Un avión de la Guardia Costera recorrió las islas en busca de migrantes, y esto fue lo que encontró

Desde muy por encima de una remota isla deshabitada de las Bahamas, una patrulla aérea de la Guardia Costera de Estados Unidos observa a un hombre y un niño pequeño pescar en una playa de arena blanca. Un crucero con camarote y dos motores fuera de borda está anclado en una ensenada a pocos metros de la orilla.

Gracias a las cámaras el C-144 Ocean Sentry, los pilotos y operadores de radar observan desde unos 1,500 pies de altura a los dos en la arena, caña y carrete en mano, a la espera de que pique un pez. Entonces, el hombre y el niño se percatan de que el avión sobrevuela la zona. Dejan caer sus aparejos de pesca y corren hacia los árboles.

“Es muy extraño”, dice el teniente Spencer Zwenger mientras pilota el avión y observa lo que ocurre en la playa.

El teniente Spencer Zwenger, piloto de la Guardia Costera de Estados Unidos, señala una pantalla de video en la que aparecen personas sospechosas de ser migrantes en una remota playa de las Bahamas, el sábado 14 de enero de 2023.
El teniente Spencer Zwenger, piloto de la Guardia Costera de Estados Unidos, señala una pantalla de video en la que aparecen personas sospechosas de ser migrantes en una remota playa de las Bahamas, el sábado 14 de enero de 2023.

El piloto coloca el avión —un bimotor que la Guardia Costera usa para patrullajes de búsqueda y salvamento y de seguridad— en un ángulo diferente, y las cámaras captan a más personas escondidas bajo la copa de un árbol tropical.

“Oh, hay más de dos personas”, dice el subcomandante Joshua Mitcheltree desde el asiento derecho de la cabina, tras divisar a los demás reunidos en la arboleda.

Las personas abajo son probablemente migrantes que, por razones desconocidas, se detuvieron en el Cay Sal Bank, un atolón en forma de flecha situado a unas 30 millas de la costa norte de Cuba, de camino al sur de la Florida. La tripulación de la Guardia Costera en el avión realizaba el sábado una misión rutinaria de patrullaje.

El piloto de la Guardia Costera de Estados Unidos, teniente comandante Joshua Mitcheltree, vuela un C-144 Ocean Sentry sobre el Estrecho de la Florida, el sábado 14 de enero de 2023, mientras un buque de carga navega en el agua por debajo.
El piloto de la Guardia Costera de Estados Unidos, teniente comandante Joshua Mitcheltree, vuela un C-144 Ocean Sentry sobre el Estrecho de la Florida, el sábado 14 de enero de 2023, mientras un buque de carga navega en el agua por debajo.

El barco, una embarcación de recreo construida en fábrica, también indica a la tripulación que las personas no van por su cuenta, sino que son llevadas a la isla por contrabandistas pagados.

“Es un bonito barco en este cementerio de embarcaciones”, dice Zwenger, que se fija en el número cada vez mayor de embarcaciones de migrantes destrozadas que se han ido acumulando en Cay Sal y otras islas aisladas de las Bahamas, recordatorios del éxodo continuo de cubanos y haitianos camino de los Cayos y el sur de la Florida.

Una pantalla de video en la cabina de un C-144 Ocean Sentry de la Guardia Costera de Estados Unidos muestra un crucero con camarote anclado a unos pies de la orilla del Cay Sal Bank en las Bahamas, el sábado 14 de enero de 2023.
Una pantalla de video en la cabina de un C-144 Ocean Sentry de la Guardia Costera de Estados Unidos muestra un crucero con camarote anclado a unos pies de la orilla del Cay Sal Bank en las Bahamas, el sábado 14 de enero de 2023.

Las Bahamas en alerta

El subcomandante Derrick Ferguson, de la Real Fuerza de Defensa de las Bahamas, dijo que la zona de Cay Sal Bank, frente a la costa norte de Cuba, es un “punto de transbordo” tradicional para las personas que salen de Cuba hacia Estados Unidos. Incluye Cay Sal Bank, Elbow Cay y un grupo de pequeñas islas llamadas Anguilla Cays.

Pero en los últimos tres o cuatro meses ha habido un “repunte significativo” de migrantes que llegan allí, coincidiendo con el aumento de desembarcos en los Cayos de la Florida, Miami-Dade y Broward.

“A veces, entre errores de navegación, condiciones del mar o problemas mecánicos, se quedan abandonados en uno de esos cayos dentro del Cay Sal Bank”, dijo Ferguson.

A medida que el área se convierte en una zona más de escrutinio de las patrullas de la Guardia Costera y la Real Fuerza de Defensa de las Bahamas, los emigrantes cubanos usan cada vez más rutas alejadas hacia el este y el norte de la ruta marítima tradicional hacia el sur de la Florida, una tendencia que preocupa a Ferguson.

“Lo que significa que están realizando viajes más largos con mayor riesgo, lo que pudiera aumentar la incidencia de tragedias y pérdidas de vidas en el mar”, afirmó.

El aumento de migrantes procedentes de Haití y Cuba —dos países con crisis económicas y sociales cada vez más profundas— se ha intensificado tanto desde la temporada navideña, cuando el gobernador Ron DeSantis activó a la Guardia Nacional de la Florida. Ordenó a la dependencia y a otras agencias policiales estatales que acudieran a los Cayos para ayudar a patrullar las aguas circundantes en busca de migrantes entrantes que se desplazan a través del Estrecho de la Florida.

Desde el 1 de octubre, inicio del año fiscal, la Guardia Costera ha interceptado en el mar a cerca de 5,000 personas procedentes de Cuba y a unas 1,200 procedentes de Haití que intentaban llegar a Estados Unidos. Al ritmo actual, la interceptación de cubanos por parte de la Guardia Costera va a triplicar la del año fiscal pasado, que ya fue el más alto en casi una década.

Plataformas de lanzamiento del contrabando

Hace nueve meses, durante otro sobrevuelo, Cay Sal Bank parecía cualquier isla remota de las Bahamas en medio del mar. Pero estos días, la isla y las islas cercanas de Elbow Cay y Anguillas Cays se han convertido en puntos de referencia del aumento de la migración cubana y ofrecen una pista sobre cómo los migrantes pueden estar haciendo el viaje. Las islas parecen ser escalas para los emigrantes, o un lugar donde esperar cuando las cosas van mal en su viaje hacia Estados Unidos. Las islas están llenas de embarcaciones abandonadas.

A veces, los migrantes se ven obligados a buscar refugio en las islas debido a las condiciones del tiempo o una avería de la embarcación. En febrero pasado, la Guardia Costera rescató a tres personas que, dijeron, llevaban 33 días varadas en la isla y sobrevivían comiendo cocos.

Pero a medida que aumenta la migración hacia el sur de la Florida, los Anguilla Cays, Cay Sal Bank y Elbow Cay también están siendo usados como plataforma de lanzamiento por los contrabandistas, que hacen esperar allí a los emigrantes hasta que pueden ser transportados para el resto del viaje.

Otras señales reveladoras de que la gente ha estado acampando en las islas son la ropa y las tiendas de campaña desechadas y los paracaídas de los aviones de la Guardia Costera que lanzan suministros a los varados.

‘Jugando a ser porteros’

En el patrullaje del pasado fin de semana, la tripulación del Ocean Sentry —Zwenger, Mitcheltree, los electricistas de aviación contramaestres de segunda clase Brian Carty e Ian Angell, junto con el técnico de mantenimiento de tercera clase Alonzo Williams— viaja desde la Estación Aérea de la Guardia Costera de Miami hasta el extremo sur de las Bahamas.

Desde allí, el avión vuela hasta el Estrecho de la Florida, recorriendo las aproximadamente 100 millas hacia el oeste, para luego volver hacia el este, cubriendo la misma ruta en busca de embarcaciones de migrantes. Es un esfuerzo de grupo, con los pilotos mirando por las ventanillas de la cabina, junto con pantallas de video en su consola, Carty y Angell sentados frente a pantallas de video y radar en el centro del avión y Williams oteando el horizonte por las dos ventanas de burbuja de la parte trasera.

Un Ocean Sentry C-144 de la Guardia Costera de Estados Unidos sobrevuela el Cay Sal Bank en las Bahamas, el sábado 14 de enero de 2023.
Un Ocean Sentry C-144 de la Guardia Costera de Estados Unidos sobrevuela el Cay Sal Bank en las Bahamas, el sábado 14 de enero de 2023.

Si la tripulación determina que hay personas que necesitan ayuda en una isla o en una embarcación inutilizada, Williams se encarga de bajar la puerta de la rampa trasera y dejar caer suministros —alimentos, agua, mantas, una radio— a los que están en apuros.

A pesar de todos los ojos y la tecnología del C-144, es un océano muy grande con miles de embarcaciones por razones legítimas. No es difícil que los barcos de migrantes se les escapen.

“Los más pequeños a veces ni siquiera se ven en el radar”, dice Mitcheltree.

Suministros destinados a los marineros y migrantes varados se ven en la parte trasera de un avión Ocean Sentry C-144 de la Guardia Costera de Estados Unidos, el sábado 14 de enero de 2023.
Suministros destinados a los marineros y migrantes varados se ven en la parte trasera de un avión Ocean Sentry C-144 de la Guardia Costera de Estados Unidos, el sábado 14 de enero de 2023.

A lo largo de este último y caótico éxodo marítimo desde Cuba y Haití, los guardacostas han estado “jugando a ser porteros” en su esfuerzo por detectar las embarcaciones de migrantes antes de que lleguen a Estados Unidos. Los barcos de cubanos consiguen pasar debido al gran número que sale a diario. Y los cargueros haitianos más grandes llegan a Estados Unidos, o se acercan, porque a menudo están pilotados por contrabandistas que son marinos experimentados.

“Saben lo que hacen”, dice Zwenger de los haitianos, que también atribuyen a su creencia en el vudú el que sus barcos lleguen. “Son marinos profesionales”.

‘Nave nodriza’

En este patrullaje no se avistan embarcaciones de migrantes en el mar, pero algo más capta la atención de la tripulación. Se trata de una “ave nodriza”, un camaronero bahameño que remolca varias embarcaciones más pequeñas que parten para pescar y regresan al buque mayor para descargar su captura.

El arrastrero está cerca de la costa de los Anguilla Cays, un grupo de pequeñas islas arenosas cerca del punto más al sureste del Cay Sal Bank.

Carty y Angell escudriñan la playa con sus cámaras. De repente, aparece en la arena una embarcación improvisada de migrantes. Se parece a las embarcaciones cubanas de fabricación casera que han quedado abandonados en la orilla y en los manglares a lo largo de los Cayos de la Florida durante los dos últimos años.

Un arrastrero camaronero de las Bahamas es visto en una pantalla de video a bordo de un avión C-144 Ocean Sentry, el sábado 14 de enero de 2023.
Un arrastrero camaronero de las Bahamas es visto en una pantalla de video a bordo de un avión C-144 Ocean Sentry, el sábado 14 de enero de 2023.

Unos cuatro hombres permanecen de pie en la playa. Mientras el avión sigue dando vueltas alrededor de la isla, una docena de personas más permanecen de pie bajo palmeras. Uno de los barcos camaroneros más pequeños está anclado a pocos metros de la orilla. Dos tripulantes nadan hasta la playa para ver cómo están los inmigrantes.

El Ocean Sentry consigue por fin contactar por radio al capitán del buque nodriza, que le informa de que su tripulación está proporcionando comida y agua a los habitantes de la isla y que todos parecen gozar de buena salud.

La contramaestre Nicole Groll, portavoz de la Guardia Costera en el avión durante el patrullaje, dice que dado que Estados Unidos y las Bahamas tienen una “larga colaboración”, la Guardia Costera notificó a las autoridades bahameñas que las personas estaban en la isla y no necesitaban atención médica inmediata.

“Qué ocurre después”, dice Groll, “las autoridades bahameñas irán ahí o nos pedirán ayuda, y haremos todo lo posible por ayudar”.

Acierto o error

Mitcheltree, un guardacostas de 40 años, fue piloto de helicóptero antes de pasar al Ocean Sentry, y fue rescatista marítimo de élite antes de dedicarse a la aviación, dice que cada misión es impredecible y que es difícil que él y su tripulación se encuentren con inmigrantes en un patrullaje determinado.

“La última vez que volé no encontramos nada. “Esta vez, encontramos estos dos grupos”.

Antes de regresar a Miami, la tripulación vuelve a Cay Sal Bank para asegurar que no es necesario entregar suministros.

Después de ver a la gente huir del C-144 ese mismo día, Zwenger y Mitcheltree quieren tener cuidado de no asustar al conductor del barco en la segunda vuelta por si, como sospechan, es un contrabandista. Si eso ocurriera, probablemente dejaría su carga humana en la isla y a merced de los elementos.

“A los contrabandistas solo les importa que les paguen”, dice Mitcheltree. “Si creen que los van a atrapar se largan en un santiamén”.

El teniente Spencer Zwenger, piloto de la Guardia Costera de Estados Unidos, vuela desde el lado izquierdo de la cabina de un avión de patrullaje C-144 Ocean Sentry sobre el Estrecho de la Florida, el sábado 14 de enero de 2023.
El teniente Spencer Zwenger, piloto de la Guardia Costera de Estados Unidos, vuela desde el lado izquierdo de la cabina de un avión de patrullaje C-144 Ocean Sentry sobre el Estrecho de la Florida, el sábado 14 de enero de 2023.

Los pilotos se esconden en el techo de nubes bajas antes de descender ligeramente para que las cámaras puedan obtener una visión clara de la playa. La gente que está abajo no parece angustiada. Si lo estuvieran, probablemente saludarían frenéticamente al avión. Por ahora, no parece que quieran ser rescatados. Al igual que con la gente de los Anguillas, la tripulación del avión informa a los bahameños.

“El barco sigue allí y la gente sigue allí”, dice Mitcheltree. “Tienen encendida una hoguera”.

Mientras la temperatura desciende en el interior del avión en esta tarde de enero, Zwenger responde: “Me alegro por ellos. Va a ser una noche fría”.

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