Arturo Zaldívar asesoró a Beatriz Gutiérrez Müller sobre sus obligaciones como “primera dama”
Cuando aún era presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ministro en retiro Arturo Zaldívar asesoró a la académica Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre cuáles serían sus obligaciones y derechos legales como “primera dama”.
De acuerdo con el testimonio de Gutiérrez Müller asentado en su libro “Feminismo silencioso” (Planeta, 2024), la investigadora entregó el 8 de enero de 2019 una carta a Zaldívar, en ese entonces presidente de la Corte, para aclarar dudas que tenía sobre cómo conducirse durante la Presidencia de su esposo.
La escritora relata que buscó al ministro en retiro por sugerencia del presidente López Obrador, y le hizo llegar un cuestionario de 13 preguntas.
“Tenía dudas (pocas) sobre cómo proceder en la ‘cosa pública’; por ejemplo, si mi ruta trazada era compatible con la ley. Con el cuestionario en la mano, mi esposo me sugirió acudir con el doctor Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Le pedí una cita, me recibió con amabilidad y le entregué una relación de preguntas”.
Arturo Zaldívar se ha visto envuelto en una serie de polémicas durante el sexenio, derivadas de su cercanía al presidente López Obrador, con quien -según ha dicho él mismo- lo unió una relación estrecha cuando ambos eran titulares del Poder Ejecutivo y el Poder Judicial.
En 2021, se promovió una reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para ampliar el mandato de Zaldívar al frente de la SCJN, que concluiría en diciembre de 2022. En medio del escándalo, Morena se desistió de aprobar la llamada “Ley Zaldívar”. Meses después dejó la presidencia de la SCJN, y la ministra Norma Piña fue designada presidenta por el pleno.
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A finales de 2023, Zaldívar presentó su renuncia al cargo de ministro para apoyar abiertamente la precampaña presidencial de la morenista Claudia Sheinbaum, quien le encomendó formar parte de los diálogos para crear la plataforma de gobierno.
Su renuncia, el 7 de noviembre de 2023, fue aprobada por el Senado a pesar de que aún le quedaba un año en el cargo (pues debía concluir el 30 de noviembre de 2024). Esto permitió que el presidente López Obfrador propusiera una terna de candidatas a ministra afines a él, y que finalmente el nombramiento recayera en Lenia Batres.
Esta semana, después de haber sido un leal colaborador y vocero de la campaña de Claudia Sheinbaum, Arturo Zaldívar fue designado por la virtual presidenta electa como próximo titular de la Coordinación de Política y Gobierno de México, en la Presidencia de la República.
Las preguntas de la “primera dama”
En el documento que le envió al entonces presidente de la SCJN, Gutiérrez Müller cuestionó cuál es el sustento jurídico del concepto “primera dama”, sus obligaciones, límites y derechos, así como actividades específicas. Asimismo, la investigadora cuestionó si tenía derecho a recursos públicos para esas eventuales actividades.
Una de las dudas específicas fue si existía un conflicto de interés en su participación en algún organismo de manera honoraria, como la Coordinación de Memoria Histórica y Patrimonio Cultural de México, de la que formó parte.
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También pidió claridad sobre si debía realizar declaraciones patrimonial y de ingresos, así como el riesgo de algún conflicto de interés por recibir becas o premios referentes a sus actividades académicas.
Desde 2019, Beatriz Gutiérrez Müller fue acreditada como investigadora A de tiempo completo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. A partir de este 2024 fue ascendida investigadora Nivel II del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología, ahora Conahcyt.
En su cuestionario a Arturo Zaldívar, Gutiérrez Müller buscó claridad específicamente qué leyes y artículos protegen a su hijo Jesús Ernesto López Gutiérrez, aún menor de edad.
La académica relata que Arturo Zaldívar la recibió en su oficina una semana después y le presentó un ensayo donde le precisó que no existe sustento jurídico para la figura de “primera dama”, y le explicó que no caía en conflicto de interés por sus actividades profesionales.
Gutiérrez Müller termina el relato con un agradecimiento al ministro en retiro Arturo Zaldívar, próximo coordinador general de Política y Gobierno en el gabinete de Claudia Sheinbaum:
“Ha sido una guía de conducta imprescindible para mí y me he apegado casi a pie juntillas a todos y cada uno de los asuntos particulares que planteó como respuesta a mi cuestionario. A dichas contestaciones se sumó mi propia valoración y proceder ético”, escribió.
En su libro, Gutiérrez Müller aprovecha para señalar que la figura de “primera dama”, al no tener sustento jurídico, resulta ilegal, y que si se busca preservar una tradición debe quedar establecida de manera escrita. La investigadora demanda certeza en papel sobre las obligaciones de parejas y familiares de la persona titular del Ejecutivo.
Feminismo silencioso
La anécdota que relata Beatriz Gutiérrez Müller pertenece al séptimo capítulo de su libro, de los 10 que lo componen, donde aborda también el concepto que le da título a la obra: “Feminismo silencioso”.
La autora lo describe como esa mayoría de mujeres a favor de cualquier acción que contribuya a su bienestar, sin que lo expresen públicamente.
“Tratan de resolver sus pesares, dificultades, y viven sus logros y alegrías (…) No racionalizan de más y esto no significa que no piensen. Yo misma me considero feminista silenciosa. Las feministas silenciosas proceden a la acción sin cavilar de cara al público”.
En ese contexto, consciente de que su papel público como compañera del presidente de México es finito, Beatriz Gutiérrez Müller relata que en este periodo no ha dejado de pensar en realizarse ni de buscar su bienestar “sin expresarlo a cielo abierto” y pasando a la acción sin dejar de cavilar.
“¿De qué otro modo es posible resistir? ¿Puedo yo misma vivir transferida a la vida de mi pareja, de mi hijo, de algún otro ser querido? Ni siquiera con el mayor esfuerzo, lo inaudito: solo soy yo”, escribe.
En palabras de la propia escritora, en su libro los lectores encontrarán “experiencias, dudas, interrogantes, episodios, aprendizajes, decisiones, palabras sabias dichas por otros y una cauda de meditaciones”, que ha realizado desde 2018 a la fecha, enmarcado por el silencio público, predominante en el sexenio gobernado por López Obrador.
La autora reflexiona sobre su circunstancia de persona pública a partir de ser la esposa del presidente. Dedica el libro a su hermana Gabriela y a su hijo, Jesús Ernesto, “el más resistente”, un concepto —la resistencia— sobre el que también reflexiona la escritora, como ella misma lo ha señalado en alguna de las cápsulas en video que ha publicado desde la presentación de su libro.