Mucho más arriba de las expectativas: Uno de estos cuatro finalistas será el maestro del año de Miami

Enseñan Ciencias, Lectura, Inglés como segunda lengua y Estudios Sociales, por nombrar algunos.

Han puesto en marcha clubes a petición de sus alumnos. Son entrenadores de deportes después del horario escolar. Se relacionan con sus alumnos compartiendo sus propias experiencias, que a menudo reflejan las de sus alumnos.

En conjunto, los cuatro finalistas a maestro del año de Miami-Dade tienen casi 90 años de experiencia. Pero el martes, solo uno será nombrado Maestro del Año 2024 Francisco R. Walker de las Escuelas Públicas de Miami-Dade.

La celebración anual, que reconoce a los educadores que van más allá en la forma en que enseñan y estimulan a los estudiantes a alcanzar sus metas, se llevará a cabo en el DoubleTree by Hilton Hotel Miami Airport and Convention Center. Se espera la asistencia del superintendente José Dotres.

Los cuatro ganadores regionales llevan décadas en las aulas. Y aunque no todos pretendían ser educadores, cada uno ha desarrollado una profunda pasión por su oficio y una lealtad inquebrantable hacia sus alumnos.

He aquí sus historias:

EDUCACIÓN ALTERNATIVA: MONIQUE BRYANT CLAYTON

De niña, Monique Bryant Clayton pasaba muchas horas en el aula de su tía. A Clayton le encantaba verla enseñar, cómo dirigía su clase y leía a sus alumnos. Pero no fue hasta sexto grado cuando tuvo su “momento definitorio” con un maestro, cuando se dio cuenta del poder que tenían los educadores para influir positiva o negativamente en un alumno.

“En ese momento supe que iba a ser maestra”, dijo Clayton, de 47 años, al Herald. “En ese momento, supe sin sombra de duda que quería ser capaz de volcarme en cualquier recipiente que entrara en mi aula”. (Hasta entonces había querido ser abogada).

Esos sentimientos se reforzaron en 12 grado. Tras el huracán Andrew en 1992, cuando los padres podían llevar a a sus hijos al trabajo mientras las escuelas seguían cerradas, le encargaron que “mantuviera a los niños ocupados” en la oficina de su madre. Así que ideó juegos y diseñó actividades. “Eso avivó el fuego de la educación”, dijo.

Ha sido educadora durante 27 años: 22 de ellos en Miami-Dade, trabajando en el Henry E.S. Reeves K-8 Center y en el Charles R. Drew K-8 Center, ambos en el noroeste de Miami-Dade.

En 2016, sin embargo, la nacida en Miami regresó a la escuela a la que una vez asistió su madre: C.O.P.E. Center North, una escuela de West Little River que brinda a las madres la posibilidad de obtener su diploma y, al mismo tiempo, ofrece servicios de guardería para sus hijos en el campus, sin costo alguno.

“Mi madre tenía 16 años cuando me tuvo [y] asistió a C.O.P.E.”, dijo. “Yo soy ese bebé del C.O.P.E. Center North”. Y como madre joven —Clayton tuvo a su primera hija a los 19 años— sabía que había “algo que tenía que podía compartir con las jóvenes a través de la experiencia personal”.

En sus siete años en la escuela, Clayton ha trabajado para cumplir la promesa que se hizo cuando cursaba sexto grado de volcarse en sus alumnas: empoderarlas, fortalecerlas, animarlas.

Clayton enseña Técnicas de Liderazgo, Fotografía, Español y Producción Cinematográfica, entre otras asignaturas. Es coordinadora de Evaluación Escolar y trabaja para impulsar el compromiso de las alumnas y su rendimiento académico. Trabaja con los servicios estudiantiles para identificar los objetivos de aprendizaje y graduación. Y sin embargo, como líder docente “con roles múltiples”, trabaja estrechamente para influir en el destino de sus alumnas.

“A veces las chicas me dicen: ‘Esto es difícil’. Y yo puedo decirles: ‘Escucha, sé lo que es no solo tener que trabajar, sino también ir a la escuela porque no hay otra opción’”, dijo. Compartir con sus alumnas en un entorno libre de prejuicios ha permitido a Clayton apoyarlas “para que vean que sus posibilidades son infinitas, aunque cometan errores”.

REGIÓN CENTRAL: DON CLERVEAUX

Don Clerveaux quería ser fisioterapeuta.

En la secundaria se lesionó la rodilla y quedó asombrado por los cuidados que recibió durante su recuperación. Además, su madre era enfermera y él ya había ojeado sus libros de anatomía.

Pero en 2013 acabó en las aulas como maestro de Ciencias en la Primaria Orchard Villa, en Model City, tras darse cuenta que “no había plazas de Educación Física en las escuelas públicas”.

La asignatura tenía sentido: Clerveaux, de 45 años, tenía algunos conocimientos sobre Salud, Biología, Anatomía y Fisiología, pero quizá lo más importante es que siempre le interesó la ciencia (Anteriormente, trabajó como maestro de Educación Física y entrenador en escuelas privadas de Miami durante una década).

En la actualidad, enseña Ciencias y Estudios Sociales en quinto grado en la Primaria Phyllis Ruth Miller , cerca de Miami Shores. En la Secundaria Hialeah Gardens, entrena futbol, atletismo, fuerza y acondicionamiento físico.

En el aula y en el campo, Clerveaux, nacido en de Miami, aborda su papel de educador con amor y comprensión. Como hombre de color que mide 6 pies 1 pulgada, es fácil que la gente se sienta intimidada, dijo. Por eso se esfuerza por acercarse a los alumnos “como si fuera el hermano mayor. Quiero que entiendan que, sea lo que sea por lo que estén pasando, todo irá bien”.

Cuando era joven y padecía del trastorno por déficit de la atención, a menudo tenía problemas en clase. Los maestros lo insultaban o los demás le llamaban lento. Ahora, como maestro, usa eso para entender cómo aprenden sus alumnos y cuál puede ser el mejor enfoque.

“Hubo algunos maestros que realmente me inspiraron y sentí que me cubrían las espaldas”, dice. “Ahora intento ser ese maestro, el tipo con el que [los alumnos] pueden hablar”. Una de las mayores recompensas de la enseñanza es cuando los alumnos vuelven años después para agradecerle su ánimo, su apoyo y su fe en ellos.

Clerveaux también ha ayudado a sus colegas a implementar nuevas tecnologías para facilitar el aprendizaje de los alumnos. Durante la pandemia, ayudó a instalar códigos QR que ponían a disposición de los administradores planes de lecciones y rastreadores de datos sin contacto. Sus lecciones aprendidas con Schoology, un sistema de gestión del aprendizaje de educación básica, se han usado en todo el distrito para el desarrollo profesional.

Para Clerveaux, convertirse en maestro “no era el plan A”, dice. “Pero me alegro mucho de que saliera como salió, porque qué pasión es para mí ahora”.

REGIÓN NORTE: VANESSA RADICE

Vanessa Radice tuvo dificultades para aprender cuando era joven. Sentía que tenía que esforzarse más, practicar más, dedicar más tiempo a áreas que sus compañeros entendían desde el principio.

Pero cuando por fin resolvía cualquier problema o lección, era un “entusiasmo natural”. Inmediatamente, se sintió obligada a compartir esa alegría —ese entusiasmo— con otros estudiantes. Después de eso, otros estudiantes empezaron a acudir a ella cuando se sentían perplejos.

“Lo único que necesitaba era que me dijeran: ‘Ya lo entendí, muchas gracias’”, cuenta Radice, de 40 años. “La educación siempre estuvo en mí”.

Una vez en la universidad, donde estudió Pedagogía, un profesor animó a Radice a trabajar con alumnos con necesidades especiales o discapacidades y se enamoró de ese ámbito de la educación. Obtuvo su licenciatura en Educación de estudiantes excepcionales y años más tarde obtuvo dos maestrías: una en Orientación de Salud Mental y la otra en Educación Especial.

En la Preparatoria Hialeah-Miami Lakes, donde ha estado desde 2005, Radice enseña Álgebra, Artes Liberales y Educación Física a alumnos de noveno, décimo, décimo primero y décimo segundo grado. Los estudiantes están en el espectro autista o tienen otras discapacidades del desarrollo. También imparte cursos sobre “Habilidades únicas” y “Autodeterminación”.

Sin embargo, sea cual sea el grado o la capacidad de sus alumnos, se esfuerza por exponerlos a cosas o experiencias que quizá no hayan tenido antes, ya sea probar alimentos de una cocina diferente o visitar la playa por primera vez.

(Radice nació en Queens, Nueva York, pero se trasladó a Miami cuando tenía dos años y creció a dos manzanas de Hialeah-Miami Lakes. “Siempre estuve destinada a ser Troyana”, dijo).

Su estilo de enseñanza —y cómo ha cambiado su enfoque a lo largo de los años—es el resultado de trabajar como maestra auxiliar, dijo. Los maestros, que a menudo están demasiado ocupados para apartarse de su lista de tareas pendientes, rara vez pueden observar a sus compañeros, pero la capacidad de hacerlo, y de recibir más tarde comentarios, la ha empujado a intentar corregir hábitos, probar nuevos enfoques o cambiar su forma de enseñar una determinada asignatura.

Radice se dio cuenta que siempre llamaba a los mismos alumnos, así que, para evitarlo y fomentar la participación en clase, escribió sus nombres en palitos de paletas y dejó que sus alumnos eligieran quién tenía que responder a la siguiente pregunta.

Para Radice, sin embargo, una de sus ideas favoritas era el jardín de piedras, que tenía 30 piedras de río. Sus alumnos, muchos de los cuales no hablan o no saben escribir, pintaron las piedras. Los alumnos de las otras clases escribían algo positivo en la piedra antes de devolverla para que la esmaltaran.

Desde entonces, ha solicitado subvenciones para llevar otros proyectos a la escuela, como un huerto en el que los alumnos han cosechado verduras. Más recientemente, le concedieron una subvención para una sala de habilidades sensoriales y vitales, que simula un miniapartamento para que los alumnos practiquen actividades cotidianas atendiendo a sus necesidades sensoriales.

“Lo mío es la inclusión”, dice. “Se trata del aprendizaje socioemocional. Se trata de crear conciencia”.

REGIÓN SUR: KHRISTAL GOODING

En cada clase que imparte y en cada lección que dirige, Khristal Gooding se pregunta: ¿Qué relación tiene el tema con la vida del alumno?

Por eso, a menudo permite, e incluso fomenta, que los alumnos se desvíen del tema durante la clase para hablar de asuntos de la vida real. Y cuando se les pregunta por qué o qué les gusta de la clase de Gooding, a menudo señalan esas discusiones: “Nos mantenemos en la realidad”, dicen.

“Intento que la historia sea divertida y relacionarla con lo que están viviendo en ese momento”, dijo Gooding, oriunda de Miami. Justo antes de las vacaciones de invierno, Gooding, de 42 años, usó la debacle del concierto de Taylor Swift —en el que Ticketmaster canceló la venta de entradas prevista después que su portal digital quedó abrumado—para ayudar a los estudiantes a entender la Comisión Federal de Comercio (FTC).

“Se trata de establecer conexiones con los estudiantes, encontrarse con ellos donde están y aportar ese contexto histórico a todo”, dijo. “Eso es lo que más les gusta [de mi clase]. Cierro el círculo para ellos”.

Los padres de Gooding eran maestros veteranos en Miami-Dade. Su padre, Edward, fue director de banda en Miami Northwestern, Miami Coral Park y Mays Middle; su madre, Rosiland, quien falleció de COVID-19 en diciembre de 2020, fue entrenadora de Lectura y jefa del departamento de Inglés en Miami Coral Park.

Sin embargo, Gooding no planeaba ser maestra. Más bien, la nativa de Miami estudió Periodismo en la Florida A&M University en Tallahassee. Pero en 2005, después de regresar a Miami, se hizo maestra de Historia en el Robert Morgan Educational Center en el suroeste de Miami-Dade, donde ha estado desde entonces.

Aun así, Gooding recurre a menudo a su título de periodismo en el aula: Recientemente creó un Club de Periodismo a petición de sus alumnos. Y fuera de clase, es conferencista motivacional para chicas jóvenes y autora de un libro que anima a las chicas en edad de escuela intermedia a hablar de sus emociones y sentimientos, y las ayuda en la transición a la escuela secundaria.

En los casi 20 años transcurridos desde que empezó su carrera en el distrito, ha tenido que evolucionar como líder y como profesora. (“Si llevas 20 años enseñando como siempre, has hecho muy poco favor a tus alumnos”, dijo).

Ha incorporado más tecnología y actividades prácticas para involucrar a los alumnos y, una vez más, mostrarles la importancia de lo que estudian y cómo repercute en su vida real. Como jefa del departamento de estudios sociales, supervisa la colaboración entre maestros, la planificación de las clases y el análisis de datos, así como el establecimiento de objetivos y la aplicación de las políticas del distrito. También es mentora de otros maestros.

La enseñanza, dice, iba a ser un empleo temporal. En cambio, se ha convertido en una pasión.

Cómo ver la ceremonia del Maestro del Año

La ceremonia de Maestro del Año Francisco R. Walker 2024 del Condado Miami-Dade comenzará a las 6:30 p.m. de martes 31 de enero en el DoubleTree by Hilton Hotel Miami Airport & Convention Center. Para ver el evento a través de livestream, haga clic aquí