El aumento del nivel del mar podría acabar con las zonas costeras donde anida el gorrión de los Everglades

Un sigiloso gorrión de los Everglades, en el centro de algunos de los debates más polémicos en torno a la restauración de los vastos humedales, se enfrenta a una amenaza cada vez más grave: el aumento del nivel del mar.

Un nuevo estudio, que modela tanto el aumento del nivel del mar como los esfuerzos de restauración para llevar más agua a Everglades National Park, concluyó que en solo 50 años el gorrión costero del Cabo Sable, en peligro de extinción, podría desaparecer de las zonas costeras donde anida.

Los investigadores del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) cifraron en menos de 10% las probabilidades de encontrar gorriones en las praderas del interior de la zona acuática del sur de la Florida.

De acuerdo con el nuevo estudio, con una elevación del nivel del mar de 2.4 pies (0.73 metros) en 50 años las probabilidades de que los gorriones aniden en las praderas costeras caen por debajo del 10%.
De acuerdo con el nuevo estudio, con una elevación del nivel del mar de 2.4 pies (0.73 metros) en 50 años las probabilidades de que los gorriones aniden en las praderas costeras caen por debajo del 10%.

Mientras tanto, una zona del interior que podría convertirse en refugio para las aves y que ocupa el segundo lugar en número de anidaciones probablemente será demasiado húmeda en virtud de las obras de restauración en curso.

“Hasta la fecha, la planificación de la restauración se ha llevado a cabo de forma aislada”, dijo Stephanie Romanach, ecóloga investigadora del USGS y autora principal del estudio. “Ahora que los responsables de la toma de decisiones [y] los gestores de recursos naturales están empezando a plantearse preguntas sobre cómo serán las condiciones bajo el cambio climático y el aumento del nivel del mar, esas dos conversaciones se beneficiarían de una intersección”.

El tiempo para encontrar una respuesta también se está acabando, dijo.

“Las condiciones cambian muy deprisa sobre el terreno”, dijo. “Las condiciones cambian año tras año, así que realmente no tenemos mucho tiempo”.

El diminuto gorrión se incluyó en la lista de especies en peligro de extinción en 1967, 50 años después de que se descubriera por primera vez en Cape Sable y dos décadas después de que se creara el parque ante la creciente evidencia de que los canales, diques y carreteras que abrían camino al desarrollo en el sur de la Florida estaban arruinando lo que quedaba de los prístinos Everglades.

En la actualidad quedan menos de 2,500 gorriones, comparado con los 6,600 contabilizados en la década de 1980.

Los pájaros viven y anidan en las praderas de marga en los Everglades y Big Cypress, en donde los pastizales rocosos tienen una elevación ligeramente superior entre los humedales. Los gorriones construyen sus nidos en hierbas a aproximadamente medio pie del suelo, una altura suficiente para escapar de las lluvias estivales que inundan la pradera y mantienen alejados a los depredadores. Estos requisitos tan precisos para anidar ayudaron a hacer del gorrión una medida perfecta para restaurar el histórico flujo de agua a través de las praderas que se secan en primavera y se llenan de flores silvestres y orquídeas.

“Si se consigue el agua adecuada, el gorrión volverá y, si el gorrión vuelve, es porque se consiguió el agua adecuada”, le dijo Stuart Pimm a WLRN, ecologista conservacionista de la Universidad de Duke y experto en ciencia de la extinción, después del último recuento de gorriones. “Esas cosas están inextricablemente entrelazadas”.

Pero hasta ahora, la gestión del agua no ha logrado salvar a las aves e incluso puede haber alterado lo que alguna vez se consideró el hábitat principal de los gorriones al oeste de Shark River Slough. Durante el último recuento, en 2021, no se encontraron gorriones en la zona.

Hasta 2021, el gorrión marino de Cape Sable podía encontrarse en seis lugares del Parque Nacional de los Everglades. Las inspecciones desde helicóptero no encontraron ningún grupo con exceso de población, Los investigadores descubrieron más tarde un nido con un macho y una hembra, pero el nido fracasó. U.S. Fish And Wildlife Service
Hasta 2021, el gorrión marino de Cape Sable podía encontrarse en seis lugares del Parque Nacional de los Everglades. Las inspecciones desde helicóptero no encontraron ningún grupo con exceso de población, Los investigadores descubrieron más tarde un nido con un macho y una hembra, pero el nido fracasó. U.S. Fish And Wildlife Service

Las nuevas operaciones iniciadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército en septiembre de 2020 tienen por fin mejorar las zonas de anidación. No está claro qué ocurrirá con las zonas occidentales.

A Pimm le preocupa que el plan simplifique en exceso los patrones hídricos históricos, al trasladar el agua desde el lado occidental de la vasta zona de conservación de agua al norte del parque directamente al sur y sin equilibrar los patrones históricos.

“Es importante ser conscientes del problema. Es un parque nacional: es un parque nacional de humedales; las decisiones de gestión del agua han destruido masivamente el hábitat en esa parte del parque”, dijo. “Es alarmante y preocupante en todos los sentidos. ¿Qué dice de nuestra capacidad para gestionar adecuadamente los parques nacionales?”.

Las nuevas conclusiones de USGS también dejan claro que el incremento del nivel del mar debe tenerse en cuenta a la hora de tomar decisiones.

Para comprender mejor cómo será el futuro, el modelo de USGS analizó tanto el aumento del nivel del mar como los planes de restauración de la gestión del agua. Los investigadores se centraron en el hábitat costero cercano a la Bahía de la Florida, que se prevé será el más afectado por el incremento del nivel mar. El aumento del nivel del mar ya subió unas seis pulgadas tan solo en los últimos 30 años.

Se espera que la zona costera tenga menos de un 10% de posibilidades para anidar, lo que aumenta la presión sobre las zonas de anidamiento restantes, de acuerdo con Romanach.

Una de esas zonas, de poco más de 22,000 acres a lo largo del borde oriental de Shark River Slough, tiene ahora el segundo mayor recuento de gorriones, pero las operaciones hidráulicas traerán más agua, dijo Romanach.

“Como resultado, es probable que sea menos adecuado para los gorriones”, dijo. “Pero, por su posición geográfica y por estar un poco alejado de la costa y tener ya la segunda población más alta de gorriones, podría ser un lugar interesante en el que centrarse para proporcionar un refugio a los marinos frente al incremento del nivel del mar y el cambio climático”.

Para que los gorriones sobrevivan, las decisiones de gestión deben tener en cuenta cómo el aumento del nivel del mar está alterando esos paisajes históricos en donde anidaban los gorriones, dijo.

“Los gorriones no pueden anidar en los manglares. ¿Hacia dónde se dirige este ecosistema? ¿Cuál es su trayectoria?”, dijo. “Ahora mismo estamos haciendo mucha fontanería: estamos dirigiendo el agua. ¿Qué pretendemos, teniendo en cuenta el cambio climático?”.

Los resultados también ponen de relieve la dificultad de compaginar la restauración con la protección de una serie de especies amenazadas que se encuentran en el parque.

Cuando se designó el hábitat del gorrión en los años 70, se protegieron casi 200,000 acres, incluida la zona al oeste de Shark River. En aquel momento, a los científicos les preocupaba que la designación dejara fuera demasiadas zonas, pero, después de que los conservacionistas demandaran la ampliación de las zonas, el Servicio de Peces y Vida Silvestre de la Florida redujo el tamaño a poco más de 84,000 acres en 2007.

Se omitió la zona al oeste de Shark River, la más controvertida, porque mantener el agua fuera de la zona a veces provocaba inundaciones en las islas arboladas del norte. Los gestores de la fauna salvaje dijeron que las pruebas geológicas demostraron que la zona había sido una marisma de hierba de sierra. La construcción de Tamiami Trail, que embalsó el agua, creó la pradera.

Jenny Staletovich es la editora de medio ambiente de WLRN. Este artículo se hizo en colaboración con Florida Climate Reporting Network, una iniciativa de varias redacciones fundada por Miami Herald, South Florida Sun Sentinel, Palm Beach Post, Orlando Sentinel, WLRN Public Media y Tampa Bay Times.