El ataque de los Dolphins enciende la ilusión de tener al fin un equipo ganador

Este puede ser el año de los Dolphins. Por fin parece que se alinearon las estrellas en el club de Miami. Hay la esperanza que terminen, de una vez por todas, las decepciones, las ilusiones perdidas, las promesas rotas y el fracaso que abate al término de cada temporada como una maldición que no tiene cuándo acabar.

Todo luce mejor ahora: estabilidad en la defensiva y en los equipos especiales. Y un gran salto cualitativo en un área determinante.

En efecto, la gran expectativa esta temporada de los Dolphins se concentra en su ataque.

Y la primera prueba de fuego será contra los Patriots de Nueva Inglaterra y su avezado estratega Bill Belichick, el domingo (1 p.m. TV: CBS. Radio: 560 WQAM, KISS 99.9; 1140 AM en español con Roly Martín y Eduardo “Vikingo” Martell) en el Hard Rock Stadium.

En febrero último llegó al sur de la Florida como nuevo entrenador Mike McDaniel, quien ha puesto el sabor de los 49ers de San Francisco en el club de Miami.

Mientras en marzo pasado, los Dolphins comprometieron más de $230 millones por tres atacantes clave: cinco selecciones del draft más $120 millones por cuatro años por el wide receiver Tyreek Hill; $87.5 millones por el offensive tackle Terron Armstead; y $22.8 millones por el wide receiver Cedrick Wilson.

Ellos se suman a las fieras de casa: el wide receiver Jaylen Waddle, quien el año pasado como novato capturó 104 pases y los sólidos tight ends Mike Gesiki y Durham Smythe. Y hay algo intangible que aporta McDaniel que puede marcar la diferencia.

“Pienso que todos en el equipo pueden expresar abiertamente lo que les gusta y disgusta y nadie siente que será juzgado por ello ni que está invadiendo el terreno de otro”, expresó el quarterback Tua Tagovailoa.

“Mike [McDaniel] ha creado esta atmósfera. Si Jaylen [Waddle] o Tyreek [Hill] no hacen algo bien voy y se los digo, y viceversa. El hecho de hacernos sentir cómodos a todos obedece al ambiente que McDaniel ha sabido establecer”.

En un grupo de jóvenes millonarios y adulados, lo más difícil es equilibrar las ambiciones individuales, exigir responsabilidades y profesionalismo. Con inteligencia, humildad y llegada, McDaniel rápidamente conquistó el vestuario y ese puede ser considerado su primer triunfo de la campaña con los Dolphins.

La buena onda que se vive en los Dolphins en estos momentos se refleja en una anécdota que cuenta Tua.

“Terron [Armstead] tiene muchos años en la NFL y compartió conmigo cosas que le ocurrieron durante los siete de ellos en que protegió a Drew Brees cuando ambos jugaban con los Saints de Nueva Orleans”, comentó Tua. “Es más, me contactó con Drew para que me diera algunos consejos. Esa es la manera como un veterano se comporta con un joven”.

McDaniel ha incorporado en los Dolphins la filosofía que aprendió con su mentor, Mike Shanahan, dos veces ganador del Super Bowl como entrenador de los Broncos de Denver, una de ellas en 1999 en Miami.

Los Patriots son un gran rival, pero los Dolphins están listos para dar el primer golpe

“Muy temprano en mi carrera como entrenador, Mike Shanahan me dijo que solo una porción de equipos tiene opción para ganar el Super Bowl y son aquellos en los que todos trabajan juntos y hay el talento necesario”, contó McDaniel.

“Siento que los Dolphins tienen chance para competir. Eso es todo lo que quiero. Pienso que merecemos estar en la fiesta”.

Es cierto que el primer partido de la temporada no define una campaña. Lo importante es jugar bien. Aunque son los triunfos los que realmente ayudan a estabilizar a los grupos humanos.

Este año, los Dolphins lucen más firmes que nunca para un arranque de temporada, al menos sobre el papel.