Bienvenidos a bordo: la emoción del taxista que le pidió ayuda a su hijo "que está en el cielo"

Sonrisa, anteojos y saco. Walter Minervino llegó a Bienvenidos a bordo como un participante más. En la tómbola del lingote, preguntas o ruleta terminó en la tercera, la que juega por un auto cero kilómetro y una licencia para trabajarlo. "Soy chofer, le alquilo el auto a mi hermano, con él nos queremos mucho y nos llevamos muy bien".

De arranque nomás, el taxista se mostró sincero, abierto a las preguntas que vendrían y, sobre todo, honesto, valores que enseguida le subieron las acciones con el conductor y los famosos invitados.

Bienvenidos a bordo. Guido Kaczka contó cómo conoció a su esposa y qué hizo para enamorarla

El primero de los tiros detuvo la ruleta en el número 14. A partir de ahí era cuestión de buscar la escalera ascendente o descendente (es decir el 13 o el 15), acertar el cero, sponsoreado por una marca que le entregaba diez mil pesos. Y así fue. El golpe de suerte lo dejó a una chance del auto, y con el dinero en el bolsillo. "Vamos, Dios", gritó Walter, feliz de seguir en carrera.

Luego de saludar a la familia y a los amigos, el chofer develó otra de sus aficiones: "Yo soy tanguero, hago un programa (que se llama Mientras tango)". Fue en la tercera ruleta, cuando la alegría se transformó en emoción. "Soy creyente -confesó-, le pido a mi hijo querido, que está en el cielo, que me mande el taxi. Yago se me fue ahora en febrero, y me va a dar suerte para ganar el auto". El joven de 30 años perdió la vida luego de tener un accidente en el Salto Mariposa, en Iguazú.

"Qué amor de tipo que sos. Con la alegría que jugaste y ahora te acordás de eso, que es parte total de tu vida, y un poco también de la mía. La verdad es que te iría a dar un abrazo", dijo Guido conteniendo las lágrimas.

Y aunque lamentablemente no logró el objetivo, sí ganó todos los premios periféricos, por conocimiento y también con el guiño cómplice del conductor. Porque su historia, su forma de ser y su emoción, de una manera u otra, tenían que ser premiadas.