Bibliotecaria de UM responsable de la mayor colección de material cubano fallece a los 95 años

La Colección del Patrimonio Cubano es uno de los grandes depósitos de la cultura cubana en el mundo y la creación de Esperanza Bravo de Varona y otros archivistas y bibliotecarios expertos.

De Varona es considerada por sus compañeros un agente de cambio fundamental en el crecimiento de la comunidad cubana en el sur de la Florida y su papel en la expansión de Miami-Dade a través de su diligente trabajo.

El jueves 23 de febrero, murió en su casa de Miami junto a su familia a los 95 años.

“Tenía una enorme fuerza de voluntad y era muy organizada para entusiasmar y apasionar a las personas”, dijo Aida Levitan, ex presidenta de Amigos, que apoyó a la Colección del Patrimonio Cubano (CHC) reclutando donantes y sugiriendo artículos para incluir.

Nacido en Sancti Spíritus, Cuba, el 29 de septiembre de 1927, de Varona fue la tercera de cuatro hijos. Estudió en el Colegio del Apostolado y más tarde asistió a la Universidad de La Habana, donde se graduó con un doctorado en Filosofía.

Antes de llegar a Miami, fue de Cuba a República Dominicana con su esposo Francisco Javier de Varona, a quien conoció en La Habana, y sus hijos. Fueron expulsados del país a fines de la década de 1960 debido a la Guerra Civil Dominicana.

Obtuvo una maestría en Ciencias Bibliotecarias de la Universidad Estatal de Florida y contribuyó a la biblioteca de la Academia Nuestra Señora de Lourdes.

Más que una documentación de la historia

A fines de la década de 1960, de Varona comenzó su carrera en la División de Bibliotecas de la Universidad de Miami junto a las bibliotecarias Rosa Abella, Ana Rosa Nuñez, Lesbia Orta Varona y Gladys Gómez Rossie, escribió UM en un obituario.

Las cinco cubanos se reunieron y recolectaron documentos, carteles, periódicos, mapas, libros y más que representaban a Cuba y a los exiliados cubanos.

“Esperanza tuvo el impulso de reunir todas las colecciones cubanas”, dijo Gómez Rossie en el obituario.

Levitan declaró al Herald que cuando el quinteto comenzó la colecta hubo un malentendido sobre la contribución de los cubanoamericanos al sur de la Florida, alimentado por la mala prensa, como durante el Éxodo del Mariel en 1980, una emigración masiva de cubanos que viajaban desde el puerto cubano del Mariel a la Florida.

“Nuestra imagen fue dañada como comunidad”, dijo. “El hecho de que documentara todas estas maravillosas historias sobre las muchas, muchas contribuciones de los exiliados cubanos en todo Miami-Dade fue muy importante para cambiar esa imagen y luchar contra los prejuicios”.

José Bared, fideicomisario emérito de la Junta de Síndicos de la Universidad de Miami, dijo en su obituario que de Varona trabajó arduamente para crear el CHC.

“Ella fue tan persuasiva y persistente al tratar de establecer la Colección del Patrimonio Cubano”, dijo. “Era su pasión”.

El presidente cubanoamericano de The Coca-Cola Company, Roberto Goizueta, fue uno de los muchos personajes influyentes que de Varona persuadió para contribuir a la colección, recordó Levitan. Sus hijos todavía donan al fondo.

El conocimiento de De Varona de la cultura cubana y su asistencia también demostraron ser valiosos para los documentalistas de Miami, como el director y productor Joe Cardona.

“Esperanza Bravo de Varona y Lesbia Varona en la Colección del Patrimonio Cubano de la Universidad de Miami fueron fundamentales en mi investigación a lo largo de los años. Esperanza, en particular, siempre fue extremadamente servicial y generosa con su tiempo. Tenía una gran disposición para hacer un esfuerzo adicional y profundizar en un tema en particular. Ella me desafió e inspiró. La echaré de menos. Siempre me aferraré a mis buenos recuerdos de ella y su ayuda en muchos de mis proyectos cinematográficos”, dijo Cardona en una publicación de Facebook.

Sobrevivientes

Los sobrevivientes de De Varona son sus tres hijos, Beatriz de Varona Craft, Frank J. Varona y Esperanza de Varona Rodríguez; su yerno Arsenio Rodríguez y su nuera Beth Varona; nueve nietos y nueve bisnietos, así como sobrinas, sobrinos, amigos queridos y otros familiares.

“Aunque este momento es difícil, encontramos consuelo sabiendo que su legado vivirá”, dijo su nieta Laura Rodríguez. “No solo a través de la Cátedra Esperanza Bravo de Varona, sino también porque sus aportes dejaron una huella permanente en la historia y cultura cubana”.

Al momento de esta publicación no había información sobre su funeral.