Así lidia Benedicto XVI con su delicado estado de salud

El 28 de febrero del año 2013 el papa Benedicto XVI renunciaba a su pontificado abriendo un periodo que se prolonga hasta la actualidad en el que ha ocurrido algo muy poco frecuente en la historia de la Iglesia católica. Y es que la coexistencia de varios pontífices no es común y la última vez que se produjo fue hace más de 600 años, con la renuncia de Gregorio XII.

Y mientras que en estos últimos ocho años y más de 3.000 días, el papa Francisco ha sido el máximo representante eclesiástico del catolicismo, el papa emérito Benedicto XVI ha llevado una vida monacal en un pequeño monasterio del Vaticano.

Benedicto XVI en una imagen de junio de 2020. (Photo by SVEN HOPPE/POOL/AFP via Getty Images)
Benedicto XVI en una imagen de junio de 2020. (Photo by SVEN HOPPE/POOL/AFP via Getty Images)

En este emplazamiento de recogimiento, el alemán ha lidiado con su delicada salud y con una rutina diaria bastante estable en la que sus apariciones públicas e instantáneas han sido con cuentagotas.

El pasado 16 de abril de 2021 el papa emérito cumplió 94 años y los estragos causados por la edad ya se hacen notar. La debilidad en sus piernas obliga a Benedicto XVI a ayudarse de silla de ruedas y andador para poder desplazarse. Se encuentra delgado y con una voz muy débil, pero sigue teniendo una gran lucidez mental que le permite realizar sus actividades diarias.

Precisamente su secretario personal, Georg Gänswein, concedió una entrevista a Trece hace apenas un par de meses en la que dio detalles sobre su estado actual. “Con 94 años una persona ya no es joven. Pero gracias a Dios su salud física y psíquica es muy buena. Claro… es un hombre que físicamente está muy débil. Le faltan las fuerzas físicas, pero gracias a Dios su cabeza está lucidísima”, señalaba.

Cabe recordar que en el verano de 2020 la salud de Benedicto XVI fue motivo de gran preocupación, ya que sufrió una enfermedad infecciosa en el rostro que le causó mucho picor y dolores agudos. Se produjo apenas un mes después del fallecimiento de su hermano, con el que estaba muy unido.

En junio, el papa emérito había realizado su primer viaje al extranjero desde su renuncia para visitarle en su Alemania natal, debido al empeoramiento de su salud. Era frecuente que Georg Ratzinger acudiera al Vaticano en el cumpleaños de Benedicto XVI, pero en 2020 no pudo acudir por la pandemia. Finalmente, falleció dos semanas después de que el emérito fuera a verle al país germano.

Los hermanos Ratzinger (izquierda y centro) en una foto de 2015). (Photo by Grzegorz Galazka\Mondadori via Getty Images)
Los hermanos Ratzinger (izquierda y centro) en una foto de 2015). (Photo by Grzegorz Galazka\Mondadori via Getty Images)

Ambas circunstancias probablemente influyeron en el estado de salud del antiguo Papa y el año pasado fue muy duro para él, lo que le puso en una situación de extrema fragilidad, aunque parece que en 2021 se encuentra algo mejor.

Durante la pandemia de coronavirus se ha intentado proteger a Benedicto XVI. Está vacunado desde enero de 2021 y se rodea de un círculo muy pequeño de personas que forman su particular burbuja. Desde 2013 reside en el monasterio Mater Ecclesiae, que se encuentra en el Vaticano, por lo que vive muy cerca de Francisco, después de pasar los dos primeros meses tras su renuncia en Castelgalfondo.

Tal y como cuenta la Cope, el ritmo de vida allí es sosegado y día tras día el pontífice realiza la misma rutina, que se inicia con el rezo de primera hora en la capilla ante la imagen de la Virgen Patrona de Baviera, Marienplatz.

Después, a las 7:30 horas celebra la misa junto a Gänswein y sus cuidadores. A las 13:00 horas es el momento del almuerzo y del descanso y por la tarde da un pequeño paseo por los Jardines Vaticanos antes de cenar a las 19:00 horas y ver el telediario a las 20:00 horas. A Benedicto XVI además le gusta mucho pasar tiempo en su despacho rodeado de libros.

Francisco y Benedicto XVI se saludan en 2015. (ALBERTO PIZZOLI/AFP via Getty Images)
Francisco y Benedicto XVI se saludan en 2015. (ALBERTO PIZZOLI/AFP via Getty Images)

Este día a día se ha repetido casi sin variación desde que renunció en 2013, al tiempo que mantiene una dieta austera. Cada cierto tiempo recibe la visita de Francisco, con el que guarda una relación cordial. De hecho el Papa emérito felicitó al pontífice por su Declaración de San José y la publicación de la carta apostólica Patris Corde, un texto del que Benedicto XVI ha manifestado que “sale del corazón y va al corazón con gran profundidad”.

Mientras que sigue su vida de recogimiento, el alemán no se arrepiente de haber renunciado al pontificado. En una entrevista con un medio italiano en marzo de 2021, aseguró que “fue una decisión dolorosa, pero buena”.

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