Asamblea virtual: el duelo político por Venezuela se traslada a la ONU

CARACAS.- La revolución bolivariana, a examen mundial. El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas se ha convertido esta mañana en el campo de juego donde el chavismo se ha batido con rabia para mitigar los efectos del demoledor informe de la Misión Independiente de Verificación de Hechos, cuyas conclusiones señalan directamente al presidente Nicolás Maduro y sus dos generales favoritos por crímenes de lesa humanidad.

"Es imperativo investigar y juzgar a los responsables de las violaciones cometidas", insistió Marta Valiñas, presidenta de la Misión, "La única razón por la que no pudimos investigar in situ fue por la negativa del gobierno de Venezuela. Enviamos seis solicitudes para ingresar al país, así como solicitando información oficial. No recibimos ninguna respuesta", confirmó.

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Jorge Valero, representante de Maduro, desplegó una cortina de acusaciones contra los miembros de la Misión con un doble objetivo: desprestigiar el informe acusando a sus miembros de recibir tres millones de dólares procedentes de Washington y forzar que la Misión no continúe con sus investigaciones. Organizaciones de derechos humanos y varios países miembros del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas apuestan porque se extienda su mandato.

Valero aprovechó para denunciar los supuestos "planes intervencionistas y terroristas" contra el gobierno bolivariano aprovechando el informe, un "Gedeón jurídico para justificar una invasión".

Una estrategia puesta en marcha horas antes por Maduro, quien sorprendió al país con una nueva espiral de conspiranoia. En esta ocasión se trataría de un ataque futuro de Estados Unidos contra él. Para evitarlo, Maduro decretó la "alerta máxima" y anunció la creación del Puesto de Comando de Operaciones, una especie de comando secreto para proteger el Palacio de Miraflores. "Es hora de defender a la patria, sé porqué lo digo y sé cómo lo digo", divagó el jefe chavista.

La paranoia es de tal nivel que los jerarcas del chavismo han reclamado a los ciudadanos que delaten de forma inmediata a la personas con acento extranjero.

Una invasión precedida de la "avanzada" colombiana. "Duque ha colocado a las bandas del narcotráfico de la Guajira para preparar a su grupo de sicarios que vengan a atacar a Venezuela", aseguró el "hijo de Chávez". Militares, policías, milicianos, militantes bolivarianos y poderes populares ya están en máxima alerta.

Pese a lo exótico de los argumentos chavistas, la mayoría de los países presentes mostraron su apoyo a la Misión. La Unión Europea (UE) constató que el informe corrobora las "sospechas" de que en Venezuela se comenten crímenes contra la población. Alemania añadió que en estas condiciones no se pueden realizar elecciones libres, mientras que Francia y Portugal recordaron a Valero que Venezuela está obligada a colaborar con los mecanismos del Consejo al ser uno de sus miembros integrantes.

"Negar la realidad es negarle la justicia a las víctimas. Demorar la justicia es denegarla", acotó el representante de Brasil, mientras que Ecuador apoyó el llamado a investigar los crímenes de lesa humanidad. Perú aplaudió la valentía de las víctimas por hablar con la Misión.

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En sus comparecencias previas, los presidentes de Chile y Colombia fueron muy duros con la violación de derechos humanos, convertida en un plan sistemático de terror en Venezuela. Sebastián Piñera incluso abogó porque Naciones Unidas promoviera un gobierno de transición en el país petrolero.

En total, 12 países latinoamericanos condenaron los crímenes de lesa humanidad que se cometen en Venezuela, cuyo régimen sí contó con el apoyo fraternal de Cuba: "El informe carece de rigor técnico, objetividad e imparcialidad. Rechazamos este documento políticamente motivado, parte de la campaña de descrédito liderada por Estados Unidos contra ese hermano pueblo y gobierno".

"La dictadura quedó al descubierto en el Consejo de Derechos Humanos, el mundo los repudia. Estamos frente a un sistema criminal que busca sostenerse a fuerza de violaciones. Los países entienden que estas no son prácticas fortuitas, sino parte de una cadena de mando que encabeza Maduro", explicó Julio Borges, canciller de la presidencia encargada.