Ataque acústico: el extraño incidente que habría enfermado a diplomáticos de EEUU en Cuba

Dos diplomáticos cubanos fueron expulsados en mayo de Washington en represalia por un extraño incidente ocurrido en La Habana, del cual apenas ahora comienzan a emerger los detalles.

EFE/Alejandro Ernesto
EFE/Alejandro Ernesto

Según la agencia The Associated Press, unos cinco diplomáticos, varios de ellos con sus cónyuges, sufrieron pérdidas de audición y al menos dos tuvieron que ser evacuados a Estados Unidos para ser examinados. Por fortuna, ningún menor resultó afectado, pero algunos podrían haber sufrido una pérdida permanente de audición.

El FBI y el Servicio de Seguridad Diplomática están investigando el incidente, que ocurrió a finales de 2016 -coincidiendo con la victoria electoral de Donald Trump-. Trump prometió cambiar la política de su predecesor, Barack Obama, hacia Cuba.

Aunque ni Washington ni La Habana ofrecieron detalles a la prensa de lo que una portavoz del Departamento de Estado calificó escuetamente de “síntomas físicos”, otros funcionarios bajo condición de anonimato han declarado que se cree que los diplomáticos fueron víctimas de un “ataque acústico” utilizando un dispositivo sónico.

Tras meses de investigación, funcionarios estadounidenses concluyeron que los diplomáticos habían estado expuestos a un dispositivo avanzado que emitía sonidos de alta intensidad y baja frecuencia y que había sido desplegado dentro o fuera de sus residencias, según AP. En otras palabras: habían sido víctimas de un inusual ataque.

De ser así, la agresión habría sido realizada mediante artefacto que emite el llamado infrasonido, o sea, sonidos con frecuencias en el límite o por debajo del rango de la audiencia humana.

Los afectados no estaban en el mismo lugar al mismo tiempo, lo cual genera más dudas de cómo fue perpetrada la agresión.

“Es muy extraño”, admitió un funcionario del FBI a la prensa, bajo condición de anonimato.

Con frecuencias bajas, los infrasonidos pueden causar pérdida auditiva, desorientación, espasmos, pánico, vómitos e incluso inconsciencia, según los Institutos Nacionales de Salud de EEUU.

El Departamento de Estado indicó que los funcionarios sufrieron “síntomas físicos”, pero no especificó cuáles, alegando cuestiones de privacidad médica.

Tras el anuncio de la expulsión de los diplomáticos cubanos más de dos meses antes, el gobierno de la isla se apresuró a negar rotundamente su participación en el incidente y aseguró que coopera en la investigación.

“Las autoridades cubanas crearon un comité interinstitucional de expertos para el análisis de los hechos; ampliaron y reforzaron las medidas de protección y seguridad a la sede, su personal y las residencias diplomáticas; y habilitaron nuevos canales de comunicación directa entre la Embajada y el Departamento de Seguridad Diplomática”, según la declaración.

El acoso a los funcionarios de Estados Unidos en la isla data de varias décadas, pero nunca se ha producido en forma tan sofisticada, por lo que algunos expertos consideran que un tercer país puede ser el responsable, con la anuencia -informada o no- de Cuba.