Biden celebra la paz en Irlanda: "Siento como que he vuelto a casa"

Dublín, 12 abr (EFE).- Ni el viento, la lluvia o el frío impidieron este miércoles que el presidente estadounidense, Joe Biden, se diera un baño de multitudes en su querida Irlanda, al comienzo de la visita de tres días que efectúa para celebrar el 25 aniversario del acuerdo del Viernes Santo, el texto que puso fin al conflicto en la isla.

Después de su breve paso por Irlanda del Norte, de apenas 15 horas y en un ambiente más gris por la crisis política y la amenaza terrorista, el mandatario demócrata volvió hoy a regalar sonrisas y saludos cercanos a la ciudadanía a su paso por el condado de Louth, al noreste de la República de Irlanda.

"Me siento de maravilla, siento como que he vuelto a casa", aseguró el presidente durante la primera visita del día al castillo del Rey Juan, construido a finales del siglo XII, en la localidad costera de Carlingford, donde volvió a encontrarse con sus parientes o "primos lejanos", según los describe con afecto la Casa Blanca,

Tocado con una gorra azul, más informal que en Belfast, Biden estuvo acompañado por su hijo Hunter y su hermana Valerie, así como por el viceprimer ministro irlandés y titular de Exteriores, Micheál Martin, y su "primo" Rob Kearney.

"Está bien, esto es Irlanda", agregó al ser preguntado por el guía del castillo, Gerry Hoey, sobre el clima mientras ambos miraban desde lo alto de la fortaleza al mar de Irlanda.

El momento tenía especial relevancia, pues desde el otro lado de la bahía de Carlingford, en territorio ahora norirlandés, sus antepasados, el clan de los Finnegan, cruzaron el océano para empezar una nueva vida en Estados Unidos y, como muchos otros irlandeses, huir de la falta de oportunidades que caracterizó el periodo de la Gran Hambruna irlandesa (1845-1849).

Antes de regresar a Dublín, el presidente también efectuó una parada en la ciudad de Dundalk, con las calles llenas de gente ondeando banderas estadounidenses.

Después de visitar un mercado local, en el que compró bocadillos y departió con clientes y empleados, Biden se desplazó hasta el pub Windsor, donde otros disfrutaron de la tradicional cerveza negra que él no toma, pues es abstemio.

Allí pronunció un discurso informal para ensalzar sus raíces irlandesas, en presencia, entre otros, de John Owen Finnegan y Andrea McEvitt, primos en cuarto y quinto grado, respectivamente, y para bromear sobre el carácter de sus paisanos.

Les instó a "seguir manteniendo la fe", ya que, dijo, el pueblo irlandés es el "único en el mundo" que "siente nostalgia por el futuro".

Por su parte, el viceprimer ministro irlandés le agradeció el apoyo ofrecido por sucesivos Gobiernos estadounidenses al proceso de paz y al acuerdo del Viernes Santo, para cuya firma el 10 de abril de 1998 resultó clave la implicación en las duras negociaciones de la Administración de Bill Clinton.

La presencia de Biden en Irlanda, recordó Martin, sirve para "celebrar todo lo que se ha logrado" y para mirar hacia "un futuro de brillantes oportunidades".

Ya el jueves, Biden se reunirá con el presidente de la República de Irlanda, Michael Higgins, en su residencia oficial de Áras an Uachtaráin, y con el primer ministro, Leo Varadkar,

Después comparecerá ante el Parlamento irlandés, reunido en sesión conjunta, y elogiará la cooperación entre Irlanda y Estados Unidos para avanzar la democracia, la paz, la seguridad y la prosperidad, adelantaron fuentes de Washington.

La jornada concluirá con una cena de gala en el Castillo de Dublín.

El presidente estadounidense volverá el sábado por la mañana a Estados Unidos, pero antes cerrará la visita el viernes en el condado de Mayo (noroeste), en la pequeña localidad de Ballina, de donde también proviene parte de su familia materna.

Biden pronunciará un discurso en la catedral de Ballina para celebrar sobre los fuertes lazos que mantienen Estados Unidos e Irlanda.

Javier Aja

(c) Agencia EFE