Asistentes de DeSantis celebraron el éxito de atraer a los migrantes a los vuelos. Entonces intervino la ley

Semanas antes que el estado firmara un contrato con una empresa de aviación de Destin para enviar migrantes desde San Antonio a estados de tendencia demócrata a expensas de los contribuyentes de la Florida, los ejecutivos de la empresa con conexiones políticas ya estaban en Texas con funcionarios de la Florida planificando la misión secreta, muestran los mensajes de texto divulgados por la oficina del gobernador a última hora del lunes.

Los registros, 87 páginas en total, aportan nuevos detalles sobre el programa, mostrando cómo una reclutadora recorrió las iglesias de San Antonio y una estación de autobuses en busca de migrantes dispuestos a reubicarse, y cómo la administración del gobernador de Texas, Greg Abbott, ayudó a guiar ese esfuerzo.

Los textos están salpicados de emojis de pulgares hacia arriba, signos de exclamación triples y cuádruples y hablan de una cena de celebración con vino después de una dura semana de trabajo; un indicio de lo entusiasmados que estaban los funcionarios de la Florida por atraer a los migrantes de Texas a los vuelos para dejarlos en ciudades no preparadas para recibirlos.

Los mensajes muestran a los organizadores saboreando la posibilidad de enviar a los migrantes a un aeropuerto en Delaware, cerca de donde el presidente Joe Biden tiene una casa de verano. Ese vuelo se canceló en el último momento.

Algunas de las comunicaciones se enviaron a través de Signal, la aplicación de mensajería encriptada, un procedimiento inusual para las operaciones gubernamentales que se supone que se llevan a cabo a la luz del sol.

La operación patrocinada por la Florida es ahora objeto de una investigación penal por parte de la Policía del Condado Bexar, Texas, que está investigando si los migrantes fueron atraídos ilegalmente con falsas promesas de que les esperaban empleos, viviendas y otros beneficios en su destino.

“¡Te llamaré por la mañana, gran sesión de planificación con Perla esta noche!”, escribió James Montgomerie, presidente de Vertol Systems Company Inc. en un mensaje de texto del 29 de agosto a Larry Keefe, el “zar de la seguridad pública” del gobernador. Se refería a Perla Huerta, la ex agente de contrainteligencia del Ejército que era la principal reclutadora de inmigrantes para el programa de Vertol.

Larry Keefe, jefe de seguridad pública del gobernador Ron DeSantis.
Larry Keefe, jefe de seguridad pública del gobernador Ron DeSantis.

Dos semanas antes, Huerta y alguien identificado solo como “Kiwi” habían estado en la ciudad fronteriza de Del Río, Texas, a 156 millas de San Antonio, explorando un aeropuerto de aviación general y recogiendo señales sobre dónde encontrar migrantes para la misión patrocinada por la Florida. El lugar fue el sitio de una reunión entre el gobernador Ron DeSantis y Abbott en julio de 2021, cuando el gobernador de la Florida anunció que enviaría agentes del orden estatales a la frontera para ayudar a detener a los migrantes que cruzan a Estados Unidos ilegalmente.

“No necesitamos necesariamente una base en el aeropuerto”, escribió “Kiwi” a Keefe, quien fue fiscal federal.

“Kiwi” adjuntó fotos de un terreno abierto en lo que parecía ser un aeropuerto y escribió: “Algo más comercial donde podamos estacionar camionetas y operar una pequeña oficina de hasta 10 personas”.

La oficina del gobernador publicó los mensajes de Keefe el lunes por la noche en respuesta a una orden judicial en una demanda presentada por el Centro de Responsabilidad Gubernamental de la Florida y las solicitudes de registros del Miami Herald y otras organizaciones noticiosas.

Los documentos muestran que Montgomerie llegó a Texas la semana del 15 de agosto, 18 días antes de la firma del contrato estatal. También en la ciudad: Keefe y Huerta, todos aparentemente presentes para una misión de reconocimiento para estudiar las perspectivas de llevar a cabo el esfuerzo de reubicación de los migrantes.

También estaban presentes dos agentes de la Policía Estatal de la Florida (FDLE) y funcionarios del Departamento de Seguridad Pública de Texas.

Ni la oficina del gobernador ni el Departamento de Transporte de la Florida, respondieron a preguntas sobre por qué el estado permitió a Vertol comenzar a coordinar el proyecto antes que se definieran los términos del contrato. Montgomerie y Vertol eran clientes de Keefe en su práctica legal privada antes que se uniera a la administración de DeSantis. Los registros indican que la empresa ha recibido $1.56 millones hasta la fecha.

Los mensajes de texto de Keefe, salpicados de jerga militar, transmiten un tono de entusiasmo cuando Keefe, Montgomerie y Huerta se felicitan por la ejecución del plan encubierto.

“¡Hurra! Estamos llenos”, escribió Huerta el 12 de septiembre, dos días antes de transportar por avión a los inmigrantes venezolanos y peruanos de San Antonio a Massachusetts.

Ella y su equipo habían reclutado a 48 personas que habían cruzado la frontera de Texas, las habían alojado en un hotel de San Antonio, las habían equipado con bolsas de lona, artículos de higiene y cupones de comida, y habían conseguido que aceptaran por escrito ir a Massachusetts. Embarcarían en dos aviones con destino al bastión demócrata de Martha’s Vineyard. La potente escena de teatro político pretendía poner en evidencia la postura migratoria de línea dura de DeSantis en plena campaña de reelección. Fue aclamado por los medios de comunicación conservadores y los aliados republicanos.

“¡Señal de la victoria para ti!!!!”, escribió Huerta a Keefe el 14 de septiembre, después que los aviones desembarcaron a sus pasajeros en la desconcertada comunidad de la isla, que no había sido avisada con antelación y no estaba preparada. “Gracias por esta oportunidad y apoyo”.

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Los aviones hicieron escala primero en Crestview, Florida, donde Keefe y Montgomerie desembarcaron cerca de sus casas en el norte de la Florida. La parada de 30 minutos sirvió para otro propósito importante: hizo posible que los planificadores argumentaran que los migrantes estaban radicados en la Florida y, por lo tanto, eran elegibles para ser transportados por aire a expensas de los contribuyentes según el programa de reubicación de migrantes de la Florida, de $12 millones.

“¡Gracias por todo, Perla!!!”, respondió Keefe a Huerta. “¡Sigamos adelante!!!”

Michael Barfield, director de acceso del Centro de Responsabilidad Gubernamental de la Florida, dijo que la más reciente entrega de registros demuestra “que la oficina del gobernador no cumplió la orden del tribunal. Cada vez que recibimos un lote de registros se demuestra que hay más”.

El mes pasado, Vertol sugirió al centro que los mensajes de texto entre la empresa y los funcionarios del estado en relación con los vuelos no existían, pero luego exigió más de $25,000 para buscar esos mensajes.

Los registros indican que Keefe usó su cuenta personal de gmail para llevar a cabo la misión supervisada por el estado, pero los registros entregados no incluyen ninguno de esos documentos. También faltan los recibos de hotel, la correspondencia entre Keefe y James Uthmeier, el jefe de gabinete del gobernador, los registros de los teléfonos personales usados por los participantes y los contratos con Ultimate Jet Charters, la empresa contratada por Vertol para transportar a los migrantes.

“Tenemos la intención de abordar estas deficiencias con el asesor legal del gobernador y, si es necesario, con el tribunal”, dijo Barfield.

El jefe de Policía del Condado Bexar, Javier Salazar, ha dicho que solo los que estaban en el terreno en San Antonio son objetivos potenciales de su investigación penal, lo que plantea preguntas sobre si Keefe y Montgomerie también pudieran ser incluidos en la investigación. Salazar no ha identificado ningún objetivo pero ha dicho que ha encontrado “personas de interés”.

Los documentos publicados el lunes también revelaron lo siguiente:

▪ Que Keefe y Montgomerie estaban en contacto con Dave Abrams, un portavoz de la campaña de reelección del gobernador. No se indica la razón. El día de los vuelos, Keefe envió a Montgomerie la información de contacto de Abrams.

▪ Cómo Huerta no consiguió de inmediato migrantes deseosos de subir a los aviones. “Hay un autobús que va a Miami que se agotó y algunos otros se vendieron”, escribió Huerta a Keefe el 17 de agosto. También señaló que “las iglesias ya estaban vacías” y que había pasado por una “oficina de transporte pero [la furgoneta] que los dejó no estaba allí.”

▪ En un momento dado, Huerta envió un mensaje de texto a Keefe con una captura de pantalla de los resultados de una búsqueda en línea que pregunta: “¿A qué estados van los inmigrantes?”. El estado con las cifras más altas reportadas, según la búsqueda, era la Florida con “Migración internacional neta total (2018-2019)“ de 86,878. “Buen hallazgo. Muy útil”, respondió Keefe. En la búsqueda no se distingue entre migración legal e ilegal.

▪ El 19 de agosto, Keefe envió a Huerta un enlace a un artículo de opinión de The New York Post titulado: “Cómo los selfies alimentan el aumento de los migrantes ilegales”. El artículo decía que los migrantes que llegan a Estados Unidos y envían selfies de “ojalá estuvieras aquí” a sus amigos y familiares incitan a otros a intentar el viaje. Huerta respondió que esa notoriedad se considera un “factor de atracción” y dijo que “tal vez deberíamos fomentar los selfies...”

“Copiado”, respondió Keefe, usando la jerga militar.

▪ Los mensajes muestran que Keefe regresó a San Antonio el 11 de septiembre, donde entonces se reunió con Montgomerie, que había participado en el reclutamiento de migrantes. “La red ha crecido exponencialmente”, le escribió Montgomerie a Keefe ese mismo día. “Creemos que probablemente podríamos generar otros 50 en 48 horas”.

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Los mensajes también muestran a Keefe y Huerta enviando mensajes de texto a alguien llamado Sam Miller, que compartía el contacto de Seth Christensen, jefe de Medios y Comunicaciones de la División de Gestión de Emergencias de Texas (TDEM). Un perfil de LinkedIn de Sam Miller lo describe como un funcionario de operaciones de campo de la TDEM con sede en San Antonio.

“Espero que el informe de ayer haya sido útil”, envió Miller un mensaje de texto a Keefe y Huerta el 17 de agosto.

Luego, en respuesta a una pregunta de Huerta sobre los lugares en los que los refugiados “se reúnen” en San Antonio, Miller explicó que podían encontrarse en el refugio para inmigrantes de la ciudad.

El refugio para migrantes de la ciudad es donde Huerta terminaría reclutando refugiados para los vuelos a Martha’s Vineyard, así como el vuelo a Delaware que fue cancelado la mañana de su salida prevista.

En un correo electrónico, Christensen dijo que el Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) había pedido al TDEM que informara a “los agentes de la ley de la Florida” sobre el programa de Abbott para transportar a los migrantes en autobús desde Texas a ciudades del norte.

“Los funcionarios del TDEM no sabían cómo usarían los funcionarios policiales de Florida la información obtenida en esas conversaciones”, escribió Christensen.

Ericka Miller, secretaria de prensa del DPS, dijo que la Florida se había puesto en contacto para saber más sobre las operaciones de seguridad de Texas a lo largo de la frontera sur, llamada “Operación Estrella Solitaria” (OLS).

“Los representantes de la Florida visitaron la frontera de Texas en agosto para ver las operaciones OLS del DPS de primera mano”, dijo Miller.

La oficina de Abbott no respondió de inmediato a una solicitud de declaraciones.

Los textos también muestran que no hubo un esfuerzo para asegurarse de que los migrantes reclutados para la reubicación eran “extranjeros no autorizados”, como se requiere bajo el programa estatal que permite a DeSantis gastar hasta $12 millones en la reubicación de los migrantes fuera de la Florida.

Los migrantes eran en su mayoría hombres y mujeres adultos, con un puñado de niños pequeños. La mayoría de ellos se convirtieron en candidatos al asilo al entrar en el país y presentarse ante las autoridades, por lo que se les considera “extranjeros autorizados” mientras se revisan sus casos.

Vertol solo completó una de las tres misiones que acordó inicialmente. Como resultado, el costo por migrante transportado hasta ahora asciende a unos $32,000 por persona, cifra que incluye la estancia en hoteles, el transporte terrestre en Texas y otros gastos.

Los contribuyentes de la Florida pagaron por adelantado el vuelo a Delaware, que no ocurrió cuando el Herald y otros medios noticiosos comenzaron a indagar en el programa y a revelar elementos legalmente cuestionables de su ejecución, y el jefe de policía anunció su investigación.

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Los registros indican que Montgomerie estaba entusiasmado con el lanzamiento de dicho plan. Después de un exitoso día de reclutamiento de migrantes para Martha’s Vineyard, envió un mensaje de texto a Keefe el 9 de septiembre:

“Larry, ciertamente pudiéramos hacer Delaware, el viernes o el sábado de la próxima semana”, escribió. “50 pax [pasajeros] fácilmente”.

Se puede contactar con Mary Ellen Klas en meklas@miamiherald.com