El arresto de dos turcos vinculados a ISIS en Ecuador reactiva la alerta terrorista en la región

Los detenidos en Ecuador fueron identificados como Ergünlü Mahmut y Alkan Aslan; ambos son investigados por tráfico de armas
Los detenidos en Ecuador fueron identificados como Ergünlü Mahmut y Alkan Aslan; ambos son investigados por tráfico de armas

La amenaza del terrorismo islamista global volvió a planear en las últimas horas en América Latina y encendió las alertas de las fuerzas de seguridad de la región cuando las autoridades ecuatorianas arrestaron el lunes pasado a dos ciudadanos turcos bajo cargos de tráfico de armas y posibles vínculos con Estado Islámico (EI, o ISIS por sus siglas en inglés), el grupo con base en Medio Oriente que pretende extender sus tentáculos en otros continentes para financiar sus operaciones con ingresos del narcotráfico.

Los detenidos, identificados como Ergünlü Mahmut y Alkan Aslan, ingresaron a Ecuador en diferentes momentos durante 2023. Sin embargo, en el último mes habían salido y vuelto a entrar al país andino. Mahmut, que tiene una orden de captura internacional emitida por Alemania, llamó la atención del Punto Atenas nacional de Ecuador de Eurofront, un programa de cooperación entre la Unión Europea (UE) y América Latina destinado a mejorar la seguridad fronteriza, y aunque Migraciones permitió su ingreso, mantuvieron una vigilancia continua mientras se verificaba su asociación con el grupo terrorista.

El inspector jefe del cuerpo nacional de policía española, Víctor Alfredo Suárez López, experto principal del programa de acción exterior de la UE, Eurofront, comentó a LA NACION que “la situación actual de Ecuador es una invitación a cualquier grupo criminal a intentar asentarse y buscar financiación para sus causas”.

Ecuador está enfrentando un “conflicto armado interno” declarado por el presidente Daniel Noboa desde principios de año contra las bandas del crimen organizado, que se las denomina como “terroristas” y actores beligerantes no estatales.

Debemos estar alerta. La situación, quieras o no, es de alcance internacional y van a aprovechar cualquier circunstancia que les dé visibilidad a su causa”, agregó Suárez.

Elementos de las fuerzas especiales de la policía libanesa junto a una mesa donde se exhiben una bandera del grupo Estado Islámico.
Elementos de las fuerzas especiales de la policía libanesa junto a una mesa donde se exhiben una bandera del grupo Estado Islámico.

Finalmente ayer se comprobó que “los capturados formarían parte del grupo terrorista del Estado Islámico, también conocido como ISIS” y según fuentes de la policía turca, ambos tienen vínculos con Safa Ismail Kizilyaprak, otro ciudadano turco sospechoso de pertenecer a ISIS, que no fue arrestado y tampoco se sabe de su paradero.

Los hombres vivían en la lujosa isla Mocoli, cerca de Guayaquil, donde la policía incautó un arma de fuego, tres cargadores, 59 cartuchos, tres celulares y documentación. Según pudo saber LA NACION, ambos serán repatriados a Alemania esta semana donde uno tiene la alerta roja que representa la detención internacional.

Influencia en la región

La detención resaltó nuevamente la expansión de las redes del grupo terrorista hasta América Latina, que, con su dinámica de narcotráfico, presenta un terreno fértil para que organizaciones terroristas como ISIS establezcan operaciones encubiertas y utilicen esta red ilícita como una vía de financiación.

Estas redes se mueven en la región a través de las fuerzas proxy (o delegadas), como lo hace Irán con Hezbollah, el grupo terrorista libanés que tiene un brazo internacional que se extiende hasta América Latina, donde en dos oportunidades, según le atribuye la justicia argentina, atacó Buenos Aires –contra la embajada de Israel, en 1992, y contra la AMIA, en 1994– que en total dejaron más de 100 muertos.

Según los expertos, la actividad terrorista en América Latina se caracterizó más por intentos aislados de influencia que por una presencia establecida.

El año pasado, la Policía Federal de Brasil anunció que había desactivado junto a agentes del Mossad israelí un complot de presuntos agentes de la organización radical chiita Hezbollah para atacar objetivos judíos en el país. Lo que puso en alerta también a la Argentina, cuando la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, mencionó la presencia de Hezbollah en América Latina: además de su histórica base en la Triple Frontera entre la Argentina, Brasil y Paraguay, marcó la preocupación en el gobierno de Javier Milei por los vínculos entre Bolivia e Irán, y también mencionó a Chile y Perú como posibles focos de alerta.

Salman El Reda, el colombiano-libanés acusado por su participación en los ataques en Buenos Aires ingresó por primera vez al país en 1987 y se casó con una argentina; actuaba desde la Triple Frontera y tiene nexos con el narcotráfico.
Salman El Reda, el colombiano-libanés acusado por su participación en los ataques en Buenos Aires ingresó por primera vez al país en 1987 y se casó con una argentina; actuaba desde la Triple Frontera y tiene nexos con el narcotráfico.

Aunque aclaró que no es experto en terrorismo, Suárez aseguró que la presencia de ISIS en la región “trata de aprovechar las rutas de tráfico de drogas ya establecidas”. Por ejemplo, actualmente existe una ruta muy marcada que va de Colombia a Ecuador, específicamente al puerto de Guayaquil. Desde allí, los contenedores salen hacia Estados Unidos o Europa. La cuestión es, más que nada, utilizar estas rutas existentes.

La droga que trafica ISIS es fenetilina, también llamada captagon, que es una mezcla de anfetaminas y cafeína y se hizo especialmente popular en Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.

El caso destaca también los significativos desafíos en el control fronterizo. A pesar de que Mahmut tenía una orden de detención y extradición emitida por Alemania, logró ingresar y establecerse en Ecuador, lo que plantea serias preguntas sobre la eficacia de los controles internacionales y la enorme tarea de coordinación entre agencias de seguridad globales.

Soldados patrullan el perímetro de la prisión de Inca durante un estado de emergencia mientras un vendedor de alimentos trabaja en la acera en Quito, Ecuador, el 9 de enero de 2024, tras la aparente fuga de un poderoso líder de una pandilla de la prisión.
Soldados patrullan el perímetro de la prisión de Inca durante un estado de emergencia mientras un vendedor de alimentos trabaja en la acera en Quito, Ecuador, el 9 de enero de 2024, tras la aparente fuga de un poderoso líder de una pandilla de la prisión. - Créditos: @Dolores Ochoa

En el primer semestre del año, ISIS reivindicó dos de las operaciones terroristas que más estremecieron al mundo. Apenas tres días después de comenzado 2024, dos de sus combatientes detonaron sus cinturones explosivos y mataron a 84 personas durante una procesión en la mezquita Saheb al-Zaman en Kerman, Irán, donde se encuentra la tumba del general Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds de la poderosa Guardia Revolucionaria asesinado en Bagdad por órdenes de la Casa Blanca, el 3 de enero de 2020. Tres meses después, cuatro terroristas del grupo atacaron con fusiles de asalto y bombas el auditorio Crocus Circus Hill, en pleno recital de rock, en las afueras de Moscú, Rusia. El raid mortal seguido de explosiones y fuego en la sala de conciertos dejó 144 muertos y más de 500 heridos.

Tras el brutal asalto del grupo terrorista Hamas contra Israel el 7 de octubre del año pasado, que desató una guerra sangrienta en la Franja de Gaza, varios países –incluida la Argentina- reforzaron la seguridad sobre edificios vinculados con la comunidad judía e israelí por temor a ataques, al tiempo que aumentaron los casos de amenazas y atentados antisemitas en el mundo.

“Si los detenidos en Ecuador pertenecen a ISIS o no, esto no cambia el hecho de que si el mundo no apoya a Israel en su lucha contra Hamas veremos al terrorismo en sus calles, como ocurrió en el atentado cometido por Isis en Moscú el 22 de marzo”, escribió anteayer la embajada de Israel en Ecuador en su cuenta de X. Este fue el único pronunciamiento público de autoridades extranjeras.