Biden dijo que el ataque de Irán a Israel fue “ineficaz” y Estados Unidos evalúa una respuesta
WASHINGTON.- Estados Unidos afirmó que el ataque de Irán a Israel con casi 200 misiles balísticos –la segunda ofensiva de Teherán contra la nación judía este año– había sido derrotado y fue “ineficaz” al no haber dejado daños significativos o víctimas, aunque la Casa Blanca de todos modos lo calificó como una una “escalada significativa” por parte del régimen iraní en el conflicto en Medio Oriente y anticipó represalias.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, siguió estrechamente la respuesta al ataque desde la Sala de Situación de la Casa Blanca junto con la vicepresidenta y candidata presidencial, Kamala Harris. El mandatario ordenó a las Fuerzas Armadas norteamericanas darle todo el respaldo a Israel y coordinar estrechamente con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para blindar al Estado judío.
“Bajo mis órdenes, el ejército de los Estados Unidos apoyó activamente la defensa de Israel. Todavía estamos evaluando el impacto, pero según lo que sabemos ahora, el ataque parece haber sido derrotado e ineficaz, y esto es un testimonio de la capacidad militar israelí”, dijo Biden.
“No se equivoquen, Estados Unidos apoya totalmente, totalmente, totalmente a Israel”, remarcó.
Y al ser consultado sobre las consecuencias para Irán, Biden dijo: “Está por verse”.
Una vez iniciado el ataque iraní, destructores de la Armada norteamericana en Medio Oriente dispararon aproximadamente una docena de interceptores contra los misiles iraníes en coordinación con el Ejército israelí, informó el Pentágono. A diferencia del ataque de abril último, que incluyó drones además de misiles balísticos, esta vez Irán disparó alrededor de 180 misiles desde su territorio –el doble que en aquel mes, según el gobierno norteamericano–, que en su mayoría fueron detenidos por las defensas israelíes, incluida la Cúpula de Hierro, con un “mínimo daño en el terreno”, indicó el Departamento de Defensa.
“Estamos orgullosos de las acciones que hemos tomado junto con Israel para proteger y defender a Israel. Dejamos en claro que habrá consecuencias, graves consecuencias, por este ataque, y trabajaremos con Israel para que así sea”, indicó el el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en la sala de prensa de la Casa Blanca.
Sullivan dijo que no tenían información de víctimas en Israel, y que estaban rastreando la muerte reportada de un civil palestino en Jericó, en Cisjordania. El gobierno norteamericano no tenía información alguna sobre daño a aeronaves o activos militares estratégicos en Israel, y Sullivan indicó que la ofensiva iraní “parece haber sido derrotado e ineficaz”. Pero de todos modos anticipó represalias y tildó el ataque como “una escalada significativa por parte de Irán”.
Esta vez, el ataque de Irán a Israel llegó con muchísima menos antelación que la ofensiva anterior, en abril último, que fue ampliamente interceptado por las defensas israelíes junto con sus aliados occidentales liderados por Estados Unidos.
Apenas esta mañana, la Casa Blanca había advertido que el ataque iraní era “inminente”.
“Estados Unidos tiene indicios de que Irán se está preparando para lanzar de manera inminente un ataque con misiles balísticos contra Israel. Estamos apoyando activamente los preparativos defensivos para defender a Israel de este ataque”, indicó un funcionario de la Casa Blanca. “Un ataque militar directo de Irán contra Israel traerá graves consecuencias para Irán”, agregó.
El nuevo ataque aumentó significativamente el riesgo de una guerra total entre Israel e Irán, incluidas sus fuerzas delegadas en todo el Medio Oriente. Durante años, los dos países han librado una batalla en las sombras, con Irán buscando la destrucción de Israel e Israel buscando debilitar la influencia regional de Irán, destruir su programa nuclear y derrocar a su gobierno. Ahora ambos países se están acercando a una confrontación directa, después de un año de escaladas entre Israel y las dos principales proxies iraníes en la región, Hamas, en la Franja de Gaza, y Hezbollah en el Líbano, además de la milicia houthi en Yemen.
El ataque de Irán es el segundo este año, y el segundo también desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979. El 13 de abril, Teherán lanzó un ataque directo sin precedentes contra Israel, pero pocos de los misiles iraníes alcanzaron sus objetivos gracias a una descomunal defensa montada por Israel y sus aliados occidentales, liderados por Estados Unidos. Ese ataque había incluido más de 300 drones y misiles balísticos lanzados por Irán y sus proxies en la región hacia Israel. El escudo occidental a Israel incluyó acciones con el Reino Unido y Francia, y consultas con otros socios occidentales y árabes en la región y otros jugadores como Turquía, China, India, Irak, y también con Irán a través de Suiza.
La coalición internacional liderada por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia asistió a Israel en la defensa con un despliegue inédito de fuerzas occidentales, que incluyó dos destructores en el este del Mediterráneo, aviones F-35, la batería de municiones de la “Cúpula de Hierro” y el sistema de defensa de misiles israelí “Arrow”, y misiles Patriot norteamericanos. El resultado: el 99% de los proyectiles lanzados contra Israel fueron interceptados, según las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) y el gobierno norteamericano.
La misión de Irán ante las Naciones Unidas dijo que Teherán no avisó con antelación al gobierno norteamericano de su ataque. “No se dio ningún aviso a Estados Unidos antes de nuestra respuesta; sin embargo, se emitió una advertencia seria después”, dijo la misión en un comunicado.
La nueva escalada de violencia llega tras la ofensiva de Israel en Líbano con una invasión para desmantelar a Hezbollah, el grupo terrorista respaldado por Irán que ha lanzado ataques contra Israel. La nueva ronda de violencia comenzó el último 7 de octubre, cuando militantes de Hamás atacaron comunidades israelíes a través de la frontera con Gaza y mataron a más de 1200 personas –el día más sangriento para el pueblo judío desde el Holocausto–, en su mayoría civiles, y tomaron a unas 250 rehenes, de los cuales se cree que casi 100 siguen en cautiverio en Gaza. El recuento oficial del Ministerio de Salud palestino, al 29 de septiembre, era de casi 42.000 palestinos muertos, el equivalente aproximadamente a diez veces el número de víctimas en todos los conflictos anteriores en Gaza desde 2008.