Una enfermedad venérea amenaza a los koalas

El Koala, uno de los símbolos nacionales de Australia y una de esas especies que despiertan simpatía en casi todos nosotros, está en problemas. Una infección bacteriana viene a sumarse a la larga lista de factores que ponen en serio peligro su continuidad como especie.

La infección la producen dos especies de clamidia, Chlamydia pneumoniae y C. pecorum. Las dos se transmiten de la misma manera, de madres a hijos durante el parto, por vía sexual y parece ser que por medio de peleas, que son muy típicas entre los machos de koala cuando llega la época de cría.

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Como resultado de esta infección aparecen varios síntomas. El primero que suele darse es infección ocular, que suele terminar en ceguera. De este modo, los koalas no son capaces de encontrar los brotes de eucalipto de los que se alimentan. También pueden aparecer problemas respiratorios y quistes en los ovarios, lo que deja estériles a las hembras.

Normalmente una bacteria de este tipo no produciría muchos problemas, pero varios factores se han puesto de acuerdo para facilitar su trabajo. Para empezar, los koalas viven cada vez en espacios más reducidos. El cambio climático y el desarrollo humano han hecho desaparecer gran parte de su hábitat. A esto se suma la presencia de un retrovirus que produce inmunodeficiencia, de un modo muy parecido a lo que ocurre en humanos con el VIH, el virus del SIDA. La población más numerosa de koalas, la que vive en el Estado de Queensland, esta casi al completo infectada por dicho virus.

En realidad, todo parte del mismo lugar. Como los koalas tienen que vivir cada vez en un espacio más pequeño, las infecciones son más fáciles. Al llegar primero el retrovirus quedaron indefensos frente a una bacteria para la que normalmente hubiesen tenido defensas.

Los investigadores están poniendo muchos esfuerzos para parar la epidemia. Por desgracia, frente al retrovirus no hay ni cura ni vacuna, al menos de momento. Para lo que sí lo hay es para la clamidia, ya que han encontrado una vacuna que impedirá que nuevos koalas sean infectados. Los que ya sufren la infección no tienen tanta suerte, ya que tratarlos en libertad es muy difícil, y los que son capturados y tratados no suelen sobrevivir al ser puestos en libertad.