Las arañas venenosas que aprovecharon la pandemia para invadir una universidad de EEUU

Un inquietante inquilino se ha aparecido en los edificios de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, al parecer aprovechando que el campus de esa institución académica no es actualmente tan concurrido como antes, a causa de las restricciones impuestas por el covid-19.

La presencia de ese visitante ha causado preocupación pues puede ser extremadamente peligroso y podría ser incluso letal. Se trata de la araña venenosa Loxosceles rufescens, conocida como araña reclusa mediterránea, cuya picadura es extremadamente ruda y puede provocar gangrena.

Una araña reclusa. La especie Loxosceles rufescens es originaria de la zona del Mediterráneo, pero se ha difundido en muchas partes del mundo. La especie Loxosceles rufescens es originaria de Norteamérica. (Getty Creative)
Una araña reclusa. La especie Loxosceles rufescens es originaria de la zona del Mediterráneo, pero se ha difundido en muchas partes del mundo. La especie Loxosceles rufescens es originaria de Norteamérica. (Getty Creative)

De acuerdo a un comunicado de la Universidad de Michigan, esas arañas fueron identificadas en semanas recientes en sótanos y otras áreas aisladas de su campus, pero recientemente también fueron halladas en la Biblioteca Shapiro de esa institución, lo que motivó que ese edificio fuese cerrado por dos días.

Según el Michigan Daily se trató de tres ejemplares de la araña reclusa mediterránea los que fueron encontrados allí.

Al parecer, las arañas fueron halladas en el sótano de esa biblioteca (y no en el área de libros de acceso al público) y un “malentendido” llevó al cierre de ese edificio. En todo caso, las autoridades de esa universidad han realizado fumigaciones en los sitios donde se han encontrado esas arañas.

Las arañas reclusas, como la Loxosceles rufescens (originarias de la zona del Mediterráneo pero muy difundidas) y una especie cercana, la Loxosceles reclusa (araña reclusa parda, originaria de Norteamérica) por lo general evitan lugares donde hay personas y es improbable que alguien se tope con una mientras revisa libros en una biblioteca.

Por ello, se indica, en general el riesgo de ser picado por una araña reclusa mediterránea reclusa es bajo, pero no por ello desdeñable. Sobre todo porque la picadura de esa araña, o de la reclusa parda, puede provocar necrosis y otros daños. En casos de complicaciones muy graves, esa picadura puede generar lesiones severas e incluso la muerte.

Una araña mediterráea  reclusa, o Loxosceles rufescens. (Getty Creative)
Una araña mediterráea reclusa, o Loxosceles rufescens. (Getty Creative)

Con todo, las picaduras de ese tipo de arañas en Estados Unidos son en realidad muy poco frecuentes, y los casos en los que llega a ser letal son extremadamente raros. El investigador Richard S. Vetter, experto en este tipo de arañas, dijo a The New York Times, que aunque una picadura de una araña reclusa puede ser letal en “un muy, muy, muy raro caso”, con solo dos casos al año en Estados Unidos, sí existe un miedo irracional hacia ellas. Sus muchas patas y ojos, su cuerpo peludo y su agilidad incitan temor en muchas personas, pero en realidad se trata de animales que prefieren estar lejos de los humanos.

Y, según Vetter, el hecho de que haya arañas de ese tipo en un edificio no significa que también las habrá en el de al lado. “Algunos individuos en cada estado [con presencia de esas arañas] no significa que estén causando daño ampliamente”, dijo Vetter.

En todo caso, la detección de esas arañas en el campus de la Universidad de Michigan causó cierta inquietud entre los estudiantes. Un post en Facebook al respecto tuvo cientos de interacciones, algunas serias y otras burlonas.

Pero aunque atemorizantes y venenosas (y por ende conviene evitarlas), en realidad las arañas reclusas no son una grave amenaza para la población. El covid-19, por ejemplo, es inmensamente más letal que las Loxosceles.