Artesano: Se deja de jugar diez minutos antes de morir

CIUDAD DE MÉXICO, enero 3 (EL UNIVERSAL).- Madera, cartón, clavos y pintura. A pesar de la tecnología que actualmente se usa para el entretenimiento, los juguetes artesanales se mantienen con vida en el taller de Álvaro Santillán, quien desde hace más de 30 años se dedica a su fabricación tradicional en la colonia Roma y es de los pocos jugueteros que mantienen el oficio en la capital.

Álvaro, apodado "Gepetto", y su esposa Laura, tenían su taller en su casa en la calle Chihuahua, en la colonia Roma.

Para Álvaro Santillán los juguetes cuentan historias y son el reflejo de la vida diaria.

No son objetos que deban cuidarse sino todo lo contrario; son para jugar, para que se desgasten y se rompan, por chicos y grandes.

Surge otra pregunta. ¿A qué edad dejamos de jugar? El juguetero, sagaz, responde "10 minutos antes de morir".