¿Por qué todos ganan con la licencia parental?

La OMS recomienda al menos 4 meses de licencia de maternidad (AFP/Archivos | Johan Ordonez)
La OMS recomienda al menos 4 meses de licencia de maternidad (AFP/Archivos | Johan Ordonez)

La extensión de la licencia de maternidad ocupó la opinión pública en Colombia a mediados de agosto. Un proyecto de ley presentado por el opositor Centro Democrático propuso incrementar ese beneficio de 14 a 18 semanas. Pero más allá de las fronteras del país suramericano el debate sobre los permisos parentales también arrecia. Gobiernos y empresas empiezan a comprender que no pueden prescindir del aporte de las mujeres al mercado de trabajo.

En Estados Unidos, Netflix y, en general, las compañías del sector de la alta tecnología han encendido la polémica sobre el tiempo que necesitan los progenitores tras el nacimiento de un hijo. Esa ventaja se ha convertido en un imán para atraer y conservar a los mejores profesionales. Detrás del pragmatismo económico, el resurgimiento del tema revela las deudas de cada sociedad con la igualdad de género.

El difícil retorno de las madres

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alrededor de un tercio de los países ofrece al menos 14 semanas de licencia de maternidad, durante las cuales las madres reciben no menos de dos tercios de su salario. Fuera de esa cobertura quedan unas 830 millones de mujeres, la mayoría residentes en África y Asia.

Muchas mujeres desisten de regresar al trabajo luego del nacimiento de sus hijos (Europa Press)
Muchas mujeres desisten de regresar al trabajo luego del nacimiento de sus hijos (Europa Press)

Hay países muy generosos. Suecia, por ejemplo, ofrece varios períodos de permiso a ambos progenitores que suman en total 480 días, todos pagados. Además, hasta que el menor cumple ocho años la madre y el padre pueden reducir en un cuarto sus horas de trabajo. En América Latina los líderes en este tema son Venezuela (182 días), Chile y Cuba, cada uno con 156 días de licencia cubierta al 100 por ciento del salario.

Pero más que la pausa temporal para ocuparse de sus hijos, el gran problema de las madres aparece cuando intentan regresar al mercado laboral. Muchas enfrentan una enorme barrera psicológica y financiera. En primer lugar, el retorno resulta difícil cuando ellas ganan menos que sus compañeros por el mismo trabajo, o los ejecutivos priorizan a los hombres en la escala de las promociones, o el paréntesis profesional ha dejado obsoletas sus competencias profesionales.

¿Cómo renovar la motivación si el hecho de ser madres las condena a ser empleadas de segunda clase? Además, los bajos salarios las obligan en no pocas ocasiones a quedarse en casa pues no pueden costear la guardería. Y si los esposos reciben ingresos más elevados…

Ese estancamiento profesional provoca pérdidas considerables a la economía. De acuerdo con cálculos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), una mayor incorporación femenina al mercado laboral incrementaría, por ejemplo, el PIB de Estados Unidos en nueve por ciento, de Francia en 11 por ciento y de Italia en 23 por ciento. El promedio de los países de la OCDE, que incluye a México y Chile, es de 12 por ciento.

Como ha señalado la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, las mujeres representan el 70 por ciento del gasto de consumo global. El crecimiento económico pasa entonces necesariamente porque ellas aumenten su poder adquisitivo.

La licencia de paternidad facilita el retorno de las mujeres al mercado de trabajo.
La licencia de paternidad facilita el retorno de las mujeres al mercado de trabajo.

¿Licencia de paternidad?

No basta con ofrecer generosas prestaciones a las madres. El cuidado de los hijos en sus primeros meses de vida no es, “por naturaleza”, una responsabilidad de las mujeres. Casi todos los gobiernos suspenden este examen de igualdad elemental.

Las licencias parentales, sin distinción entre hombres y mujeres, ofrecen una solución parcial. Sin embargo, si por lo general los padres ganan más que sus compañeras, ¿quién terminará quedándose en casa? En entornos laborales muy competitivos, los hombres enfrentan prejuicios y la amenaza real de cortar su ascenso profesional si deciden tomarse unos meses con los recién nacidos.

Suecia muestra el camino: cada progenitor tiene derecho a 60 días de licencia exclusiva no transferibles. O sea, el padre al menos se quedará dos meses en casa si la pareja decide que solo la madre se ocupe del bebé a lo largo de la pausa remunerada. En la realidad, nueve de cada 10 padres suecos permanecen entre tres y cuatro meses en el hogar después del nacimiento.

Esta manera de compartir la responsabilidad reporta ganancias inmediatas. Por cada mes que el padre asume el cuidado del recién nacido, los futuros ingresos de las madres suecas se incrementan como promedio siete por ciento. En Francia, ellas sufren menos depresión cuando reciben el apoyo de sus compañeros en este período, mientras en Noruega las ausencias al trabajo por causa de enfermedad se reducen entre cinco y 10 por ciento, cuando los padres hacen su parte.

En un terreno donde el pragmatismo económico y el ideal de igualdad de género encuentran causa común, los avances no deberían tardar. Y sin embargo…