Ciudades amenazadas por animales

Perros vagabundos, agresivos monos, zorros, gatos, hienas… la creciente presencia de animales en varias urbes del mundo inquieta a sus habitantes. La añeja costumbre de tener una mascota en casa o domesticar algunas especies para el trabajo o el recreo nos ha acercado a nuestros vecinos salvajes, pero esta relación no siempre termina con una tierna fotografía.

Según la Sociedad Mundial de Protección de Animales, alrededor de 500 millones de perros viven en el mundo, el 75 por ciento de los cuales deambulan por las calles de ciudades y poblados. Solo en Estados Unidos unos 50 millones de gatos domésticos merodean sin dueño en las comunidades. En países donde las urbanizaciones están rodeadas por vastas áreas de vida silvestre, animales más peligrosos incursionan en los barrios. Así ocurre, por ejemplo, con las hienas en Addis Abeba, capital de Etiopía.

Los perros de Detroit

La bancarrota de Detroit no solo ha afectado a sus residentes humanos. La quiebra financiera de la otrora Ciudad del Motor ha dejado a miles de perros y gatos abandonados a su suerte, porque sus dueños no pueden costear la alimentación y el cuidado de los animales, o simplemente se han mudado a otro sitio. Las cifras de este drama se mueven entre 3.000 y 50.000 canes callejeros y unos 18.000 felinos.

El éxodo de vecinos ha provocado también un exceso de inmuebles en desuso, que con el tiempo se han convertido en refugio para pequeñas jaurías. Las casas abandonadas en Detroit suman alrededor de 70.000, huella del declive imparable de una ciudad que permaneció entre las cinco más pobladas de Estados Unidos durante la edad de oro de la industria automovilística, para caer al lugar 18 en el censo de 2010.

La estrechez financiera del gobierno local ha obligado a recortar en el presupuesto de la División de Control Animal. Ese departamento cuenta con apenas cuatro funcionarios para cubrir los 360 kilómetros cuadrados de la ciudad, apoyados por un veterinario, tres supervisores y un solo investigador. Con ese staff reducido, poco pueden hacer las autoridades para responder a las denuncias por mordeduras de perros y en general por la presencia de animales callejeros.

Los zorros invaden Londres

La capital británica alberga a un tercio de los zorros que habitan en las ciudades del Reino Unido. El ejército de 10.000 zorros rojos que recorre las calles londinenses ya forma parte del paisaje local, gracias al cuidado de algunos, la negligencia de otros y a pesar de la exasperación de no pocos vecinos, incluido el pintoresco alcalde de la ciudad, Boris Johnson.

Londres ha acogido una importante población de zorros desde la década de 1930, cuando los barrios de la urbe comenzaron a extenderse hacia zonas rurales. Desde entonces estos cánidos, que se han adaptado rápidamente a las condiciones del entorno urbano, han estrechado sus relaciones con los seres humanos, al punto de adoptar comportamientos típicos de otras mascotas tradicionales.

La prensa sensacionalista inglesa ha derrochado tinta para alimentar las leyendas urbanas sobre la presunta peligrosidad de estos depredadores nocturnos –mordidas a niños, asaltos a contenedores de basura, asesinato de mascotas—, pero los incidentes continúan siendo excepcionales. A mediados de febrero pasado Johnson llamó a resucitar la cacería del zorro –una tradición prohibida desde 2005—para resolver el problema, luego de que su gato fuese atacado. Observadores del tema han sugerido que el alcalde bromeaba cuando sugirió realizar las batidas en bicicleta.

Delhi, capital de monos y perros



Quizás en ninguna otra capital del planeta la proliferación de animales callejeros ha tenido consecuencias tan dramáticas como en Delhi, India. En 2007 el vicealcalde de la ciudad murió al caer de su terraza cuando un grupo de monos lo atacó.

La mayoría hindú difícilmente contribuirá a erradicar a los simios, porque estos representan al dios Hanuman. Los seguidores de la tradición deben alimentar a los monos martes y sábados, sin importar las campañas de prevención de las autoridades de salud y el descaro de los macacos Rhesus, que saquean casas en barrios residenciales y se pasean por edificios del gobierno.

La solución podría llegar si finalmente la Autoridad del Zoológico Central pone en marcha un programa para reducir la fecundidad de los primates, que comprende vasectomías a los machos y la administración de anticonceptivos orales y esterilización a las hembras.

Por otra parte, aunque la población de perros vagabundos ha descendido en Delhi –de un millón a unos 400.000—los habitantes de la región metropolitana más populosa del país asiático aún temen a las jaurías. Según estadísticas citadas por el periódico británico The Daily Mail, cada hora al menos una persona es mordida por un can en la urbe. Y la preocupación sería menor si la rabia no causase estragos. Con 35.000 muertes anuales por esa enfermedad, la nación regada por el Ganges encabeza la lista mundial.