Autosuficiencia en combustible: ¿estrategia u ocurrencia mexicana?


En un mercado abierto se observa que existe una correlación a la baja entre la inflación y el precio del combustible al consumidor, como ocurre con nuestro principal proveedor, Estados Unidos.

El consumidor en México ha de preguntarse, cada vez que carga el tanque de su vehículo: ¿por qué aquí no bajan el precio del combustible? La respuesta es sencilla: en México hay un precio controlado, lo que ha creado un mercado virtual de combustibles.

En gran parte, el precio al consumidor depende del costo en Estados Unidos; más la logística para que el combustible llegue a las estaciones de servicio. Al importar más del 60 por ciento de la demanda diaria, la SHCP tiene que aplicar estímulos en forma semanal para ir manteniendo, en forma constante, incrementos entre 3 y 4 centavos por semana, los que han sido observados en los últimos 12 meses. El objetivo es el mantener los precios finales al consumidor por debajo de la inflación.

Ante esta situación, la autosuficiencia de combustible se ha convertido no en una idea ocurrente en el tiempo, sino que ha pasado a ser algo estratégico y económico del país ante la falta de una planeación de largo plazo y solo tener en forma acotada, en el finito, planes de cada administración en turno.

¿CÓMO SER AUTOSUFICIENTES?

En México podremos llegar a ser autosuficientes, dentro de unos cinco a siete años, en combustibles. Para lograrlo, debemos de estar produciendo, antes de 2024, alrededor de 2.5 millones de barriles diarios. Es decir, tener un incremento, a partir de este año, de entre 300,000 y 400,000 barriles diarios.

Llegar a esta meta sería parte de llegar a ser autosuficientes con el fin de enviar, a partir de esta fecha, 1.5 millones a refinerías en forma diaria, y 800,000 a 900,000 barriles de crudo de exportación, porque en la realidad no podemos dejar de exportar debido a es parte de nuestras divisas, pues ayuda al tipo de cambio al haber más dólares en el mercado financiero mexicano.

Entonces, confirmo y afirmo: la autosuficiencia en combustibles es una ilusión óptica, la cual podría ser corregida al invertir en una mayor cantidad. Dejar de utilizar los combustibles fósiles en el mercado mexicano, al ser cuarto a nivel mundial, es impensable, como lo es eliminarlos de forma tácita.

En la balanza del sector de hidrocarburos, en el mes de noviembre de 2022 teníamos un déficit entre lo importado y exportado de alrededor de 33,000 millones de dólares. En el caso de ser una realidad, si hubiéramos dejado de exportar crudo, sería de 65,000 millones de dólares. Conclusión, no podemos dejar de exportar.

CÁLCULOS BASADOS EN LA REALIDAD

Con estos datos, contundentes y con base en informes de la Secretaria de Energía al cierre de 2022 sobre los mercados de los combustibles, realizamos un cálculo sobre el tiempo que podríamos tardar en ser autosuficientes. Para el análisis consideramos un escenario de una utilización máxima de 50 por ciento de las refinerías y con una demanda de 820,000 barriles diarios de gasolina y 420,000 para el diésel. Con lo anterior encontramos los siguientes resultados:

Gasolina. Se logrará la autosuficiencia en cinco a siete años a un ritmo de dejar de importar entre el 6 y 7 por ciento en forma anualizada, lo que provine de lo observado de 2021 a 2022. En 2019 importábamos el 75 por ciento, y al cierre de 2022 fue de 63 por ciento.

Diésel. Para lograr la autosuficiencia se requieren de siete a nueve años a un ritmo de dejar de importar entre el 3 y 4 por ciento en forma anualizada, lo que provine de lo observado de 2021 a 2022. En 2019 importábamos el 68 por ciento, y al cierre de 2022 fue de 63 por ciento.

Eso sin olvidar que en 2024 la demanda deberá ser cubierta con diésel de bajo azufre, y actualmente no tenemos cubierta en su totalidad esta calidad de combustible para el mercado. Recordemos también que hoy en la mesa de disputas en el TMEC que México no usa este tipo de diésel en su totalidad en el mercado.

NO CONTROLAMOS EL PRECIO DEL COMBUSTIBLE

En el dado caso de que las seis refinerías puedan llegar a una utilización por arriba de 80 por ciento, la brecha en el tiempo para ser autosuficientes en gasolina sería de entre dos y tres años, y para el diésel, de uno a dos años, siempre y cuando solo produzca de bajo azufre.

Una alternativa que podría ayudar a la gasolina regular sería la elaboración de un producto con bajo octanaje en las refinerías e incrementar su calidad con aditivos como el etanol, proveniente de la caña de azúcar. Además de tener una mejor combustión, al ser un oxigenante con bajo costo y en forma directa, el precio de esta gasolina disminuiría al consumidor en 70 centavos.

Es decir, tenemos una ilusión óptica algebraica numérica que depende de que el dinero, las operaciones y las refinerías tengan una alta utilización. La realidad es que hoy en día no pasan del 50 por ciento.

Los datos ahí están plasmados. Ahora depende de si queremos tener un mercado virtual de combustibles o en verdad estamos preparados para migrar a un mercado abierto donde seamos autosuficientes de combustible. Hoy en día no podemos serlo debido a que no controlamos el precio de los combustibles. N

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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Es autor del canal Energía sin política. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.

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