Biden vinculó la ayuda a Ucrania con la seguridad fronteriza y eso le resultó contraproducente

El presidente Joe Biden baja del Marine One en el Jardín Sur de la Casa Blanca en Washington, el martes 5 de diciembre de 2023. (Kent Nishimura/The New York Times)
El presidente Joe Biden baja del Marine One en el Jardín Sur de la Casa Blanca en Washington, el martes 5 de diciembre de 2023. (Kent Nishimura/The New York Times)

WASHINGTON — La Casa Blanca lo presentó como un paso hacia el consenso.

Cuando el presidente Joe Biden envió al Congreso el mes pasado su petición de ayuda a Ucrania e Israel, incluyó una solicitud de más recursos para ayudar a la seguridad en la frontera con México, un edulcorante destinado tanto a abordar una crisis como a ganarse el apoyo de los republicanos.

Sin embargo, la jugada ha dejado a Biden en una encrucijada.

Al poner el tema sobre la mesa, provocó las demandas de la derecha de cambios amplios en la política fronteriza, dejando a su partido dividido en un tema que muchos demócratas consideran una vulnerabilidad política de cara a 2024 y complicando aún más las perspectivas de las principales prioridades de política exterior.

El presidente señaló el miércoles que estaba abierto a nuevas negociaciones con los republicanos del Senado después de que bloquearon su proyecto de ley de gasto de emergencia.

Biden se enfrenta ahora a la difícil decisión de hasta qué punto debe implicarse en las conversaciones sobre un asunto que durante décadas ha desafiado los esfuerzos por alcanzar un consenso bipartidista. Y tendrá que decidir hasta dónde ceder ante las exigencias conservadoras de que limite de manera sustancial el número de inmigrantes admitidos en Estados Unidos mientras se estudian sus solicitudes de asilo.

Soldados ucranianos de la 22ª Brigada Mecanizada disparan contra posiciones rusas cerca de Bajmut, en el este de Ucrania, el 29 de noviembre de 2023. (Tyler Hicks/The New York Times)
Soldados ucranianos de la 22ª Brigada Mecanizada disparan contra posiciones rusas cerca de Bajmut, en el este de Ucrania, el 29 de noviembre de 2023. (Tyler Hicks/The New York Times)

“El presidente de Estados Unidos debería comprometerse”, comentó el senador Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur. “Todos los que me apoyan votarán a favor de ayudar a Ucrania si logramos tomar medidas correctas en la frontera”.

La Casa Blanca tiene poco tiempo para alcanzar un consenso con un Congreso cuyos miembros tendrán un receso la próxima semana. El senador demócrata Christopher S. Murphy dijo a los periodistas que estaba dispuesto a continuar las conversaciones durante el fin de semana.

El jueves, sin embargo, los republicanos del Senado no dieron muestras de dar marcha atrás.

Altos funcionarios del gobierno de Biden han dicho a ambas partes en las negociaciones que la Casa Blanca está abierta a dificultar la obtención de asilo en Estados Unidos, según cuatro personas familiarizadas con el asunto. Una de esas medidas impondría una definición más estricta que los inmigrantes deberían cumplir cuando afirmen que necesitan refugio porque temen ser perseguidos en sus países de origen.

No obstante, los republicanos dicen que eso no es suficiente. Quieren que Estados Unidos imponga políticas que hagan que la mayoría de los migrantes no reúnan los requisitos para obtener asilo y los obliguen a esperar en México hasta que se procese su caso.

El punto muerto ha dejado el corazón de la política exterior de Biden —el apoyo a la guerra en Ucrania— colgando de un hilo.

“Obviamente estamos muy preocupados por esto. Nos quedan algunas semanas”, comentó John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, sobre la obtención de ayuda para Ucrania. “Un pequeño número de republicanos quiere mantener esa ayuda como rehén de algunas políticas fronterizas bastante extremas de las que el presidente no está dispuesto a hablar. Dicho esto, ha asegurado que estamos dispuestos a negociar de buena fe”.

El miércoles, el mandatario imploró al Congreso que dejara a un lado la “política mezquina, partidista y airada” y aprobara el proyecto de ley de 111.000 millones de dólares. Dijo que, de lo contrario, el presidente ruso Vladimir Putin podría recuperar el impulso de la guerra.

El presidente de Ucrania Volodímir Zelenski ha dicho que necesita el financiamiento estadounidense para defenderse de la invasión rusa. Kirby afirmó el jueves que la Casa Blanca “no estaba en posición de hacer esa promesa a Ucrania, dada la situación en el Capitolio”.

Los republicanos, mientras tanto, están llamando la atención sobre la migración en la frontera suroeste, que ha superado los 8000 cruces diarios en los últimos días y se ha convertido en un importante lastre político para Biden.

Los defensores de la inmigración dicen que el punto muerto es una prueba de que Biden nunca debió haber emparejado el financiamiento de los tiempos de guerra con la reforma migratoria en primer lugar.

“Agrupar los temas en la solicitud de fondos suplementarios de manera estratégica y sustancial fue un error catastrófico porque fue una señal, fue el comienzo de lo que se hizo realidad ayer cuando el presidente dijo que las comunidades inmigrantes son una moneda de cambio”, explicó Heidi Altman, directora de políticas del Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes, de postura liberal. “Eso es una traición”.

Kirby dijo que la Casa Blanca no se arrepentía de haber agrupado las prioridades de política exterior del gobierno con la inmigración en el proyecto de ley porque todas son de “naturaleza urgente”.

“Estaba en nuestra petición urgente de seguridad nacional: 6000 millones de dólares para la frontera. Compartimos un sentido de urgencia, así que actúen en consecuencia”, declaró Kirby.

Los asesores de Biden han respondido de manera sistemática a los ataques republicanos sobre el tema de la frontera señalando un plan propuesto al comienzo del gobierno de Biden que habría establecido una vía a la ciudadanía al tiempo que aumentaba el financiamiento para la frontera. Los republicanos, dicen, prefieren utilizar la crisis migratoria como arma política antes que comprometerse a buscar soluciones.

La Casa Blanca ha recibido reacciones de ambos bandos, lo que pone de relieve la dificultad de alcanzar un consenso sobre uno de los temas más polarizantes de la política nacional.

El senador Alex Padilla, demócrata por California, dijo en una declaración firmada por otros diez senadores demócratas que “utilizar un paquete de gastos de una sola vez para promulgar estos cambios políticos permanentes no relacionados sienta un precedente peligroso y pone en riesgo la asistencia a nuestros socios internacionales”.

El senador John Cornyn, republicano por Texas, habló el jueves en nombre de sus colegas del Partido Republicano cuando se jactó de haber llevado la inmigración al primer plano de la conversación nacional. “Parece que hemos captado la atención del presidente”, aseguró.

c.2023 The New York Times Company