Biden cumple 80 años y se convierte en el primer octogenario en ocupar el Despacho Oval

Al regresar de la Cumbre del G20 en Bali, el presidente Joe Biden saluda al personal militar estadounidense mientras el Air Force One se detiene a reabastecerse de combustible en la base Andersen de la Fuerza Aérea en Guam, el miércoles 16 de noviembre de 2022. (Doug Mills/The New York Times)
Al regresar de la Cumbre del G20 en Bali, el presidente Joe Biden saluda al personal militar estadounidense mientras el Air Force One se detiene a reabastecerse de combustible en la base Andersen de la Fuerza Aérea en Guam, el miércoles 16 de noviembre de 2022. (Doug Mills/The New York Times)

WASHINGTON — Si estaba viendo desde la Casa Blanca, el presidente Joe Biden quizá hizo una mueca de desagrado la semana pasada cuando la presidenta de la Cámara de Representantes declaró en su discurso que “ha llegado la hora de que lidere una nueva generación”. Afortunadamente para él, se aseguró de añadir luego: “la asamblea democrática”, una precisión que sin duda él agradeció.

Aunque Biden cumplió 80 años el domingo, no ha hecho ningún plan de conmemorar esta fecha, mucho menos de hacerse a un lado, ya que solo celebró en un almuerzo privado con sus familiares. Pero fue inevitable que su importante aniversario —aunado a que Pelosi, de 82 años, pasará la batuta— pusiera de relieve que una gerontocracia ha liderado tanto al Partido Demócrata como al Republicano desde hace años. Esto planteó interrogantes sobre cuándo una generación nueva estará a la cabeza.

En los últimos dos años, Estados Unidos ha estado bajo la dirección de la clase dirigente más vetusta de su historia, con un jefe de gobierno, una presidenta de la Cámara de Representantes, un líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, un jefe del grupo parlamentario mayoritario de la Cámara de Representantes, un presidente pro tempore del Senado, un líder de la mayoría del Senado, un jefe del grupo parlamentario mayoritario del Senado y un líder de la minoría del Senado, todos ellos de 70 u 80 años. El 117.º Congreso, que terminará su periodo en enero, es el de mayor edad que ha existido en el país, pues alrededor de uno de cada cuatro miembros tiene más de 70 años.

Biden, el presidente más provecto de Estados Unidos y el primer octogenario en el Despacho Oval, dijo que anunciará oficialmente sus planes a inicios del próximo año, pero ha indicado que “tiene la intención” de reelegirse y, si resultara victorioso, tendría 86 años al final de su segundo mandato. El expresidente Donald Trump, quien inició una campaña la semana pasada para desplazar a su sucesor, se convirtió en el hombre de mayor edad en asumir la presidencia cuando fue juramentado en 2017, hasta que el año pasado Biden lo superó. Trump, ahora de 76 años, tendría 82 años al final de su segundo mandato si es que volviera a llegar a la Casa Blanca.

El envejecimiento de la clase política estadounidense es un resultado de los avances médicos que no solo han ampliado la expectativa de vida, sino que también han hecho posible que muchos desempeñen papeles productivos en la sociedad mucho más allá de lo que pudieron sus padres y abuelos. Los 80 son los nuevos 70, por así decirlo.

Algunos especialistas incluso califican a Biden y Trump en la categoría de los “superenvejecedores”, personas que mantienen sus habilidades durante más tiempo que sus coetáneos. No obstante, ambos hombres se han enfrentado a preguntas sobre la disminución de su capacidad y las encuestas han indicado que dos tercios de los estadounidenses no quieren que ninguno de los dos se vuelva a presentar a la contienda presidencial.

La actual generación de líderes se ha aferrado al poder durante tanto tiempo que todos los candidatos a la presidencia de los principales partidos desde 1996, excepto dos (Barack Obama y John McCain), nacieron entre 1942 y 1948, lo que deja a las cohortes más jóvenes ansiando la oportunidad de tomar las riendas. Bill Clinton, George W. Bush y Trump nacieron con dos meses de diferencia en 1946.

El presidente Joe Biden con otros líderes mundiales durante la Cumbre del G20 en Bali, Indonesia, el 16 de noviembre de 2022. (Doug Mills/The New York Times).
El presidente Joe Biden con otros líderes mundiales durante la Cumbre del G20 en Bali, Indonesia, el 16 de noviembre de 2022. (Doug Mills/The New York Times).

William H. Frey, especialista en demografía en la Brookings Institution, dijo que Biden y sus contemporáneos llegaron a la mayoría de edad durante una época de cambios en los años sesenta y setenta, cuando los derechos civiles y los derechos de la mujer eran temas de gran importancia.

“Mientras que Trump y sus compatriotas son más populares en términos políticos con los votantes actuales de la generación silenciosa, muchos de los cuales quieren regresar a la década de los cincuenta, Biden y otros políticos de esta generación ya han visto estos cambios antes y son capaces de entender la importancia de facilitar estas transformaciones”, explicó Frey.

La inevitable transición de poder comenzó en la Cámara de Representantes la semana pasada con la decisión de Pelosi de ya no ser la lideresa de los demócratas de la Cámara. Su lugar probablemente lo ocupará el representante Hakeem Jeffries, de Nueva York, quien tiene 52 años, tres décadas menos que Pelosi. Otro que se despedirá junto con Pelosi es el representante Steny Hoyer, de Maryland, el líder de la mayoría, de 83 años. El representante James Clyburn, de Carolina del Sur, de 82 años, también parece probable que pase a un puesto inferior.

Si el representante Kevin McCarthy, el líder republicano de California, logra ganar la presidencia de la Cámara a sus 57 años, el próximo “segundo en la línea de sucesión” tendrá un cuarto de siglo menos de edad que el anterior.

El cambio coincidió con la elección del primer miembro de la generación Z para el Congreso: Maxwell Frost, un demócrata de 25 años de Florida que tuvo que conducir un Uber durante su campaña para pagar sus gastos y que acaba de cumplir la edad mínima establecida por la Constitución para servir en la cámara.

“Sabemos que la generación Z y los miléniales conforman aproximadamente un tercio de la población. Pero no representamos ni la tercera parte del gobierno”, Frost le dijo a PBS News después de su victoria. “Y yo creo que es importante que la gente joven forme parte de la toma de decisiones”.

Pero luego añadió: “Mira, no soy de esas personas que dicen que tenemos que quitar a todos los viejitos y solo tener a gente joven. Tiene que ser diverso, cierto, en edad, raza, género, estatus económico y experiencia. Y esto es solo una parte de ese gran plan”.

En el Senado, la cámara que a menudo se compara con un asilo de ancianos, donde la edad promedio ha subido de 47 a 56 años desde 1980, el senador Patrick Leahy, de 82 años, el demócrata de Vermont que ejerce como presidente pro tempore, se jubila. El cargo, que es el tercero en la línea de sucesión a la presidencia, recaería normalmente en el siguiente demócrata de mayor antigüedad, quien sería Dianne Feinstein, de California, pero a sus 89 años es evidente que flaquea y aceptó renunciar al puesto. En su lugar, el puesto será de la senadora Patty Murray, demócrata de Washington, una pollita de apenas 72 años.

Si los republicanos hubieran ganado, el puesto habría recaído en el senador de Iowa, Chuck Grassley, que tiene 89 años y pretende demostrar su durabilidad, pues durante la campaña más reciente publicó en Twitter videos de sí mismo haciendo lagartijas y saliendo a correr. El senador Chuck Schumer de Nueva York, líder de la mayoría demócrata, tiene 71 años; mientras que el senador Mitch McConnell de Kentucky, líder de la minoría republicana, tiene 80 años.

Por casualidad, la Corte Suprema de Estados Unidos, considerada a menudo como una comunidad de ancianos, está teniendo una especie de rejuvenecimiento. Tras varias jubilaciones y defunciones, los cuatro jueces que han sido ratificados recientemente están apenas en su sexta década de vida. Pero si la historia nos sirve de guía, seguirán ahí mucho tiempo. La edad promedio en que un juez deja el tribunal es de 81 años, y el juez Clarence Thomas, el miembro más veterano, nada más tiene 74 años.

Como es lógico, a Biden no le gusta hablar mucho del tema. “Ni siquiera puedo decir cuántos años voy a cumplir”, le comentó a Jonathan Capehart en una entrevista reciente en el canal MSNBC. “No me sale de la boca”.

Biden, quien hace ejercicio casi todos los días y sigue andando en bicicleta incluso aunque su caminar se ha hecho más lento y a veces confunde las palabras, ha dicho que es “absolutamente legítimo” preocuparse por su edad. Pero insiste en que se le debe juzgar por su desempeño y nivel de energía. “Todo lo físico en mí funciona muy bien. Y lo mental también”, le dijo a Capehart.

Sus amigos dijeron que el presidente se mantiene vital, alerta y activo. “Déjenme decirles algo: está mucho más allá de cualquier persona de 79 años que conozco”, señaló Ted Kaufman, un exsenador de Delaware y viejo amigo de Biden que ocupó brevemente su escaño en el Senado.

Aunque las encuestas muestran que muchos demócratas están ansiosos por que haya un candidato de una generación nueva, algunos siguen convencidos de que Biden es la apuesta más segura para derrotar a Trump en 2024.

“Será el último de la generación de los ‘boomers’ que esté por aquí y tiene que quedarse, creo, porque si Trump es el candidato de los republicanos, vencer a Trump se convierte en lo más importante a lo que tiene que enfrentarse el partido y el país”, dijo Thomas J. Downey, exrepresentante de Nueva York, que, como Frost, fue elegido por primera vez para el Congreso a los 25 años, pero en su caso fue en 1974 durante otro momento de cambio generacional. “Si ese es Joe Biden, podemos esperar otros cuatro años”.

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