannah Morning News, donde las personas dejan comentarios sobre los obituarios, ofrece algunas entradas curiosas sobre las andanzas de McCullough.

Una es la de un policía de Tennessee que conoció a Freddie cuando lo arrrestó a él y su novia. Mientras lo encarcelaba, McCullough le pidió al oficial cuidar de su cabra, lo que el agente hizo con determinación, pero cuando McCullough salió libre se fue del lugar para nunca volver, dejándole el animal al policía, quien la cuidó por 5 años más.

Muchas personas escribieron allí que nunca conocieron a Freddie, pero que les habría gustado conocerlo. Otros celebran el texto del obituario. Una mujer escribió que lo conoció a los 15 años, que le dijo que se casaría con ella algún día y que nunca dejó de enviarle postales desde los lugares que visitaba. Otra le dedicó un poema de Longfellow.

Y, para terminar, una persona contó que si bien su padre no pudo tener un obituario publicado por falta de dinero, celebra el de McCullough, al que encuentra tan bromista como su fallecido padre. Un ejemplo, que posiblemente habría hecho reír a Freddie: la mujer cuyo padre no tuvo obituario cuenta que al hacer los arreglos funerarios le preguntó a la persona que los atendía si como su familiar había perdido las piernas a causa de la diabetes le daría un descuento en la cremación. Era una pregunta que su padre quería se le hiciera a la funeraria. El director de la funeraria se quedó frío al oír eso. Y Freddie y el padre de la mujer del relato se estarán riendo en el más allá. O quizá no.