Biden ofrece humor y calor humano, algo que le falta a DeSantis | Opinión

Si esta foto humorística del presidente Joe Biden en Fort Myers no le levanta el ánimo, busque terapia.

El humor cura, alivia el estrés, nos ayuda a conectarnos con la gente y es especialmente benéfico cuando se comparte con quienes piensan de forma distinta a la nuestra. Necesitamos grandes dosis de este tónico en la irascible Florida en donde la política te abruma siete días a la semana, 24 horas al día.

Pero, gracias a la habilidad de Biden para quitarle importancia a la política, pudimos reírnos un poco la semana pasada.

Y, en el sitio menos pensado, durante su visita al suroeste de la Florida, destruida por el huracán Ian, donde las operaciones de rescate se han convertido en la sombría tarea de recuperación de cadáveres y decenas de miles de personas han perdido hogares y negocios.

Es muy triste, trágico y, al menos con respecto al creciente número de muertos, pudo ser evitable.

El presidente señaló la gravedad del momento, y en una conferencia de prensa conjunta con el gobernador Ron DeSantis, los enemigos políticos parecieron dejar de lado sus diferencias mientras Biden se comprometía a apoyar los esfuerzos de recuperación del huracán con miles de millones de dólares en ayuda y servicios federales.

Y luego, comenzó el encuentro y saludo entre el presidente y DeSantis. El registro fotográfico de la escena da la sensación de un funeral en el que alguien recuerda algo cómico de un ser querido y la risa facilita la restauración de algo perdido.

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Biden y un ‘auténtico cracker

En la foto, tomada por Evan Vucci, fotógrafo de Associated Press ganador del Premio Pulitzer, Biden mantiene una animada conversación con un hombre no identificado, que sobresale por su elección de vestuario.

Lleva una gorra con estampado de camuflaje, unos vaqueros azules y una camiseta negra con la matrícula “True Cracker, Endangered Species” (Especie en peligro de extinción).

El atuendo podría indicar una cierta inclinación política, más nacionalista tendiente a Trump y DeSantis que a Biden.

Pero el autodenominado “cracker” — un epíteto racial considerado ofensivo cuando se dirige a los blancos, especialmente a los pobres— parece realmente encantado de charlar con el presidente, anotándose un punto por romper el estereotipo.

Tal vez sea, en efecto, una especie rara, un viejo demócrata de la Florida feliz de reunirse con su presidente en un estado que cada vez se inclina más hacia los republicanos.

Si el ingenuo intercambio, agudamente enmarcado y capturado por Vucci, estuviera colgado en el Louvre, como sugirió un usuario de Twitter, los conservadores podrían verse tentados a titularlo, dada la reputación de nuestro estado: “Chiflado de la Florida conoce a Joe Biden”.

Hasta que te fijas en el infeliz DeSantis que aparece en primer plano con chaqueta deportiva azul. Entonces el subtítulo de la imagen se convierte en: “Mientras DeSantis haciendo pucheros, pasa por allí”.

Es él quien siempre agita la olla política y ha llamado irrespetuosamente al presidente, “Brandon”, destrozando con ello parte de su propia dignidad como líder.

Su gesto desdeñoso se interpretó como irritación por la buena acogida que tuvo Biden en el Condado Lee, un lugar donde se votó a favor de los republicanos en casi un 60% en las últimas elecciones presidenciales.

Esperábamos un encuentro incómodo entre enemigos políticos, pero el presidente de pelo blanco que se presentó en Fort Myers se mostró amable, dueño de la situación, y comprensivo.

Momento de ligereza

Biden consiguió levantar ánimos y mantener entretenido el Internet durante varios días cuando la palabrota que utilizó hablando con el alcalde de Fort Myers Beach se hizo viral. El Partido Republicano se aprovechó de ello, pero su martilleo en su contra quedó en nada.

Durante un raro momento, Biden fue “Cool Joe”, tan relajado que olvidó que tenía el micrófono encendido, charlando con el alcalde Ray Murphy.

“Nadie jod… con un Biden”, dijo el presidente.

La conversación es casi inaudible, pero Murphy dijo a NBC News que estaban discutiendo cosas que tienen en común. Ambos son católicos devotos y compartían algunos conocidos en Scranton, Pensilvania, y Dewey Beach, Delaware.

Murphy dijo que no recuerda lo que motivó el uso de la palabrota.

“No iba dirigida a nadie. Eramos sólo dos tipos hablando”, dijo. “No me molestó en absoluto. Es sólo la forma como dos hombres hablan entre sí desde nuestros respectivos orígenes”.

Biden: “Nadie jod---- con un Biden”.

Murphy: “Sí, maldita sea”.

Biden dice algo más que no se escucha.

Murphy: “Eso es exactamente correcto. Eso es exactamente correcto”.

“Gracias por venir. Le agradecemos”.

El momento no fue un fracaso para Biden.

Es demasiado orgulloso para considerar la idea, pero la verdad es que DeSantis, de 44 años, tiene mucho que aprender del veterano Biden, de 79. A los republicanos les encanta menospreciarlo por el ritmo más lento de sus presentaciones que conlleva la edad, pero Biden se desempeñó con estilo, destreza y astucia en la Florida.

Y con un poco de ayuda del hombre no tan chiflado de la Florida.

Vi por primera vez su fotografía en un post de Twitter del encuestador de Miami Fernand Armandi. Estaba tomándome el café matutino y, con la mano temblando por la risa, un poco cayó sobre mi teclado.

“¿Con quién [en la foto] preferirías tomarte una cerveza?”, bromeó Armandi.

Sin duda, el público votó por Biden, apodado “el tipo divertido”.

Los índices de aprobación más altos aquí.

Pero digo yo: ¡Tomaría una cerveza con el cracker!

Que mejor que beber con el improbable tipo que encontró divertido a Biden. Quiero saber qué pasaba por su cabeza y qué pensaba de Biden, antes y después. Y, ¿era su mujer la del vestido azul a la que Biden abrazaba, como si ya no le importaran las acusaciones durante la campaña de que se pasaba de cariñoso con las mujeres?

Especies en peligro de extinción

Es genial que la fotografía haya captado el espíritu de la visita de Biden al triste y traumatizado suroeste de la Florida. Es una muestra de camaradería, de trabajar juntos por el bien común, pero también una prueba del capital político que pueden ganar ambos líderes.

Tal vez.

Con seguridad dejaron de lado la política — por un nanosegundo.

Sin embargo, después de estos años de Donald Trump y su discípulo DeSantis, vi una especie en verdadero peligro de extinción: el bipartidismo.

Llamar burlonamente a Biden “Brandon” no será lo mismo, republicanos. Fort Myers mostró cómo se consigue el respeto.

No quiero darle demasiado peso a este episodio, pero tal vez haya esperanza para nosotros después de todo.