Cómo unos beagles y un sueño febril hicieron de Rebel Wilson una estrella

Rebel Wilson en Nueva York, el 29 de marzo de 2024. (Amir Hamja/The New York Times)
Rebel Wilson en Nueva York, el 29 de marzo de 2024. (Amir Hamja/The New York Times)

Hace casi cinco años, cuando tenía 39 años, la actriz Rebel Wilson se enfrentó a un dilema. Acababa de cosechar una serie de éxitos, tras ganar 20 millones de dólares por sus papeles cómicos en “Notas perfectas 3”, “¿No es romántico?” y “Maestras del engaño”. Pero una visita a un médico especialista en fertilidad la había llenado de dudas.

Su peso —entonces 102 kilogramos— podría dificultar la extracción de óvulos viables, explicó el médico. Después de la consulta, desolada, llamó a su agente y le dijo que pensaba ser más sana. A su agente no le hizo ninguna gracia.

“A la agencia le gustaba que fuera gorda porque recibían cientos de miles de dólares de comisión por cada película en la que interpretaba a la gorda graciosa”, escribe en su nuevo libro de memorias, “Rebel Rising”. Le preocupaba que perder peso pudiera poner en peligro su “encasillamiento multimillonario”.

En “Rebel Rising”, que Simon & Schuster puso a la venta el martes, Wilson detalla su lucha contra la adicción a la comida y escribe con una franqueza encantadora sobre episodios íntimos de su vida. Criada en un suburbio de Sídney, Australia, como la mayor de cuatro hermanos, Wilson vivió una infancia poco convencional: su familia tenía un negocio de productos para mascotas y criaba beagles de exhibición, y Wilson tuvo su primer contacto con el mundo del espectáculo como adiestradora principiante de perros cuando tenía 8 años.

El éxito no llegó fácilmente. Rechazaron a Wilson cinco veces en el Instituto Nacional de Arte Dramático de Australia e hizo audiciones para casi 30 papeles en Hollywood antes de ser elegida para la comedia de 2011 “Damas en guerra”, una actuación que lanzó su carrera cinematográfica.

El libro de memorias ya ha generado controversia, en particular su relato del rodaje de la comedia de 2016 “Espía por error” con Sacha Baron Cohen. Wilson escribe que, durante la filmación, Baron Cohen la hizo sentir incómoda al pedirle que apareciera desnuda en la película (en su lugar contrataron a una doble de cuerpo). También alega que, cuando estaban caracterizados y representando una escena de sexo, él le pidió que le metiera el dedo en el trasero; ella se negó, mientras otros presentes grababan el encuentro con sus celulares.

Rebel Wilson en Nueva York, el 29 de marzo de 2024. (Amir Hamja/The New York Times)
Rebel Wilson en Nueva York, el 29 de marzo de 2024. (Amir Hamja/The New York Times)

A través de un representante, Baron Cohen negó la versión de Wilson. “Apreciamos la importancia de alzar la voz, pero estas afirmaciones totalmente falsas se contradicen con numerosas pruebas detalladas, incluyendo documentos contemporáneos, material fílmico y testimonios de los presentes antes, durante y después de la producción de ‘Espía por error’”, señaló un representante de Baron Cohen mediante un comunicado.

También hay revelaciones sorprendentemente personales en “Rebel Rising”. Wilson cuenta que perdió la virginidad a los 35 años y que tuvo su primer orgasmo (sola) a los 39 años. Explica su relación romántica secreta con una tenista profesional, la experiencia de conocer y enamorarse de su prometida, la empresaria del mundo de la moda Ramona Agruma, y de tener un hijo por gestación subrogada.

En una entrevista reciente en el centro de Manhattan, Wilson habló de cómo su pérdida de peso ha afectado a su carrera y su imagen pública, de cómo los beagles de su familia quizá la impulsaron a dedicarse a la actuación y de cómo una alucinación inducida por la fiebre la llevó a Hollywood.

Esta entrevista ha sido editada y resumida para mayor claridad.

P: En el primer capítulo hablas de tu temor a que la pérdida de peso perjudicara tu carrera. ¿Has experimentado alguna repercusión o reacción negativa por la pérdida de peso?

R: Hubo gente que dijo: “Ya no nos hace gracia” o “Me perdió como fan porque ya no me identifico con ella”. Pero creo que, si leen el libro, entenderán mi proceso con el peso y la salud. Obviamente, me gustan las cosas azucaradas. Es mi vicio. Y comiendo he lidiado con momentos de estrés. No creo que eso desaparezca nunca.

P: ¿Qué partes de tu libro de memorias te dan más miedo hacer públicas?

R: La parte de perder mi virginidad a los 35 años. Eso era algo que absolutamente nadie sabía. Y yo pensé: ¿debería ponerlo en el libro? Pero luego reflexioné que tal vez habrá otras personas por ahí que fueron tardías y que podrían encontrar consuelo en ese hecho sobre mí. Porque, en realidad, no había nada raro o malo en mí. Simplemente crecí en un ambiente muy cristiano y, luego, no quise tener una relación y me centré en mi carrera. Y, entonces, pensé: “¿Sabes qué? Si voy a escribir mi libro de memorias y hablar de todo, voy a mencionar eso también”.

P: Escribes en el libro que ni siquiera le dijiste a Mickey Gooch Jr., tu exnovio, que fue el primero.

R: Bueno, fue la primera persona en leerlo. Así que ahora lo sabe.

P: Describes tu relación sentimental con una tenista profesional, lo que ha suscitado muchas especulaciones sobre quién era esa persona. ¿Te preocupó en algún momento que pudieras estar sacando del clóset a esa persona o poniendo en peligro su privacidad?

R: Hay algunos rumores por ahí sobre quién es. Pero no creo que nadie lo adivine. Y no quiero que su privacidad sea violada por mi libro de memorias.

P: Pero es una parte importante de tu historia, en términos de tu descubrimiento de que te atraían las mujeres.

R: Sí. Pensé: “No empiezas a tener citas de la noche a la mañana con una mujer”. No creo que estaría en una relación con Ramona si no hubiera conocido a la tenista. Y eso abrió mi corazón, supongo, a salir con una mujer.

P: Quizá los principales titulares del libro hasta ahora hayan sido sobre tu descripción del trabajo que realizaste con Sacha Baron Cohen, de quien dices que te humilló en el plató. Él ha rebatido tu versión y, hace poco, imágenes de esa parte que no estaban en la película y que los muestran actuando en la escena del sexo, juntos, con sus personajes, fueron publicadas por The Daily Mail. ¿Qué opinión tienes de su reacción?

R: Estoy segura de que nunca van a publicar las imágenes del iPhone en las que me pide que lo haga, que le introduzca el dedo en el culo, y yo le digo: “No, ¿por qué lo haces? ¿Por qué me pides que lo haga? ¿Dónde está el director?”. Por supuesto que no van a publicar esas imágenes.

P: ¿Cuál es tu respuesta a su negación?

R: Conociendo su carácter, obviamente me lo esperaba. Sabía que no se lo iba a tomar “tan tranquilo”. No se trata de cancelar a alguien. Es parte de mi historia, mi libro de memorias. Y se me permite escribir sobre lo que me pasó y cómo me hizo sentir.

P: Hay algunas anécdotas deliciosamente extravagantes de tu infancia, como que tu madre criaba beagles en su cochera y les hacía audiciones para anuncios y programas de televisión. Me preguntaba si esos beagles fueron una de las razones por las que te dedicaste al mundo del espectáculo.

R: En cierto modo, sí, porque eran las estrellas de la familia. Tenían agentes. Mi primer proyecto en televisión fue un programa llamado “El patio de Burke” en Australia. Aparecían los perros, y yo solo en segundo plano, de niña. Me aficioné a los musicales porque nuestra perra había hecho una audición para “La calle 42” y no consiguió el papel, y mi madre quería saber qué perra lo había conseguido. Así que fui a ver una cosa llamada “musical” a los 14 años y pensé: “Vaya, esto es genial”. Si no fuera por los perros, nunca habría tenido esa experiencia.

Pero hubo muchos momentos de mi infancia en los que estaba resentida con los perros, porque los perros eran las estrellas y recibían el amor y la atención que yo hubiera querido.

P: También escribes sobre una extraña experiencia que te inspiró a dedicarte seriamente a la actuación, cuando vivías en Sudáfrica, contrajiste la malaria y tuviste una visión.

R: Fue una alucinación total de que yo era actriz y había ganado un Oscar. Cambió toda la trayectoria de mi vida. Cuando algunos me decían: “¿Pero cómo pudiste seguir adelante?”, o “Siempre parecías creer en ti misma”, yo respondía: “Porque vi cómo sucedía”.

Me aferré a eso, a pesar de los constantes rechazos y de lo duro que fue empezar en el teatro y actuar cuando podía haber diez personas entre el público. Pero yo vi que tendría éxito. Y, cuando vine a Estados Unidos, me pareció que era más probable llegar a la NFL, si hubiera sido varón, que triunfar en el mundo del espectáculo, primero, en mi país y, luego, en Hollywood. Son millones y millones contra uno, pero pensé que yo era la elegida. Hay muchos actores australianos que son mucho mejores que yo y no han triunfado aquí.

P: Quizá porque no contrajeron la malaria.

R: No tuvieron la visión provocada por la malaria.

c.2024 The New York Times Company