Ahora que se avecina el impago de la deuda, ¿qué hará Biden?

Shalanda Young, directora de la Oficina de Administración y Presupuesto, testifica ante la subcomisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes sobre la solicitud de presupuesto para el año fiscal 2024 del presidente Joe Biden en el Capitolio en Washington, el jueves 23 de marzo de 2023. (Pete Marovich/The New York Times).
Shalanda Young, directora de la Oficina de Administración y Presupuesto, testifica ante la subcomisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes sobre la solicitud de presupuesto para el año fiscal 2024 del presidente Joe Biden en el Capitolio en Washington, el jueves 23 de marzo de 2023. (Pete Marovich/The New York Times).

WASHINGTON — Es probable que el gobierno federal tenga menos de un mes antes de incurrir en un devastador impago de su deuda interna.

Sin importar quién sea el culpable político de un incumplimiento de pago, los asesores reconocen que el presidente Joe Biden tiene mucho que perder si el país se inclina hacia la recesión mientras él se encuentra en su campaña de reelección.

Biden tiene varias opciones estratégicas para tratar de evitar que eso suceda. Todas se han debatido al interior de su gobierno y con aliados demócratas en semanas recientes. Oscilan desde seguir esperando a que los republicanos aumenten el límite de deuda del país sin condiciones hasta preparar una acción unilateral para saltarse el límite y seguir pagando las obligaciones financieras del país.

Algunas requieren negociaciones con líderes republicanos, que Biden insistirá en que no están relacionadas con el límite de endeudamiento, aunque sí lo estarían.

Cada camino conlleva riesgos, que los funcionarios del gobierno reconocen en privado. El mayor de todos es la calamidad económica: los economistas de la Casa Blanca advirtieron en un análisis que se dio a conocer el miércoles que si el país no paga su deuda y ese incumplimiento continúa durante varios meses, la economía perdería ocho millones de empleos al entrar en recesión.

Los economistas también advirtieron que la sola proximidad a un posible impago agitaría los mercados y elevaría el costo de los préstamos en toda la economía, “inhibiendo la capacidad de las empresas para financiarse y realizar las inversiones productivas esenciales para prolongar la expansión actual”.

El presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy (republicano de California) en el Capitolio de Washington, el miércoles 26 de abril de 2023, donde esperaba presentar un proyecto de ley hacendaria. (Kenny Holston/The New York Times).
El presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy (republicano de California) en el Capitolio de Washington, el miércoles 26 de abril de 2023, donde esperaba presentar un proyecto de ley hacendaria. (Kenny Holston/The New York Times).

A continuación, las vías disponibles para Biden, como las ven sus asesores y aliados.

Mantener su postura

Desde hace meses, Biden ha insistido en que los legisladores deben aumentar el techo de deuda de la nación sin condiciones, con el argumento de que esto permite a Estados Unidos pagar el gasto que el Congreso ya autorizó. Podría seguir haciéndolo, negándose a negociar, como le han pedido muchos progresistas.

Sería un intento de enfrentarse a los republicanos de la Cámara de Representantes, que la semana pasada aprobaron un proyecto de ley que combinaba un aumento del límite con recortes al gasto federal y un retroceso de la agenda climática de Biden. En la práctica, Biden estaría desafiando al presidente de la Cámara de Representantes, el californiano Kevin McCarthy, a permitir que el gobierno se quede sin liquidez para pagar sus facturas a tiempo, algo que el Departamento del Tesoro calcula que podría ocurrir a partir del 1.° de junio.

El riesgo es que McCarthy se niegue a ceder y que diga que el proyecto de ley de la Cámara Baja es prueba de que los republicanos hicieron suficiente para aumentar el límite de deuda. Biden contaría con la presión de los grupos empresariales y la agitación de los mercados financieros para empujar a los republicanos a ceder en el último momento y aprobar al menos un proyecto de ley que evite el impago durante unas semanas o meses. Pero hasta ahora, los republicanos de la Cámara de Representantes no se han mostrado dispuestos a aprobar un proyecto de ley de este tipo, conocido como un aumento “limpio” del límite de deuda. Tampoco cuentan con la masa crítica de republicanos en el Senado que se necesita para hacer avanzar el proyecto en esa cámara.

Negociar recortes al gasto no vinculados con el límite de endeudamiento

Biden recibirá a McCarthy y a otros líderes del Congreso en la Casa Blanca la próxima semana para hablar de política hacendaria; es decir, de cuánto recauda, gasta y pide prestado el país. El presidente dice que esas conversaciones no tienen nada que ver con el límite de la deuda, pero en realidad no es así.

La fecha límite que pesa sobre las conversaciones es la llamada fecha X, estimada para el 1.° de junio; la invitación de Biden a los líderes del Congreso se vio acelerada por las proyecciones corregidas de cuándo llegará esa fecha. En cambio, el proyecto de ley que financia las operaciones del gobierno federal, que Biden firmó a finales del año pasado, se extiende hasta finales de septiembre.

Biden podría negociar sin “negociar”, tratando de llegar a un acuerdo lo más pronto posible sobre los niveles de gasto para el próximo año fiscal, antes de la fecha X. A cambio, McCarthy se comprometería a aprobar una prórroga limpia del límite de deuda.

Los grupos empresariales e incluso algunos funcionarios del gobierno esperan que cualquier acuerdo de esa naturaleza se centre en los límites del gasto discrecional federal, aunque es casi seguro que no sean tan estrictos como los del proyecto de ley aprobado por los republicanos. Durante meses, funcionarios de la Casa Blanca han dicho en privado que no esperan que la Cámara de Representantes apruebe aumentos significativos del gasto para el próximo año, por lo que algún tipo de límites podrían resultar aceptables para Biden, dependiendo de los detalles.

El riesgo de esa estrategia es que los miembros más conservadores de la cámara presidida por McCarthy no han mostrado ningún interés en un acuerdo de ese alcance. Biden no aceptará las exigencias de mayor alcance de esos miembros. Eso complica las posibilidades de que el presidente de la Cámara de Representantes apruebe un acuerdo como este.

Saltarse a McCarthy

Biden podría tratar de saltarse al presidente de la Cámara de Representantes y convencer a un puñado de representantes y senadores republicanos moderados de que voten a favor de un aumento del límite, ofreciendo algunas concesiones hacendarias como incentivo. Llevar ese acuerdo a la Cámara Baja podría requerir algunas maniobras legislativas, como la llamada petición de aprobación que los demócratas llevan meses preparando.

También podría requerir que Biden aplique una estrategia distinta con los representantes republicanos que necesita para que se apruebe un proyecto de ley como ese. Los republicanos moderados en la Cámara de Representantes afirman que, hasta el momento, la Casa Blanca no ha hecho ningún contacto importante con ellos. En cambio, los funcionarios del gobierno de Biden los han criticado por votar a favor del proyecto de ley republicano sobre el límite de la deuda y sus profundos recortes al gasto.

Esta semana, los miembros del gobierno publicaron, una y otra vez, los nombres y retratos de los representantes republicanos en la cuenta oficial de Twitter de Biden, acusándolos de votar a favor de recortar el financiamiento de los programas para veteranos y Meals on Wheels. Dos de los legisladores señalados eran miembros de la cúpula, entre ellos McCarthy. Otros dos eran congresistas de alto perfil y de extrema derecha. El resto, más de dos docenas, eran legisladores en escaños que Biden ganó en 2020.

Los funcionarios defendieron esa estrategia. “Tengo la esperanza de que encontraremos un camino para evitar el impago”, dijo Shalanda Young, la directora de presupuesto de la Casa Blanca, a los periodistas el jueves después de arremeter contra los recortes presupuestarios incluidos en el proyecto de ley republicano. “Pero nuestro trabajo es seguir acudiendo a ustedes, al pueblo estadounidense, y asegurarnos de que la ciudadanía entienda de qué se trata este debate”.

Hacerlo por su cuenta

Si las tácticas que elija Biden no se traducen en un proyecto que pueda convertir en ley y que eleve el límite de endeudamiento antes de la fecha X, el presidente tendrá que elegir entre permitir que la nación incumpla o buscar lo que, en la práctica, es una impugnación constitucional al techo de la deuda, al continuar pidiendo prestado para pagar las facturas cuando el gobierno se quede sin efectivo.

Ese recurso se basaría en una cláusula de la 14.ª Enmienda que estipula que el gobierno debe pagar sus deudas. Los funcionarios de este gobierno llevan meses debatiendo esta idea, sin resolución alguna. Pero hasta sus defensores admiten que no sería una solución perfecta. La medida provocaría una impugnación judicial inmediata y sembraría incertidumbre, al menos temporal, en el mercado de bonos, lo que dispararía el costo del servicio de la deuda pública.

c.2023 The New York Times Company