Aspirante presidencial Sandra Torres ofrece experiencia mientras Guatemala busca el cambio

Foto de archivo de la candidata presidencial de Guatemala Sandra Torres

Por Brendan O'Boyle

17 ago (Reuters) - Sandra Torres está presentando sus dos décadas como figura destacada en la política guatemalteca como una carta credencial, mientras trata de atraer a los votantes desencantados antes de la segunda vuelta presidencial el domingo y evitar una tercera derrota electoral consecutiva.

Las encuestas de opinión muestran que Torres pierde por dos dígitos frente a Bernardo Arévalo, un candidato reformista cuyo ascenso en una plataforma anticorrupción ha sacudido el poder establecido en el país más grande de Centroamérica.

Torres, de 67 años, dice que su experiencia será vital para combatir una tasa de pobreza de más del 55%, que ha convertido a Guatemala en la principal fuente de migración de la región a Estados Unidos y en una de las naciones con más desnutrición infantil en el mundo.

"Cada cuatro años es lo mismo. Aparecen candidatos sin experiencia", afirmó en un debate el lunes. "Prometer es fácil pero cumplir es distinto".

Como primera dama del difunto presidente Álvaro Colom entre 2008 y 2011, Torres defendió un programa de bienestar que la ayudó a ella y a su partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) a establecer una fuerte presencia en las comunidades rurales.

Torres, quien proviene de un pueblo pobre en la región guatemalteca Petén, prometió expandir la red de seguridad social si es elegida.

Pero aunque el último gobierno de su partido redujo la pobreza, los esfuerzos de Torres también han recibido críticas por ser "clientelistas", dijo Will Freeman, miembro del área de estudios latinoamericanos del Council on Foreign Relations de Estados Unidos.

"Hoy muchos guatemaltecos consideran que sus programas sociales no están realmente orientados a sacar a la gente de la pobreza para siempre".

Torres ha tenido en la mira la presidencia desde 2011, cuando se divorció de su esposo en un intento fallido de eludir una prohibición constitucional de que los familiares cercanos del mandatario en funciones se postulen para el cargo.

En dos candidaturas presidenciales posteriores, en 2015 y 2019, llegó a la segunda ronda, pero perdió en el balotaje.

En 2019 fue acusada de irregularidades en el financiamiento de campañas, lo cual negó, y pasó cuatro meses en prisión. El caso se cerró en 2022 por falta de pruebas, pero una encuesta de CID Gallup en julio encontró que el 54% de los consultados consideraban a Torres "corrupta" y "mentirosa", lo que contrastaba marcadamente con las opiniones sobre Arévalo.

La candidata ha buscado nuevos aliados mientras trata de revertir sus derrotas electorales, señalaron analistas.

La figura históricamente de centroizquierda se ha movido hacia la derecha en temas sociales, haciendo campaña para mantener ilegales el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto en el país, históricamente conservador, y eligiendo a un pastor evangélico como su compañero de fórmula.

Aún así, la percepción de Torres como una continuación del statu quo podría presentar un desafío para los electores reacios al poder establecido, de los cuales casi uno de cada cuatro emitió votos nulos o en blanco en la primera vuelta de junio.

(Reporte de Brendan O'Boyle; Editado en español por Raúl Cortés Fernández)